Opinión
Salta
Por Varios Autores
EL OJO DE LA MOSCA// JULIÁN HERNÁNDEZ
Pues sí, salta a la vista que, al final, o acabas haciendo el bobo en la boda de tu cuñado o pegando saltitos al acabar el escrutinio. Nunca se entiende muy bien del todo lo que dicen las masas españolas cuando salen por la tele, pero debió ser un clamor lo de pedirle a Rajoy y Zapatero que botaran después de votar.
Es un país que vive a salto de mata. Y sí, a veces mata esto de saltar (y, si no, que se lo pregunten a los brokers desesperados que saltaron desde la Torres Gemelas el 11-S). Ahora la canción de Amaral, Salta, cobra un nuevo sentido. Dice Eva: “Salta por encima de cabezas huecas”.
No creo que se refiriese a los militantes que acudieron a Génova y Ferraz la noche del domingo pasado. Es curioso que estas dos calles de Madrid no aparezcan en el Monopoly y sin embargo son las más conocidas para los forasteros. Es este un juego parecido al de la Oca pero con pasta de mentirijillas. Canta Amaral: “Salta como un pato”. ¿O dicen gato? En todo caso, de Oca a Oca y tiro porque me toca.
Me toca las narices, claro. Porque la travesía del desierto es larga, el calor es asfixiante y el agua escasea. Y en el desierto (ese sitio al que le tocaba ir de misión a Anacleto) es difícil saltar por culpa de la arena. Pero no hay nada que no consiga la democracia y acabaremos saltando con la canción de Chikilicuatre para Eurovisión. El poder del voto y el poder del bote. La nuestra es una democracia saltarina.