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La ultraderecha europea mira con esperanza las elecciones de Austria

El país alpino elige hoy nuevo presidente, entre un ecologista y un ultra que podría convertirse en el primer extremista de derechas en ser jefe de Estado en Europa occidental

El candidato del partido ultranacionalista populista FPÖ Norbert Hofer (d) y el líder del partido, Heinz-Christian Strache (i), durante un acto electoral celebrado en Viena. EFE

LUIS LIDÓN (EFE)

VIENA. -Una polarizada Austria elige hoy presidente entre dos figuras antagónicas: un ecologista y un ultraderechista, aunque es este último quien parte como favorito y, de ganar, se convertiría en el primer extremista de derechas en ser jefe de Estado de un país de Europa Occidental.

El irónico, intelectual y austero Alexander Van der Bellen, un antiguo líder de Los Verdes de 72 años, se enfrenta a Norbert Hofer, vicepresidente tercero del Parlamento, de 45 años, que ha sabido presentar sus ideas ultras envueltas en una retórica amable y cercana.

Gane quien gane en Asutria será un hito: será el primer presidente desde el final de la II Guerra Mundial que no pertenece a ninguno de los dos grandes partidos tradicionales, el socialdemócrata y el conservador.

Los dos aspirantes están en las antípodas tanto en lo personal como en lo político, lo que hace de las elecciones presidenciales más reñidas en décadas también una pugna entre dos visiones opuestas sobre el futuro del país alpino.

Parte como favorito el euroescéptico Hofer debido a su clara e inesperada victoria en la primera vuelta, cuando logró el 35% de los votos, mientras que Van der Bellen alcanzó el 21,3%.

Pero según las encuestas cualquiera de los dos puede ganar pues gran parte del electorado no ha decidido aún su voto, por ello ambos políticos han tratado de buscar al votante de centro.

Van der Bellen se presenta como independiente aunque su figura está ligada a Los Verdes, un partido a la izquierda de los socialdemócratas, y ha recibido el apoyo de numerosos intelectuales, artistas y figuras públicas para cerrar el paso a la ultraderecha.

Hofer, que se define como el representante de "la gente normal", asegura que su oponente es el candidato de "los snob", "la elite" y "la Comisión Europea", y lo presenta como un "excomunista", "masón" y "amigo de los inmigrantes".

El antiguo líder de Los Verdes tilda a Hofer de marioneta del líder del ultraderechista Partido Liberal (FPÖ), Heinz Christian Strache, y de querer utilizar la presidencia para allanar el camino de la extrema derecha hacia el Gobierno.

Van der Bellen asegura que un presidente ultraderechista sería una vergüenza para Austria y que su ideario político ahuyentaría las inversiones y dañaría a la economía.

Hofer reitera que no se limitará al papel tradicional del presidente, un referente moral que representa al país en el exterior, sino que usará todas sus atribuciones, como la posibilidad de destituir al actual Gobierno de gran coalición entre socialdemócratas y conservadores.

Proclamas racistas 

El candidato ultra ha hecho del rechazo a los refugiados, a los que define como "inmigrantes económicos", un eje de su campaña, y los ha vinculado con el aumento del paro y la criminalidad. El mensaje de "Austria y los austríacos primero", tanto para acceder al mercado laboral como a los servicios sociales, ha sido una de sus ideas recurrentes durante la campaña.

Austria acogió en 2015 a 90.000 solicitantes de asilo, más del 1% de la población del país, y en diferentes encuestas una mayoría ha mostrado su malestar con esa decisión.

Hofer ha atacado a su contrincante por el ideario de Los Verdes, a favor de una sociedad abierta y multicultural, y Van der Bellen recordó que él mismo es "hijo de refugiados", como descendiente de una familia que huyó de la ocupación soviética de Estonia.

Durante la campaña Hofer ha despertado varias polémicas, como asegurar que el 8 de mayo, el día de la capitulación del Tercer Reich, "no era un día de alegría", o al confesar que a veces va armado con una pistola porque es una "persona expuesta".

Así las cosas, la votación se presenta incierta y muy abierta.

"Es muy difícil poder decir quién ganará y qué factores concurrirán a ello, porque se sabe muy poco sobre qué harán los simpatizantes socialdemócratas y conservadores. Si votarán y a quién lo harán", explica Sylvia Kritzinger, profesora de la Universidad de Viena especializada en análisis electoral.

"En Austria hay una cantidad no desdeñable de personas que consideran que es igual de malo votar a un candidato 'verde' que a uno 'azul' (el color del FPÖ)", señala Kritzinger. "Y es posible que muchas personas decidan no votar o duden hasta el último momento sobre cuál es el mal menor", indica.

"Son unas elecciones con muchos interrogantes en las que Hofer tiene una mejor posición de salida", afirma la analista, aunque recuerda que gran parte de su respaldo en primera vuelta fue un "voto de protesta" contra los partidos tradicionales y el Gobierno.

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