Opinión
¿Para cuándo la reunión Sánchez-Otegi?

Por Sato Díaz
Coordinador de Política.
-Actualizado a
Arnaldo Otegi es uno de esos personajes políticos que regresan a las portadas madrileñas cada ciertos meses. La última semana ha vuelto a convertirse en protagonista a raíz de un artículo publicado por El Español que asegura que Pedro Sánchez y el dirigente abertzale se reunieron en un caserío en Euskadi en mayo de 2018. El supuesto encuentro se habría celebrado en los días previos a la moción de censura a Mariano Rajoy, que culminó el 1 de junio de aquel año con Sánchez como presidente tras conseguir los votos necesarios en la Cámara Baja, entre ellos los de EH Bildu. Rajoy terminaba su mandato en el restaurante Arahy, junto a la Puerta de Alcalá, donde pasó ocho horas entre botellas de whisky. En su escaño de la bancada azul estuvo descansando, durante buena parte del debate parlamentario, el bolso de la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Del restaurante, un presidente en funciones salió visiblemente afectado.
Llama la atención la contundencia con la que tanto Sánchez como Otegi negaron la mayor y calificaron de mentira la publicación del periodista Jorge Calabrés. "Eso es mentira", aseguró el presidente del Gobierno a los periodistas en Angola, donde participaba en una cumbre internacional. "Ante las muchas preguntas que nos estáis haciendo, solo deciros que el presidente del Gobierno nunca se ha visto con el señor Arnaldo Otegi", comunicó oficialmente La Moncloa.
Por su parte, el líder de EH Bildu se mostró también cortante ante el artículo de El Español, al que le quitó toda credibilidad. "No es que no haya estado nunca en una reunión con el presidente español, es que no he hablado nunca con él", subrayó en ETB. "El Español miente, tratan de llegar al Gobierno con malas artes", explicó el dirigente independentista, en relación a la derecha española, recordando que "son los mismos que mintieron con el 11M para tratar de llegar al Gobierno" y comprometiéndose a que, si se demostrara tal reunión, dimitiría de sus cargos en el partido.
Que la noticia del digital de Pedro J. Ramírez sea mentira, un bulo o una gran exclusiva lo veremos en el futuro. De momento, no se conocen pruebas documentales, más allá de que supuestas personas que presenciaron la reunión se han referido a ella. Fuentes destacadas de La Moncloa aseguraron esta semana que si el encuentro se hubiera producido, no tendrían problemas en reconocerlo. Pero, ¿a nadie le ha sorprendido que tanto Sánchez como Otegi reconozcan que no se han visto ni han hablado en ningún momento? ¿No es una anomalía democrática esta situación?
Si tomamos como buenas las declaraciones del líder de EH Bildu, el secretario general del PSOE desde julio de 2014 (con el estridente paréntesis de octubre del 2016 a junio de 2017) y el coordinador general de EH Bildu también desde junio de 2017 y antes líder de Sortu desde 2013 no han hablado entre ellos nunca. El PSOE es la principal fuerza política progresista del Estado español y EH Bildu, de Euskadi y Navarra. Sin embargo, la sombra de ETA es muy alargada. La banda terrorista anunció el cese definitivo de la violencia el 20 de octubre de 2011, hace más de 14 años. Todavía no han cicatrizado las heridas.
Aunque en el espectro político han sido socialistas y abertzales quienes más gestos han demostrado y decisiones han ejecutado durante estos años para que ETA llegara a su fin y a favor del proceso de normalización política vasca, esto no se ha materializado todavía en acuerdos de gobierno entre ambas formaciones. En Euskadi existe un pacto general entre PNV y PSE que les permite gobernar en coalición la comunidad autónoma, las tres diputaciones forales y numerosos ayuntamientos vascos, dejando a EH Bildu fuera de gobiernos de municipios en los que han sido la opción más votada. Sí que hay acuerdos puntuales entre socialistas y abertzales para normativas municipales o presupuestos.
A otro nivel, en el Estado español los votos de EH Bildu han sido necesarios durante los más de siete años de gobierno progresista de Sánchez, bien en solitario o bien en coalición con Unidas Podemos o Sumar. Los diputados abertzales solo sirvieron para desbancar al PP del Consejo de Ministros en la mencionada moción censura de 2018 a Rajoy, también para las posteriores investiduras de Pedro Sánchez y para sacar adelante Presupuestos y numerosas leyes en el Congreso de los Diputados. Las negociaciones parlamentarias entre ambas partes son constantes.
