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Irán Estados Unidos e Israel someten a Irán a una presión extrema

La presión que Estados Unidos e Israel aplican a Irán va creciendo día a día. Detrás de esta presión está el trío formado por John Bolton, Benjamín Netanyahu y Mohammad bin Salman, un equipo que reúne fanatismo, dinero y armas en proporciones ilimitadas y que está dispuesto a todo para provocar un cambio de régimen en Teherán.

Donald Trump y el premier israelí Benjamin Netanyahu, en Nueva York. | Reuters

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

En los últimos días Estados Unidos ha enviado al golfo Pérsico un portaviones y superbombarderos B-52. Hace unas semanas envió aviones F-35 por primera vez. Poco a poco las piezas cuadran en el tablero y está claro que se está preparando una guerra de la mano del consejero para la seguridad nacional John Bolton, un fanático ultrasionista cuya sensatez se ha cuestionado a menudo y que aspira a atacar Irán en cualquier momento.

Su nivel de fanatismo puede verse en la actitud que tuvo hace algunos años, cuando aconsejó al entonces ministro de Defensa de Israel, Shaul Mofaz, que bombardeara Teherán, una circunstancia que reveló el propio Mofaz. La semana pasada, una asesora de Bolton dijo que en un hotel de un país del centro de Asia, Bolton la persiguió por los pasillos arrojándole objetos, algo que también cuestiona su equilibrio elemental.

El ‘Equipo B’ está integrado por Bolton, el primer ministro Benjamín Netanyahu y el príncipe saudí Bin Salman

Para complicar las cosas, medios hebreos han revelado que la información secreta que ha servido a Bolton para justificar el envío del portaviones y los bombarderos proviene de Israel, lo que suscita todavía preocupaciones. En Teherán, no sin razón denuncian al ‘Equipo B’ de orquestar esta última escalada. El ‘Equipo B’ está integrado por Bolton, el primer ministro Benjamín Netanyahu y el príncipe saudí Bin Salman, un trío peligroso, con dinero, armas y poder ilimitados, suficientes para cometer una locura.

Desde que Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear de 2015, Washington ha impuesto duras sanciones contra ese país, y la presión sobre Teherán ha crecido de mes a mes hasta llegar a la situación extrema en la que nos encontramos. Los iraníes desean que Europa resista a su lado, pero lo que están viendo no les ofrece ninguna garantía, de manera que su paciencia está tocando fondo.

Alarmados por el espectáculo de guerra, dos senadores norteamericanos, Richard Durbin y Tom Udall, han advertido a la administración para que no disemine “falsas narrativas” sobre Irán. Los senadores hicieron referencia a Irak, cuando el presidente George Bush activó una falsa narrativa alimentada también por Israel para desencadenar la guerra. Parece que este mismo camino que han emprendido Bolton y Netanyahu contra Irán.

Esos dos políticos, y el príncipe Bin Salman, es decir el ‘Equipo B’, buscan un cambio de régimen a toda costa, sin importarles lo más mínimo las devastadoras consecuencias que puede tener para ese país, para su población en especial, y para el conjunto de Oriente Próximo. Consecuencias imprevisibles que ninguno de los tres considera, tan ciegos de dinero y poder están, y tal es el odio que albergan contra la república islámica.

El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, ha dicho esta semana que el ‘Equipo B’ está buscando la “desintegración” de Irán. Los tres miembros del equipo han conseguido echar por tierra el acuerdo nuclear que Barack Obama culminó tras una negociación de 18 años, y en el que participaron las potencias mundiales, un ejercicio de diplomacia insólito que carece de valor para la actual administración de Washington.

Tras su retirada del acuerdo, hace ahora exactamente un año, Trump ha ido estrechando el lazo sobre el régimen iraní, aunque la única parte que ha violado el acuerdo es Estados Unidos, cuando lo abandonó y cuando empezó a dictar sanciones contra Teherán, sanciones unilaterales que quieren reducir las exportaciones de petróleo iraní a cero, pero que van más allá del petróleo.

La agencia de la ONU para la vigilancia nuclear ha publicado 14 informes que certifican que Teherán está cumpliendo su parte del acuerdo

La agencia de la ONU para la vigilancia nuclear ha publicado 14 informes que certifican que Teherán está cumpliendo su parte del acuerdo, aunque eso no tiene ningún valor en Washington. Las sanciones siguen creciendo y los iraníes en la actualidad exportan la mitad del petróleo que exportaban hace un año. Además, está previsto que sus exportaciones vayan cada vez a menos, lo que también creará tensiones dentro del país, uno de los objetivos del ‘Equipo B’, y que tendrá consecuencias imprevisibles.

Esta semana Teherán ha mencionado los artículos 26 y 36 del acuerdo de 2015 que prevé que Irán pueda abandonar total o parcialmente el acuerdo si alguno de los firmantes reanuda las sanciones contra ese país, precisamente lo que ocurriendo con las sanciones de Estados Unidos.

En estas circunstancias, Irán se plantea abandonar no solo el acuerdo con Obama sino también el Tratado de No Proliferación Nuclear. Esto último impediría que Estados Unidos utilizara ese tratado contra los iraníes, tal y como lo está haciendo ahora, aunque entraña muchos peligros para la república islámica.

El próximo martes se celebrará en Bruselas una reunión de Irán con las restantes partes firmantes del acuerdo. Los iraníes, que no son muy optimistas, consideran que el apoyo político que reciben de Bruselas es insuficiente para hacer frente a las duras sanciones que sufre el país, de manera que quieren que Europa pase de las palabras a la acción. Dar este paso no parece fácil. Los europeos desean mantener el acuerdo pero no están dispuestos a combatir con obras las sanciones de Estados Unidos.

Mientras tanto, el ‘Equipo B’ sigue adelante con la campaña que argumenta que Irán representa una amenaza para la paz y la seguridad en Oriente Próximo. La realidad, sin embargo, es que Israel, con el apoyo de Estados Unidos, aprovecha cualquier ocasión para desestabilizar la región.

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