Son tiempos de fragmentación parlamentaria y política. La época de las mayorías absolutas, al menos en el Gobierno español, parecen haberse terminado. No sucede así en algunos Ejecutivos autonómicos. Y tampoco en muchos municipios que valoran, más allá de siglas, la gestión más cercana a la ciudadanía. En las filas del PSOE destacaron en 2019 este aspecto especialmente dos nombres: Abel Caballero y Javier Ayala, actuales alcaldes de Vigo y Fuenlabrada, respectivamente. Ambos fueron los más votados de su partido en localidades de más de 50.000 habitantes.

Un 68%, 20 concejales y un total de 101.058 votos obtuvo Caballero hace cuatro años. Mejoró con creces los resultados de 2015, donde se quedó en 17 concejales y un 51,8%. El carismático alcalde de Vigo, que fue ministro de Felipe González en los años 80, llegó a su actual cargo en 2007. Entonces, gracias a un pacto con el BNG que se reeditó (aunque esta vez con apoyo externo) en 2011. 

A partir de 2015, el ciclón Caballero parece no tener fin. Él mismo, con su peculiar estilo, prometió en la Conferencia Municipal del PSOE celebrada hace unas semanas en València, seguir hasta los 101 años. No lo dijo en broma. En ese espacio, la dirección federal del PSOE le dio un espacio protagonista inaugurando el acto que dio paso luego a Pedro Sánchez. "Un referente municipalista", señalan en Ferraz, conscientes también de la "libertad" que tiene Caballero en el partido. 

"Vigo es mucho más que las luces de Navidad", señalan fuentes del socialismo gallego. Y es que una de las cosas más mediáticas que se conocen fuera del feudo de Caballero es la magnitud de su iluminación navideña. También las formas del alcalde, sus bailes o sus saludos en cada concierto. Este último punto, por cierto, está en los contratos que firma el Ayuntamiento con las promotoras, según han denunciado desde la oposición. 

"Las luces son la guinda del pastel", señalan las mismas fuentes, que recuerdan que este fenómeno mediático empieza solo hace cuatro o cinco años. "Nadie vota sólo por unas luces", insisten las fuentes consultadas. Por su parte, otra de las fuertes críticas que se le hace al alcalde desde la oposición, a izquierda y derecha, es la gran publicidad institucional que otorga a los medios de comunicación locales. 

Desde 2007, los partidarios de Caballero defienden que ha conseguido que la ciudad sea ahora considerada como la urbe con mejor calidad de vida según las encuestas de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). "Él supo conectar con la ciudad. Más que conectar, tuvo muy claro lo que necesitaba Vigo. Lo consigue a base de escuchar, escuchar y escuchar. Interactúa permanentemente con los ciudadanos, procesa y toma las decisiones. Nos ha devuelto a los vigueses ese orgullo de pertenencia que no teníamos", explica un veterano militante socialista en la ciudad.

Una visión opuesta a la que tienen en la oposición de izquierdas, que considera que no hay absolutamente ningún cauce de participación vecinal, ciudadana y casi ni de la oposición municipal. El movimiento ecologista también ha alzado la voz contra el ruido y la contaminación que tiene la ciudad. 

La oposición del PP, que llegó a tener mayoría absoluta en Vigo en los años 90, no parece cerca de hacerle daño a Caballero. Las últimas encuestas publicadas reflejan además que el alcalde puede mantener sus altísimos porcentajes de voto. El último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) le sitúa en un 65,8% y en una horquilla de 19 a 21 concejales. Cifras muy parecidas las que aparecen en un reciente sondeo de Sondaxe para La Voz de Galicia. En este caso, se quedaría en 19 escaños y un 64,9% de los votos. 

En el PSOE de Galicia reconocen que en Vigo la gente vota más la marca Abel Caballero, que tiene un valor superior aquí a la marca PSOE. Solo de esa manera se explican estos resultados de las dos últimas elecciones. Algunas fuentes consultadas reconocen que el fenómeno cuesta entenderse fuera de Vigo. Aceptan que Caballero puede ser "peculiar" pero nunca "populista". 

Uno de los asuntos que más se destaca es la transformación de la ciudad. Vigo tiene un fuerte peso rural, hay quien la define como "confederación de aldeas". El alcalde, señalan en el socialismo gallego, ha sabido equilibrar el centro con la periferia dotando todos los puntos de la ciudad con todos los servicios básicos.

