Opinión
Aliens vs. mexicanos
Por David Torres
Escritor
Puesto que ambos se perfilan ya como los principales candidatos a la presidencia, estoy deseando asistir a los debates electorales entre Hillary Clinton y Donald Trump. Por la expectación que van a generar, este año tendrían que vender entradas. Los estadounidenses, que son capaces de hacer espectáculo con cualquier cosa, están llevando la política a un terreno en que no se diferencia mucho de la entrega de los Grammy, de un show de barra en Las Vegas o de un torneo mixto de lucha libre de la WWA. Quizá la lucha libre sea más seria, ya que al menos sus contendientes saben que la pelea sólo consiste en una enorme pantomima. Clinton tendría que aprender unas cuantas llaves pero a Trump no le falta más que subir en tanga a un cuadrilátero, rugir con las manos engarfiadas y aplastar con sus nalgas a un par de mexicanos.
El combate verbal que se avecina entre Clinton y Trump promete ser una reedición del diálogo entre Platón y Aristóteles. En Europa todavía no hemos alcanzado ese nivel de excelencia dialéctica, aunque Mariano -con sus vecinos que eligen al alcalde- y Berlusconi -con sus bunga bunga- se encuentran sólo a un tiro de piedra de esa NBA de la política. A Mariano, de hecho, parece que lo asesora el mismo equipo que confeccionaba los bushismos de George Bush Jr. Algunos de los mejores bushismos podrían ser marianismos o trumpismos, aunque es muy difícil ver la diferencia. Por ejemplo, la mítica frase "sé que los seres humanos y los peces podrán coexistir en paz", la podía haber dicho cualquiera de los tres incluso bajo el agua.
Este año el plato fuerte del debate electoral entre demócratas y republicanos no va a ser la economía ni la política exterior ni la seguridad social, sino la segunda parte de la película Cowboys & Aliens, titulada Aliens vs. mexicanos. En ella, Hillary Clinton juega por parte de los aliens y Donald Trump contra los mexicanos. Obsesionado por la batalla de El Álamo, Trump está convencido de que el ejército mexicano lleva años invadiendo los Estados Unidos a base de comandos de espaldas mojadas. Por eso no sólo ha montado una recreación histórica con un video grabado en la valla de Melilla sino que se ha dejado crecer un mapache en la cabeza para emular el gorro de Davy Crockett. Algunos de sus asesores aseguran que esto último es rotundamente falso, que es al mapache a quien le ha salido un Donald Trump.
Ante este alarde de patriotismo, a Hillary Clinton no le ha quedado más remedio que reaccionar prometiendo la desclasificación de los documentos sobre avistamientos extraterrestres. No los cuarenta mil archivos secretos que el FBI guarda sobre el asesinato de Kennedy (y cuya fecha de vencimiento será el próximo año) ni la aclaración sobre si la mamada presidencial a su esposo, Bill Clinton, fue un poco de sexo o un mucho de cariño. En cuanto al tema OVNI, Hillary ha declarado: "Sólo espero que no sea como Independence Day". Nosotros esperamos que la toma de posesión tenga lugar en Roswell, Nuevo México. En cualquier caso, el botón rojo estará en buenas manos.
Comentarios de nuestros socias/os
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros socias y socios, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.