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El Assir, amigo de Juan Carlos I e intermediario en turbios negocios de armas, recurrió a Villarejo para salvarse de una extradición a Francia
La oficina de la Interpol de Madrid ha solicitado a Abu Dabi la detención inmediata del millonario libanés. La orden trae causa en un procedimiento por delito fiscal en el que se le espera en España para ser enjuiciado. La solicitud española podría paralizar otra reclamación por parte de Francia, que le espera desde junio de 2020 para que cumpla una condena de cinco años de prisión por su participación en el 'caso Karachi', uno de los procedimientos más famosos y dolorosos del país galo.
Pilar L. González de Lara
Madrid-Actualizado a
La oficina de Interpol de Madrid ha solicitado a Abu Dabi la detención inmediata y extradición a España del traficante de armas libanés Abdul Rahman El Assir, según informa el diario El País. El Assir acompaña al rey emérito Juan Carlos I en el emirato, al que voló desde Suiza, su país de residencia, después de que en junio de 2020 fuera condenado en ausencia en Francia a cinco años de prisión por su participación en el celebérrimo Karachi Affaire. La información del periódico reconoce que la solicitud de extradición sigue a la publicación del 27 de diciembre pasado del lugar donde se escondía.
La solicitud española al emirato se adelanta a la francesa y tiene causa en la orden de detención y prisión dictada por la Audiencia Provincial de Madrid en marzo de 2019 tras cuatro plantones consecutivos del millonario libanés convocado otras tantas veces para ser enjuiciado por un delito fiscal instruido en el juzgado de instrucción nº52 de Madrid. De acuerdo con varias fuentes jurídicas consultadas por Público, a diferencia de Francia, en España no se puede juzgar en ausencia del procesado si la pena que la fiscalía solicita para él es superior a dos años de prisión. En el caso fiscal del juzgado nº 52, el juicio no puede celebrarse sin la presencia de El Assir porque la fiscalía de Madrid pedía ocho años.
Al frente de aquel juzgado se encontraba hasta 2014 el magistrado Fermín Echarri, hoy parte de la terna de jueces de la Sala de lo penal de la Audiencia Nacional que juzga al comisario jubilado José Manuel Villarejo y una treintena adicional de procesados por tres piezas (Land, Iron y Pintor) del sumario del caso Tándem.
Ante solicitudes de extradición de una misma persona por varios países, el orden de estas peticiones influye en qué país se lleva el gato al agua: Francia tenía activa una orden desde "mediados de 2020" (coincide con la fecha de la condena en firme por el Karachi Affaire), según la información de El País, y la Audiencia Provincial de Madrid dictó en marzo de 2019 la orden de detención y prisión "trasladando esta orden a la Oficina Sirene en la que se activan y validan las descripciones de personas buscadas por las autoridades judiciales europeas para su detención a efectos de extradición".
Así las cosas, si una vez desvelado el escondite, Francia realiza a Abu Dabi la misma petición de detención y extradición, pero lo hace después de que lo hiciera España por el caso de delito fiscal, la justicia gala puede encontrarse con un palmo de narices y ver que el El Assir sea entregado primero a España para ser enjuiciado. El amigo y acompañante actual en Abu Dabi del rey emérito conseguiría así ganar tiempo y retrasar sine die su entrada en la prisión francesa, de modo que el caso español habría actuado, en la práctica, de escudo en su favor.
Durante el primer semestre de 2014, mientras el juzgado francés cerraba la instrucción de la pieza que afectaba a El Assir, Adrián de la Joya, cuñado del libanés, a la vez que socio y amigo del comisario Villarejo, solicita los servicios de este para resolver los problemas judiciales del financiero libanés además de los suyos propios en el caso Gürtel. Las agendas, cuadernos de trabajo y demás material (digital o impreso) incautado al comisario indican de forma nítida (como veremos más adelante) que el problema de El Assir que el comisario jubilado debía resolver era el caso francés y no el español (aunque este fuera el que debían controlar, porque si "se desinflaba" no habría nada que hacer en Francia). Así se lo apunta Villarejo el 21 de mayo de 2014 tras consignar que Fermín Echarri es el juez que "lleva el tema El Assir" y que Ildefonso González Grano de Oro es el letrado que defiende al libanés: "abogado dice que si se desinfla el tema [el caso del juzgado 52] todo termina en Francia".
