Los cinco miembros de la Manada de Castelldefels, condenados a penas mínimas de hasta ocho años
Los acusados pactan con la Fiscalía y las acusaciones particulares una rebaja sustancial de las condenas.

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Los cinco hombres pertenecientes a la llamada Manada de Castelldefels han sido condenados a penas de hasta ocho años y cinco meses de cárcel, frente a las 53 que afrontaban inicialmente, por violar en grupo a tres mujeres a quienes durante la pandemia invitaban a fiestas en un piso de la citada localidad.
Los procesados, que compartían un chat de Whatsapp en el que se comparaban con la llamada Manada de los Sanfermines, han pactado con la Fiscalía y las acusaciones particulares una rebaja sustancial de las condenas a las que se exponían, a cambio de pagar a las víctimas indemnizaciones de algo más de 30.000 euros y pedirles perdón por el daño causado.
El Ministerio Público solicitaba inicialmente penas de 53 años de prisión para los acusados, que finalmente han aceptado condenas de entre los tres años y once meses y los ocho años y cinco meses de prisión y, además de reconocer las tres agresiones sexuales que se les imputaban, han admitido que integraban un grupo criminal para violar a mujeres vulnerables.
Tras asumir las penas pactadas con las acusaciones, los procesados han empleado el último turno de palabra para, con mayor o menor contundencia, pedir perdón a las víctimas, mostrar su "arrepentimiento" y esgrimir ante el tribunal el "esfuerzo" económico que les está suponiendo reunir el dinero de las indemnizaciones.
Las indemnizaciones -de 37.827, 30.305 y 30.000 euros y que los acusados han empezado ya a pagar- han resultado clave para el acuerdo, que acusaciones y defensas fraguaron ya el pasado viernes e incluye una condena por delitos de agresión sexual y grupo criminal, con la atenuante de reparación del daño, además de las de arrepentimiento y confesión tardía.
Una vez condenados in voce, las defensas de los procesados, cuatro de los cuales llevan en prisión preventiva dos años y nueve meses, han solicitado que se suspenda la pena impuesta por el delito de grupo criminal -inferior a dos años-, alegando su esfuerzo económico para indemnizar a las víctimas. En dos casos, han esgrimido también su adicción al alcohol y los cursos de rehabilitación que siguen en la cárcel.
Tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares se han opuesto a la suspensión de las condenas impuestas, que permitiría a los procesados salir en libertad en breve, aunque el tribunal ha pospuesto su decisión a los próximos días.
Según el relato de hechos que han aceptado ante el tribunal, los procesados cometieron las violaciones entre los meses de marzo y mayo de 2021, en pleno confinamiento nocturno por la pandemia de coronavirus, situación que aprovecharon para contactar por redes sociales con jóvenes que, por cuestiones médicas o personales, tenían baja autoestima.
Los acusados invitaban a las víctimas a fiestas en el piso de Castelldefels (Barcelona) donde residía uno de ellos, sin que las mujeres fueran conscientes del carácter sexual de los encuentros y ni siquiera de que acudirían a ellos otros hombres.
Una vez allí, creaban en la vivienda un clima de "sometimiento" que les permitía violar a las jóvenes, en ocasiones de forma "vejatoria", y las incitaban a beber alcohol para aprovecharse así de su estado de ebriedad, al tiempo que grababan en vídeo las agresiones sexuales y las compartían en su grupo de WhatsApp.
Los acusados habían bautizado con el nombre de "K-Team Manada Returns" su chat de WhatsApp, un grupo del que formaban parte otros hombres y que ha resultado clave para investigar las agresiones sexuales; en él, además de jactarse de las violaciones, se mofaban de las víctimas -"hay que subir el nivel de las tías, solo tías feas, tías feas con botellas"- o expresaban su temor a ser descubiertos: "No me fío porque a esa sí la veo capaz de denunciarme".

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