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Abucheos a un monólogo por ser en valenciano: ¿anécdota o fenómeno preocupante?

Los silbidos y protestas de un grupo de turistas madrileños a unos cómicos en un espectáculo porque no se hablaba en castellano generan polémica y mucha tensión en las redes sociales.

La humorista Maria Juan, en una actuación en Valencia.
La humorista Maria Juan, en una actuación en Valencia. CEDIDA

La humorista María Zamora solo había podido salir al escenario y decir "Bona nit" cuando empezaron los problemas. Uno de los espectadores le exigió gritando que hablara en castellano, mientras otra voz del público recordó que "estamos en España" seguido de numerosos aplausos.

La situación se tensó de forma tan rápida como volvió a la normalidad. Con una broma, con elegancia pero también firmeza, avisando que el espectáculo se mantendría en valenciano bastó para arrancar los aplausos de la mayoría de la plaza. Al final, solo unas diez personas, de las más de 300 que asistían el espectáculo,  optaron por marchar y los monólogos se pudieron hacer sin más trabas.

"Esto de toparte alguien que te exija que cambies al castellano es algo que pasa a menudo cuando haces humor en valenciano. Ya tienes las respuestas más o menos preparadas y, en general, no va más allá", explica la humorista Maria Juan, quien también es la productora de Riures en valencià [Risas en valenciano], el espectáculo de monólogos programada en Moncofa (Castelló). Explica que si esta vez ha tenido tanta repercusión es porque uno de los técnicos lo difundió en las redes sociales, se viralizó, y generó un áspero debate entre defensores y detractoras de los cómicos. "Es impresionante el poder de las redes sociales", reflexiona la humorista.

Basándose en esta experiencia, María Juan, una pionera de la stand-up comedy en valenciano, creó el sello Riures en valencià para dejar claro "desde el mismo título" la lengua en que se desarrolla el espectáculo. Una prevención que, en Moncofa, tampoco ha acabado de funcionar. Por eso, la humorista aconseja a los artistas que actúan en valenciano "dejar de ir con miedo, como si estuviéramos provocando por el hecho de hablar nuestra lengua en nuestro país. Al fin y al cabo, la oferta de humor en valenciano es muy menor, y si además tenemos que cambiar, pues mal".

Cartel del espectáculo 'Riures en valencià' en Moncofa (Castelló).
Cartel del espectáculo 'Riures en valencià' en Moncofa (Castelló). CEDIDA

Pero también pide no poner el foco en "los madrileños". Ella ha vivido muchos años en a capital y reivindica que allí "hay gente de todo tipo". "De hecho, si te fijas un poco, el perfil de la persona no tolerante con la lengua acaba resultando el mismo quien tampoco es tolerante con las mujeres, los gays o los migrantes; podríamos decir que se trata de un perfil no tolerante, en general", dice.

Esta prevención con las generalizaciones sobre los madrileños también la hace Manuel Carceller, presidente de la Plataforma per la Llengua del País Valencià. Carceller recuerda que la mayoría de incidentes por discriminación lingüística que recoge su entidad "están protagonizados por autóctonos". "De hecho –continúa Carceller- la actividad turística es poco influyente en ese sentido, porque la mayoría interactúan básicamente en la hostelería y no tenemos constancia de demasiados problemas en otros ámbitos".

Es innegable, pero, que la presencia de turistas propietarios de segundas residencias en la costa valenciana ha dejado a la hemeroteca un rastro de incidentes lingüísticos similares a los de Moncofa. Ya en un lejano 1996, Canal 9 se hacía eco de las críticas al cura de Xeraco (València) por parte de turistas madrileños por  pronunciar las homilías en valenciano (el resto de la misa era en castellano). Más recientemente, el 2017, veraneantes con apartamento en el municipio de Bellreguard (València) protestaron porque el pleno municipal se hacía en valenciano. "Si yo me compro un apartamento en Londres, me tengo que aguantar con el inglés. Pero aquí estamos en España", recogió en su momento el Diari La Veu.

¿Pero estos incidentes son anécdotas puntuales o ejemplos de una actitud generalizada? ¿Y van a más o, al contrario, están disminuyendo? Es difícil responder a estas preguntas, ya que no hay ninguna compilación sistematizada y solo de vez en cuando tienen eco mediático.

Para Manuel Carceller, se trata de "casos desagradables y minoritarios, pero que hay que difundir como forma de prevención hacia la intolerancia y la mala educación". En cuanto a la segunda cuestión, Maria Juan destaca el hecho que cada vez hay más oferta cultural en valenciano y esta tiene más visibilidad. "Hace unos años, quienes hacíamos comedia en valenciano nos podíamos contar con los dedos de la mano: Eugeni Alemany, Xavi Castillo, Ruben Aparisi... Pocos más, ahora la cosa ha cambiado y esto hace que estos incidentes sean, en proporción, menos que hace años. También hay que recordar que María Zamora y sus compañeros de Moncofa son castellanohablantes que han decidido actuar también en valenciano y este es el dato realmente importante", subraya.

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