El caso que Francia no olvida: el 'Karachi Affaire' por el que condena a El Assir
El Assir huye a Abu Dabi desde Suiza, donde residía cuando en 2020 los tribunales franceses lo condenan a cinco años de prisión por su participación en el Karachi Affaire, uno de los casos más famosos y dolorosos de Francia.
El Karachi Affaire trata en esencia de una trama de corrupción con dinero público francés que empieza en 1994 y 1995 con sobornos a funcionarios corruptos de Arabia Saudí y Pakistán con los que Francia buscó asegurar el éxito en un concurso internacional de venta de fragatas y submarinos a esos dos países. Una parte del dinero que salió de las arcas públicas francesas para dichos sobornos volvió a Francia para supuestamente financiar ilegalmente parte de la campaña del primer ministro francés Edouard Balladur.
El asunto de las comisiones desembocó el 8 de mayo de 2002 en el salvaje atentado de Karachi, ciudad de Pakistán, que tuvo por objetivo un autobús, en el que mueren 16 personas, entre ellas 11 ingenieros franceses integrantes del equipo que trabajaba en la construcción de los submarinos vendidos a Pakistán. La instrucción judicial francesa concluyó en que el atentado, inicialmente atribuido a Al Qaeda, fue una represalia por el impago de una parte de los sobornos comprometidos a los intermediarios pakistaníes.
El caso no hubiera pasado de ser uno más de corrupción, y por tanto condenado al olvido con los años, de no ser por el salvaje asesinato de los ciudadanos franceses. Y Francia no ha olvidado. Cada año desde entonces cientos de artículos llenan la prensa francesa refrescando todos los detalles del caso. El último juicio se celebró el año pasado.
La participación de El Assir en la trama, y por lo que fue condenado, se refiere única y exclusivamente a los servicios que prestó, en compañía de otras personas, como intermediario financiero para canalizar el dinero desde las arcas públicas francesas a los receptores de los sobornos y la campaña electoral del entonces primer ministro galo. En su defensa, El Assir se presentó ante los jueces instructores franceses como un experto en la venta de armas, alegando que todo el dinero público que le entregaron correspondía a la retribución por sus servicios de asesoramiento para desbloquear los contratos de venta de las fragatas y los submarinos. Pero los jueces no le dieron credibilidad y concluyeron que el millonario libanés apareció a última hora, con la fase contractual terminada, para ayudar en el trasvase de las comisiones. En la operación participó una pareja de baile del libanés, el ubicuo Paul Manafort, ex asesor de campaña y artífice del triunfo de Donald Trump en 2016 antes de ser detenido por el FBI.
La contratación de Villarejo
Se trata del mismo Paul Manafort con el que Villarejo y Adrián de la Joya, cuñado de El Assir, se reunieron en la segunda semana de febrero de 2017 en las oficinas del asesor y su socio Héctor Hoyos en la Avenida Madison de Nueva York. Los indicios acumulados por Público indican que la reunión también tenía que ver con la articulación de un trasvase financiero opaco. En este caso, solucionar el pago de la deuda que Manafort tenía con el oligarca ruso Oleg Deripaska, para lo que usaron una triquiñuela similar a la que se empleó en otra operación, en este caso en Portugal, con también la participación de El Assir, como ya informó Público en exclusiva.
Y fue precisamente al comisario Villarejo a quien Adrián de la Joya recurrió a principios de 2014 para salvar a El Assir de las consecuencias de su inminente procesamiento en Francia (procesamiento que se produjo en junio de ese año). Para esta misión, el comisario puso en práctica el sistema que ya había utilizado muchas veces para salvar a ricos clientes en riesgo de extradición.
La información bruta contenida en el sumario del caso Tándem o caso Villarejo indica con claridad que el comisario Villarejo intervino en como mínimo una decena de casos en favor de ricos clientes en riesgo inminente de extradición a varios países y que el sistema utilizado (con distinto grado de éxito) fue siempre el mismo: una jugada en dos planos que necesita, eso sí, de la complicidad consciente o inconsciente de jueces y fiscales y de funcionarios de distintos ministerios. Y también de periodistas.
