"¡No a la ley rusa!": las protestas en Georgia frenan la polémica ley de agentes extranjeros
Las autoridades han reprimido con dureza las manifestaciones al emplear gas lacrimógeno o cañones de agua. Unas 133 personas han sido detenidas durante las jornadas del 7 y 8 de marzo.
Madrid-Actualizado a
Después de una semana de intensas manifestaciones y disturbios, el Gobierno de Georgia ha puesto freno a la controvertida ley de agentes extranjeros. Con esta norma, el Ejecutivo liderado por Sueño Georgiano buscaba limitar la actividad de los medios de comunicación y organismos no gubernamentales.
Georgia está en una situación geopolítica delicada. Por un lado, el país aspira a formar parte de la Unión Europa y, por otro lado, existe un temor de acercamiento con Rusia. Los opositores han recalcado el "corte ruso" de la norma que busca aprobar el Gobierno. Tras la ola de protestas, el principal partido del Ejecutivo ha anunciado que retiraba el proyecto de ley.
En torno a 133 personas han sido detenidas durante las jornadas del 7 y 8 de marzo frente al Parlamento georgiano. La Policía reprimió con dureza a los manifestantes al emplear gas lacrimógeno o cañones de agua. Al grito de "¡No a la ley rusa!", la ciudadanía tomó las calles de Tiflis con banderas de Georgia y de la UE. A pesar de revocar la normativa, la oposición ha confirmado que continuarán con las protestas. "No creemos a Sueño Georgiano, que explique cómo retira jurídicamente el proyecto", ha pedido Tsotné Koberidze, dirigente del partido Guircham.
Los georgianos entienden que con esta legislación sus posibilidades de entrar en la UE se reducían. La ley contemplaba que las organizaciones que reciban más del 20% de su financiación del extranjero debían registrarse como "agentes extranjeros". Los críticos a Sueño Georgiano han destacado cómo la formación se ha escorado a Rusia, aumentando la represión en los últimos años. Cabe señalar que la sociedad georgiana es contraria al Kremlin, después de que apoyaran a las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur en la década de 1990.
Esta crisis ha ahondado en las diferencias entre Sueño Georgiano y la presidenta del Gobierno desde 2018, Salomé Zurabishvili, quien mantiene una firme posición proeuropea. La dirigente ha respaldado a los manifestantes al recalcar que la controvertida norma "violaba" la Constitución georgiana.
"La adopción de esta ley de 'influencia extranjera' no es compatible con el camino hacia la UE, que desea la mayoría de la población en Georgia", ha expresado preocupado Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, a través de Twitter. El año pasado Bruselas denegó a Tiflis su estatus como país candidato a ingresar en la UE. En la cumbre europea que tuvo lugar el 23 y 24 de junio, la Comisión allanó el camino a Moldavia y Ucrania pero, sin embargo, demandó a Georgia emprender más reformas para ingresar en el concierto europeo.
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