Sin embargo, es en Navarra donde la relación entre ambas formaciones ha llegado más lejos, sin que ello haya significado que ni en el Ejecutivo foral ni en el Ayuntamiento de la capital, Iruñea, haya fraguado un gobierno conjunto. La socialista María Chivite es presidenta autonómica gracias a los votos de EH Bildu, con los que también ha sacado adelante presupuestos y otras medidas legislativas en el Parlamento foral, pero la izquierda independentista se mantiene fuera del ejecutivo. Por el contrario, Joseba Asiron (EH Bildu) es alcalde pamplonica desde diciembre de 2023 gracias a moción de censura que arrebató el bastón de la ciudad a UPN con los votos, también, de los socialistas navarros, quienes tampoco entraron a gobernar.
¿Es Navarra una premonición?
¿Es el caso de Navarra el punto de inicio del entendimiento entre el PSOE y la izquierda abertzale más allá de la comunidad foral? Está por ver, desde luego, pero no cabe duda de que si EH Bildu aspira a gobernar en Euskadi o en las diputaciones vascas tendrá que seducir a los socialistas, que hasta el momento han visto prematuro compartir ejecutivos en distintos niveles con la formación de Otegi. Por su parte, el PNV mantiene sólida la alianza en en el Gobierno vasco con el PSE y también en las tres administraciones provinciales. Sin embargo, el apoyo parlamentario en el Congreso de los de Aitor Esteban se ha tambaleado en algunas votaciones en los últimos meses y el mismo dirigente jetzale ha azuzado recientemente a Sánchez con la idea de un adelanto electoral para las generales.
En Euskadi, en todas las elecciones que se han celebrado en la última década, ha sido el PNV la opción más votada, por delante de EH Bildu, ya hayan sido estas de carácter estatal, autonómico o provincial. Sin embargo, la remontada de EH Bildu ha sido impresionante y ambas formaciones soberanistas (PNV a la derecha y EH Bildu a la izquierda) se encuentran hoy en un empate técnico. Así, en las municipales de mayo de 2023, el PNV cosechó un 31,69% de todos los votos de las tres provincias, mientras que los de Otegi, el 29,21%, tan solo les aventajaron los de Sabin Etxea en 25.000 votos, aunque los abertzales lograron casi 70 concejales más. En las generales de julio de 2023, hubo un triple empate entre PSE (25,25%), PNV (24%) y EH Bildu (23,9%).
La última vez que la ciudadanía vasca estuvo llamada a las urnas fue en los comicios autonómicos de abril de 2024. Y PNV y EH Bildu empataron a escaños, aunque los jetzales quedaron por delante en votos respecto a los abertzales, 370.554 a 341.735, lo que llevó a Ajuria Enea al lehendakari Imanol Pradales. Los de Peio Otxandiano, candidato de EH Bildu a la Lehendakaritza, estuvieron a punto de lograr su objetivo: adelantar, por fin, al PNV. Esto llevó a la formación de la derecha nacionalista vasca a renovarse, llevando a Esteban al frente de Sabin Etxea. En las filas abertzales, durante aquella campaña, sabían que aunque hubieran quedado primeros, no gobernarían. "El PSE no está preparado para dar el gobierno a EH Bildu", decían. Sin embargo, se ponían 2028, cuando serán las próximas autonómicas, como meta para llegar al Ejecutivo vasco.
Un gobierno de izquierdas es factible en el horizonte de Euskadi. Para ello, el PSOE tendría que dar un paso más en su entendimiento con los abertzales. Este sería otro paso de relevancia para dejar atrás el periodo en el que la banda ETA ejerció el terror contra sus propios conciudadanos y el Estado usó sus aparatos para una represión que llegó más allá de los permitido por el Derecho e involucró a mucha más gente que a los propios terroristas. La normalización política será plena si la ciudadanía decide que EH Bildu gobierne en Euskadi y los socialistas lo permiten.
¿Para cuándo esa reunión Sánchez-Otegi? ¿Tendrán que ser las próximas personas que asuman el liderazgo de estos partidos quienes den un paso tan relevante y simbólico? ¿Habrá que esperar mucho tiempo más? ¿Entregarán a los medios de derechas la posibilidad de sacar la exclusiva de un encuentro privado que tendría que ser público? ¿Permitirán que se esparzan nuevos bulos sobre este tema?

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