1. Conseguir que la persona con riesgo de extradición sea imputada en España por algún caso. Según más de una veintena de fuentes jurídicas consultadas por Público, la mejor y más eficiente manera de rechazar una solicitud de extradición sin crear un conflicto diplomático es decir: "Sintiéndolo mucho, no se le puede extraditar porque está imputado aquí en un caso y se le necesita en España para 'esclarecer los hechos'". Y es lo que sucede a los clientes de Villarejo en riesgo de extradición: se les imputa una y otra vez en casos en España para impedir su extradición; casos, además, habitualmente mediáticos o a los que mediáticamente se les da apariencia de gravedad.
2. Obtener un trato por el que la persona en riesgo obtenga la protección del Estado español ante una petición de extradición: un acuerdo de protección a cambio de su reconversión en confidente de valía. Aquí la misión es convencer al Gobierno, a los ministerios de Justicia, de Interior y de Exteriores, de que la denegación de extradición a cambio de ganar un confidente tiene el premio gordo de recompensa, porque se trata, como les vende el comisario, de una persona que lo sabe todo de muchas y variadas tramas criminales nacionales e internacionales. Así lo hace con El Assir y así lo hizo con muchos otros clientes: en el sumario pueden encontrarse, perdidas en kilométricos anexos, "notas informativas" del comisario dirigidas a las personas que pueden influir en la decisión, expresándose en tal sentido con relación a personas en riesgo inminente de extradición.
El caso de El Assir sigue el manual al pie de la letra
En primer lugar, el comisario se centra en el control del caso por el que está imputado en España, el caso de delito fiscal instruido en el juzgado de instrucción nº 52 de Madrid. Y luego, un poco más tarde, lleva a cabo gestiones en paralelo para conseguir para El Assir un trato de largo plazo con el Estado español a cambio de reconvertirse en confidente de excepción.
Así, puede comprobarse en las tablas siguientes, elaboradas por Público con criterio cronológico a partir de todas las referencias al blanqueador libanés en operaciones de tráfico de armas que figuraban en la documentación incautada al comisario (agendas, cuadernos de trabajo y archivos digitales), a la que este diario ha tenido acceso, junto a los hitos procesales y contextuales que afectan al asunto.
En las gestiones se comprueba que el comisario conforma una suerte de equipo integrado por el propio El Assir, De la Joya (su cuñado, y a quien le pide el favor), Ildefonso Grano de Oro (el letrado del libanés en el juzgado 52), y José Luis Armengol, magistrado juez decano de Madrid (un puesto con muchas atribuciones, entre otras, conocer los titulares de un juzgado y los cambios previstos). A finales de 2014, Armengol deja el puesto y es sustituido por Antonio Viejo, al que Villarejo es presentado para que prosiga las gestiones.
Por el lado policial le acompaña en la misión José Luis Olivera (al que apoda "OLI"), entonces director del director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Y por el lado político (donde tiene que convencer de los beneficios de no extraditar a El Assir) cuenta con el secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez Vázquez, apodado Chisco (imputado en Kitchen), y con los contactos e ideas de Mauricio Casals, del consejero de Atresmedia y accionista de La Razón, y gran amigo de Adrián de La Joya.
La primera referencia que Villarejo hace de El Assir es de enero de 2014, mes a partir del cual estrecha su relación con Adrián de la Joya tras el asunto de los Papeles de Bárcenas y los recibos de Cospedal. Poco después, De la Joya le pide ayuda para sus propios líos (estaba imputado en Gürtel) y para los problemas de su cuñado libanés (las esposas de ambos son hermanas).
Como puede comprobarse en la imagen inferior, es el caso francés y todos sus detalles lo que interesa desde inicio y durante toda la primera mitad de 2014 (cuando en Francia estaba finalizando la instrucción de la pieza que afectaba al financiero libanés, la del trasvase de comisiones) y que culmina el 14 de junio con el auto de procesamiento, la fase previa al enjuiciamiento.
Providencialmente, en mayo de 2014, un mes antes del procesamiento de El Assir en Francia, la Fiscalía española pide para el millonario libanés ocho años de cárcel, una cuantía que asegura que si el acusado no comparece al juicio cuando este se señale podrá ser reclamado por España con orden de extradición pero no podrá ser juzgado en ausencia.
