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La UE busca salvar la campaña de vacunación en una cumbre marcada por la división interna

Los jefes de Estado y de Gobierno se reúnen este jueves en una cumbre marcada por la situación epidemiológica del bloque y la propuesta de Bruselas de frenar las exportaciones de la vacuna si no hay garantías de relación comercial recíproca.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una videoconferencia con varios líderes europeos, previa a la cumbre de la UE. REUTERS/Francisco Seco/Pool
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una videoconferencia con varios líderes europeos, previa a la cumbre de la UE. Francisco Seco/Pool / REUTERS

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reúnen este jueves y viernes en una nueva cumbre telemática para hacer un repaso de la situación epidemiológica en el bloque. Tiene lugar en un momento delicado, por el aumento de los contagios a nivel comunitario, pero urgente, debido a los obstáculos en la campaña de vacunación. Se lleva a cabo en un ambiente hosco y de tensiones internas, a pesar de que los Veintisiete quieren mostrar unidad y recordar a las farmacéuticas con las que han cerrado contratos de compra de vacunas, que los compromisos deben de respetarse.

Un mensaje en especial para AstraZeneca, con la que mantienen un pulso permanente, y que se ha intensificado en las últimas horas, tras ser descubiertos 29 millones de dosis en una planta de Agnani, cerca de Roma. A pesar de que las informaciones iniciales especulaban que el destino de las mismas era Reino Unido, la farmacéutica señaló este miércoles que 16 millones iban a destinarse a la Unión Europea y los 13 restantes a la Alianza Covax, que hace llegar las inyecciones a países en vías de desarrollo.

Una respuesta que no ha acabado de convencer en Bruselas, porque la Unión Europea tan solo ha recibido 19 millones de dosis de AstraZeneca, de los 100 millones que se había comprometido a entregar la farmacéutica en el primer trimestre. Sin embargo, es una sorpresa agradable para el bloque, que espera que el mes de abril marque un punto de inflexión en la llegaba de viales y a lo largo del segundo trimestre haya un crecimiento exponencial en la campaña de vacunación.

Control en las exportaciones

Pero, si hay un elemento que marca la cumbre europea, éste es el "mecanismo de transparencia y autorización para las exportaciones de vacunas contra la Covid-19", que puso ayer encima de la mesa la Comisión Europea. Según Bruselas, debido a los desequilibrios entre los fármacos exportados por Bruselas y los que recibe de terceros países, se ha visto en la obligación de introducir los principios de "reciprocidad y proporcionalidad" como elementos clave a la hora de autorizar las exportaciones.

Tal y como ha explicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, "la Unión Europea está orgullosa de albergar en su territorio a productores de vacunas, que no solo las ponen a disposición de los ciudadanos de la UE, sino de todo el mundo". Desde que arrancó el proceso se han concedido "389 solicitudes de exportación a 33 destinos diferentes, por un total de 43 millones de dosis". Entre ellos: 10,9 millones de dosis a Reino Unido, 6,6 a Canadá, 5,4 a Japón, 4,4 a México, 1,5 a Arabia Saudí, 1,5 a Singapur, 1,5 a Chile, 1,3 a Hong Kong, 1 a Corea y 1 a Australia. La única solicitud de exportación que no fue aceptada fue cuando a principio de marzo Italia bloqueó el envío de 250.000 dosis a Australia.

La UE podría prohibir los envíos de vacunas  a Londres si el gobierno británico no garantizar una reciprocidad

"Pero los caminos tienen dos direcciones y por eso debemos asegurar la reciprocidad y proporcionalidad", ha explicado la jefa del Ejecutivo comunitario este miércoles. "Si esta situación no cambia, habrá que reflexionar sobre las exportaciones a países productores de vacunas", ha advertido, como es el caso de Estados Unidos o Reino Unido. Esto se traduce en que la Unión Europea podría prohibir los envíos a Londres si el gobierno británico no garantizar una reciprocidad. Lo que implicaría que AstraZeneca pudiera enviar a los Veintisiete dosis que se producen en suelo británico.

Un mecanismo que Bruselas espera no activar, por lo que apura las negociaciones con Downing Street para alcanzar un acuerdo bilateral de reciprocidad. "Reino Unido está manteniendo una confrontación constante pero, ¿cuál es el grado de dependencia de Londres respecto a Bruselas, y qué grado de estímulo para llegar a un acuerdo?", se pregunta una fuente diplomática. "Yo creo que grande", ha subrayado.

División entre los Veintisiete

La propuesta de la Comisión Europea ha llegado de sopetón, sin tiempo de reacción ni tiempo para debatirlo sosegadamente en el Consejo Europeo de esta semana. Hay países, como Francia, que aplauden el discurso firme de Bruselas, mientras que son muchas las capitales que tienen sus reticencias. Algunas capitales apoyan la propuesta porque "es importante que la Comisión y la UE sean fuertes en este aspecto, porque somos grandes productores y grandes exportadores de vacunas", ha comentado una fuente diplomática. "Además, es complicado oponerse a la Comisión Europea en política comercial", ha añadido.

Pero otros Estados miembros reciben la noticia con extrema cautela. Según una fuente, este último grupo se dividen en tres sub-grupos: "países con fuertes dependencias y una relación muy estrecha con Reino Unido- como es el caso de Irlanda, otros países que presentan resistencia a mecanismos que sean una limitación al comercio internacional y, por último, el grupo más nutrido, de aquellos países que temen una disrupción de las cadenas de suministro".

También hay diferentes criterios entorno al sistema de distribución. Este martes la directora del Centro Europeo para la prevención y control de enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), Sara Galiana, recordó en el Parlamento Europeo cómo fue el proceso de compra de las vacunas. Según la experta, la Comisión Europea cerró acuerdos de compra anticipada con seis empresas farmacéuticas para comprar dosis de vacunas.

