Pamela La Rosa, la madre de 22 años de origen peruano que denunció que la Comunidad de Madrid le había quitado a su hija recién nacida por denunciar un caso de violencia machista, ha sido asignada a un centro de acogida junto a la menor, según ha confirmado a Público el despacho de abogados que la representa.

Madre e hija estarán juntas en este centro, aunque no se conoce todavía la fecha del traslado, después de que La Rosa denunciase que desde hace una semana no sabía el paradero de su bebé y no había recibido ninguna documentación oficial sobre la tutela de la menor.

Tan solo unos días después de dar a luz, la mujer fue informada por dos trabajadoras sociales de que la bebé y ella estaban en riesgo debido a un proceso abierto por violencia machista contra su pareja. Acto seguido la menor fue arrancada de sus brazos y no volvió a saber de ella.

No había plazas en las casas de acogida

El origen del problema se remonta al 22 de febrero, cuando La Rosa denunció a su pareja por un episodio que ella describe como un "forcejeo". Como resultado, una jueza le impuso al hombre una orden de alejamiento. El día del parto, el hombre fue con ella al hospital, pero al día siguiente fue detenido por la Policía Nacional por quebrantar dicha orden.

Tras esto le ofrecieron dos opciones: ingresar con su hija en una casa de acogida para víctimas de violencia de género o dejar a la bebé bajo la tutela de la Comunidad. "No entendí ni cómo me planteaban eso", ha indicado en declaraciones recogidas por El País.

En un primer momento aceptó irse a la casa de acogida, pero poco después le comunicaron que no había plazas disponibles y que debía dejar a la niña en el centro hospitalario. "Les insistí en que no me iba a ir sin mi hija, que si hacía falta dormiría en el pasillo de una comisaría, pero con mi hija", explicó. Finalmente, fue obligada a abandonar el hospital sin su bebé: "Si el peligro para la niña y para mí es el padre, por qué me la quitan a mí", se preguntaba.