Este artículo se publicó hace 11 años.
París sostiene que la expulsión de la alumna gitana estaba justificada
Hollande asegura que, si lo pide, la joven podrá regresar a Francia, pero no su familia. La menor rechaza la oferta y acusa al mandatario de "falta de corazón"
La deportación de la alumna de origen kosovar Leonarda Dibrani, de 15 años, de Francia se hizo conforme a la normativa en vigor, según el informe encargado a la inspección general de la Administración para determinar si el Ejecutivo galo cometió alguna falta en la expulsión.
El documento, de 24 páginas y publicado en la página del Ministerio del Interior, establece que la decisión de expulsar a la familia Dibrani estaba "justificada" porque ninguno de los recursos presentados por el padre había sido considerado "admisible" por la vía administrativa o la judicial. La niña expulsada cursaba tercero en el colegio André Malraux de Pontarlier y se dirigía con sus compañeros de clase y sus profesores el pasado 9 de octubre a visitar la ciudad de Sochaux, cerca de la frontera suiza, cuando fue detenida para, posteriormente, ser deportada a Kosovo.
La investigación admite que no se tuvieron en cuenta las implicaciones que supondría una intervención de este tipo, y recomienda, para evitar situaciones similares, que se prohíba "más explícitamente toda intervención en el espacio y el tiempo escolar y extraescolar". El ministro del Interior, Manuel Valls, que acortó ayer un viaje de trabajo a Guadalupe para gestionar el caso desde París, ha entregado ya ese informe al presidente, François Hollande, y al primer ministro, Jean-Marc Ayrault.
En una breve intervención desde el Elíseo, el mandatario galo ha asegurado que la menor, si lo solicita, podría regresar a Francia para proseguir el curso escolar, pero ha dejado claro que su familia no. "No hubo ninguna falta y se respetó la ley", defendió Hollande, que a la vez reconoció que la expulsión no se debió hacer durante una excursión escolar. "La escuela debe ser preservada de los conflictos de la sociedad", ha declarado Hollande, quien anunció que se va a lanzar una instrucción a todos los prefectos para "prohibir" toda interpelación en el marco escolar.
Desde Mitrovica, donde reside la familia desde su expulsión la semana pasada, la joven ha declarado que no tiene intención de volver sola a Francia. "Hollande no se ha compadecido de mi familia. No tiene corazón, no entiendo por qué dice que se van a ocupar sólo de mí", dijo en declaraciones recogidas por la cadena BFM TV, donde insistió en que que le da "miedo" volver sin sus padres y sus cinco hermanos.
Anteriormente, poco después de que se conociera el informe, la menor señaló que aunque no está de acuerdo con sus conclusiones, sabe que "el resto de Francia" la apoya tanto a ella como a su familia. "No estoy de acuerdo, pero es su elección. No soy yo quien los va a juzgar. Sé que el resto de Francia está con nosotros, que no nos va a abandonar. Se lo agradezco profundamente. Voy a enviar flores a todo el mundo", indicó hoy la joven.
Miles de estudiantes se echaron a las calles para mostrar su rechazo contra la deportación. Sin embargo, según una encuesta realizada por el instituto demoscópica BVA, siete de cada diez franceses apoyan la decisión de Valls sobre la expulsión. El estudio se basa en las respuestas de los 1.090 encuestados. El 54% de los sondeados no se declaran "sorprendidos" por la expulsión de la joven, y otro 65% se oponen a que el Gobierno anule la expulsión y a que la familia de la niña pueda volver a Francia. BVA precisa que, "algo sorprendente para un ministro de izquierdas", el apoyo mostrado a Valls es casi total entre los simpatizantes de derechas (89%), y más moderado entre los de izquierdas, donde ese porcentaje se reduce al 57%.
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