Vacunas que en ese momento estaban en fase de investigación. Para no estar solos en esta travesía, las farmacéuticas pidieron a Bruselas que se comprometiera con una cantidad determinada. Ante esta petición, el Ejecutivo comunitario pasó la pelota a los Estados miembros, para que decidieran si querían participar o no en el programa planteado, que proponía la equidad a través del prorrateo de dosis en función de la población de cada país.

Cada Estado miembro contó con total libertad para comprar o no uno de los fármacos. Algunos, como Austria, están teniendo problemas por las decisiones que tomaron. El país transalpino decidió rechazar las dosis de vacunas que la UE le ofrecía de Pfizer-Biotech, tachándola de cara y compleja. Apostó sus cartas por AstraZeneca y Janssen y, debido a los retrasos de una y la lentitud en la aprobación de la otra, Austria está teniendo serias dificultades para administrar las inyecciones a su ciudadanía.

Ahora, el país transalpino exige cambiar el sistema de distribución. Deseo al que algunas fuentes diplomáticas asisten con cierta incredulidad e insisten en "apelar a la responsabilidad de cada administración nacional, que ha sido la que ha elegido qué comprar o no comprar". Sin embargo, añaden "en la UE somos solidarios, y ningún país quedará atrás".

Deshielo entre EEUU y la UE

Aunque el grueso de la cumbre girará en torno a los avances y obstáculos en la campaña de vacunación, también se discutirá sobre política exterior. Concretamente las relaciones del bloque con Rusia y Turquía, y sus vínculos con Estados Unidos.

Y, como en diplomacia los símbolos son fundamentales, este jueves está prevista una breve intervención del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en la videoconferencia de los Veintisiete, como un nuevo gesto de proximidad de cara a la opinión internacional. Se trata de un nuevo acercamiento, después de varios cruces de llamadas oficiales y de la supresión temporal de los aranceles que provocó la guerra entre Airbus y Boeing hace un año.

Ha sido el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el encargado de escenificar este miércoles en Bruselas la reactivación de la agenda transatlántica tras la era de bloque de Donald Trump. Ha sido con una reunión ministerial de la OTAN y un encuentro con la jefa de Ejecutivo comunitario y el Alto Representante de la UE, Josep Borrell.

Blinken ha hablado de la Unión Europea como "socio preferente", una terminología que choca frontalmente con el discurso que mantuvo la administración Trump, que llegó a calificar a la UE de "enemiga". Se trata de un primer paso hacia el deshielo, tras un último año intenso, con acusaciones y sanciones a ambos lados del océano.

Diferentes restricciones para Semana Santa

En Europa, la Covid-19 ha contagiado alrededor de 42 millones de personas y ha arrebatado más de 900.000 vidas. El bloque asiste a una evolución epidemiológica complicada y, por ello, los Estados miembros comienzan a tomar decisiones de cara a las vacaciones de Semana Santa, por miedo a un rebrote, como ocurrió en Navidad.

Es una decisión nacional y, por tanto, cada Estado miembro está dando una respuesta diferente al problema. La Comisión Europea ha dado un toque de atención a España por falta de coherencia en las restricciones, permitiendo desplazamientos desde y hacia otros países, pero no dentro del territorio nacional.

Bruselas ha dado un toque a España por falta de coherencia en las restricciones

Italia ha planteado algo similar a España. Con el recuerdo de lo ocurrido en el país hace un año, y con una situación epidemiológica lejos de controlarse, se ha decretado el cierre de todo el país entre el 3 y el 5 de abril. Sin embargo, sí abre sus fronteras al turismo internacional.

Por su parte, Portugal está remontando la situación que sufrió después de Navidad, y ha presentado sus cifras de contagios más bajas desde otoño. Por ello empieza a plantearse una reapertura paulatina, aunque ha recomendado a la población que no se desplace durante Semana Santa.

Bélgica sigue blindada a cal y canto. Ante el repunte de casos y hospitalizaciones, y después de una semana de incertidumbre sobre las medidas que adoptaría el gobierno de Alexander de Croo, este miércoles ha anunciado un endurecimiento de las restricciones. Entre ellas, prolongar las vacaciones escolares de primavera y cerrar así los colegios hasta el 19 de abril y el cierre de las tiendas "no esenciales", permitiendo solo la recogida en tienda y acudir al establecimiento con cita previa.

Así, los sectores de contacto, como pueden ser las peluquerías o centros de estética, permanecerán cerrados hasta el 25 de abril. Un duro golpe después de que reabriera hace relativamente poco, después de haber bajado la persiana en octubre. Estas medidas se suman al teletrabajo obligatorio, en marcha desde otoño, así como el cierre de la frontera interior, que impide salir del país sin una razón de paso.

Con estas medidas, De Croo gana un mes para frenar el incremento de fallecidos, que en estos momentos está en 25,3 diarios, y asegura la ansiada apertura de la hostelería el próximo 1 de mayo, que lleva cerrada desde octubre.

Alemania ha recibido en la última semana medidas restrictivas completamente distintas. Mientras que el lunes se anunció el cierre de tiendas y oficios religiosos durante la Semana Santa, este miércoles Angela Merkel ha admitido que se trataba de un "error", que ha asumido personalmente, para dar marcha atrás y eliminar las restricciones que había anunciado unos días antes.

Las cifras de contagios en el país germano encendieron todas las alarmas, y por ello se procedió con unas medidas restrictivas para los días festivos. Sin embargo, los empresarios se pusieron en pie de guerra tras el anuncio, recordando la situación económica tan complicada que están atravesando tras un 2020 tan convulso.

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