Todo esto pese a cierto enfrentamiento con la Xunta de Galicia durante los años de Alberto Núñez Feijóo. "Vigo tiene que tener lo que le corresponde y esta ciudad está castigada por la Xunta", afirman las fuentes consultadas. De hecho, en las elecciones autonómicas de 2020 el PSOE y el PP quedaron prácticamente empatados. 

Fuenlabrada, feudo histórico de los socialistas

La situación en Fuenlabrada es diferente. La localidad madrileña forma parte del llamado "cinturón rojo" de la periferia de la capital. Un territorio que ha funcionado como feudo histórico del PSOE durante décadas. Y, en concreto, el Ayuntamiento de Fuenlabrada ha sido gobernado en toda la historia de la democracia siempre por un alcalde socialista. 

El último en hacerlo es Javier Ayala. Sustituyó en la Alcaldía a Manuel Robles en 2018, y en 2019 obtuvo, en sus primeras elecciones como candidato, un 56% de los votos, 16 concejales y 48.743 votos en total. Mejoró los resultados obtenidos en 2015. Aparte de Robles, otros alcaldes históricos del PSOE en Fuenlabrada han sido Manuel de la Rocha, José Quintana (que gobernó casi 20 años) y el citado Robles. Fuenlabrada fue el único municipio que mantuvo el PSOE en el sur de Madrid en unas elecciones de debacle socialista en 2011. 

Ayala se presentó en 2021 en las primarias para ser elegido secretario general del PSOE de Madrid. Perdió el proceso frente a Juan Lobato. Junto a él y a Sánchez protagonizó un acto en su ciudad hace apenas dos semanas. Pocos días antes era Isabel Díaz Ayuso junto al presidente de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, quien visitaba Fuenlabrada. 

¿Por qué Fuenlabrada es un feudo socialista y por qué Ayala sacó tan buenos resultados en 2019? Fuentes cercanas al alcalde destacan que la ciudad ha sido siempre un ejemplo de participación. Cuentan con más de 1.000 asociaciones inscritas en el registro del Ayuntamiento. "Eso ha sido fundamental porque desde los primeros años democráticos se ha contado mucho con la ciudadanía", afirman las fuentes consultadas. "La gente se ha sentido muy vinculada al proyecto de ciudad", añaden. 

Ayala representa una generación distinta a los anteriores alcaldes, destacan en su entorno. "Javier representa a los hijos de aquellos que llegaron a Fuenlabrada por primera vez desde Castilla-La Mancha, Extremadura o Andalucía", señalan. Por ello creen que ha sido sensible a las nuevas necesidades que van surgiendo en la ciudad para presentar un "proyecto transformador". 

Los ejes principales de su gestión tienen que ver con la recuperación del centro de la ciudad, darle actividad y convertirlo en un espacio de encuentro. "Se había quedado antiguo", afirman las fuentes consultadas por este medio. Por otro lado, se saca pecho de la inversión privada que ha llegado a Fuenlabrada. "Se han iniciado inversiones de 800 millones de empresas que han ido llegando", apuntan en este sentido desde el equipo del alcalde. La captación de fondos europeos ha sido también otra fuerte apuesta municipal, así como la parte social. 

En 2021, Ayuso ganó las elecciones autonómicas en Fuenlabrada. Nada raro porque lo hizo en la práctica totalidad de los municipios. Los socialistas madrileños manejan encuestas que siguen otorgando la mayoría absoluta a Ayala. Y ese tirón confían en que afecte también a las autonómicas en favor de Lobato para mejorar sus resultados. "Son elecciones muy diferentes y la gente es inteligente y sabe lo que vota. Saben cuál es la gestión, es nuestro valor", apuntan fuentes cercanas al alcalde.

La ambición de Ayuso es conquistar también el sur de Madrid a nivel municipal. "La derecha genera unas expectativas, pero la gente va a votar una gestión. Hay algo de símbolo para el PP, cuando hablan de Fuenlabrada están pensando más en el símbolo que en una opción real. Necesitan sacar un resultado similar a 2021 a nivel autonómico. Están pensando más en la campaña de Ayuso porque para ella es importante tener una mayoría absoluta", argumentan los socialistas. El resultado, el 28M.