En los siguientes meses, los trabajos de Villarejo se centran en controlar los ritmos procesales del caso del juzgado nº 52 de Madrid así como a los magistrados sucesivos que lo dirigirán después de que deje el puesto el juez Fermín Echarri.
Con el juzgado 52 y el procedimiento fiscal bajo control, entre los meses de octubre y noviembre de 2014, Villarejo sigue con la hoja de ruta que aplica desde hace décadas para salvar a clientes bajo riesgo de extradición: toca lograr protección del Gobierno español vendiendo a El Assir como una oportunidad sin igual para contar con un confidente de excepción por el tipo de mundo en el que se relaciona (la jet set mundial) y la dimensión, sofisticación y naturaleza de las operaciones en las que ha intervenido (operaciones financieras opacas en la trastienda de la venta de armas, por ejemplo).
Antes de abordar a las personas que pueden influir o de las que depende la decisión de impedir la extradición llegado el caso, el comisario abona el terreno con su ejército mediático transversal y aparecen publicaciones de tanto en cuanto en las que de un lado se destaca la imputación de El Assir en España por el caso de delito fiscal y las cuantías en causa, y de otro se hace hincapié implícita o explícitamente en la cantidad de secretos que el libanés tiene que saber dada su actividad (servicios financieros opacos para turbias operaciones de armas y de otro tipo) y su círculo de amistades, entre las que figura el rey emérito (al que acompaña en Abu Dabi desde el verano de 2020).
El comisario, para salvar a El Assir, presenta la mejor oferta en el mejor momento al Gobierno del Partido Popular: aprovechando la fama de su cliente y su residencia suiza da seguridades al secretario de estado de Interior Francisco Martínez Vázquez (para que así lo trasmita al ministro Jorge Fernández Díaz y a quien proceda) de que la información que tiene el financiero libanés sobre los soberanistas catalanes es definitiva. Así consta en un apunte de 8 de octubre de 2014 que resume la conversación que Villarejo mantiene con el entonces secretario de estado de Interior. CHISCO: EL ASSIR- Datos muy contundentes sobre movimientos de empresarios y políticos catalanes en SUIZA. Un caramelo tentador a pocos días de la consulta soberanista del 9-N convocada por Artur Mas y con la Operación Cataluña que ejecuta una facción del partido en pleno apogeo.
En paralelo a la "venta política", Villarejo se trabaja la vía ejecutiva; esto es, las personas a cargo de las que está el seguimiento y todo lo que tenga que ver con órdenes de extradición. En el Ministerio del Interior esa persona era Juan Rueda, en ese momento subdirector de Relaciones Internacionales, a quien el 6 de noviembre de 2014 Villarejo le reitera "la importancia de El ASSIR". "JUAN RUEDA Varios avisos sobre la importancia de EL ASSIR/ Quedamos en seguir hablando del tema".
El comisario ya puso el foco en Rueda en julio de 2014, aunque espera a noviembre para un abordaje a fondo porque primero trata de buscar o prefabricar algo con lo que poder presionar al alto cargo de Interior (mediáticamente o de otra forma). Es lo que explica la mención de Villarejo a "Kalasov" en julio de 2014 en el apunte de su agenda que resume una charla con Enrique García Castaño, compañero de aventuras y entonces aún jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO). Kalasov era un criminal ruso cabecilla de una de las mafias que centró el caso Avispa en el que Juan Rueda era el policía que dirigía la unidad investigadora a las ordenes del juez.
Mientras el juicio en Francia se retrasaba año tras año a causa de recursos continuos de los seis procesados, Villarejo estaba contento porque su cliente se mantenía imputado en el juzgado nº 52 de Madrid. El 4 de abril de 2017 felicita exultante al entonces jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Sánchez Corbí, por su investigación sobre el asunto fiscal que apuntalaba aún más la imputación a El Assir. "CORBI: Respuesta a mi felicitación sobre EL ASSIR . Y el embargo de su patrimonio por blanqueo".
El juicio del caso fiscal español se fijó para octubre de 2018, pero El Assir no se presentó y tampoco en las tres siguientes convocatorias. Por ello, en marzo de 2019, la Audiencia Provincial dictó orden de detención y prisión. Por el lado francés, El Assir fue finalmente enjuiciado y condenado en junio de 2020 a cinco años de cárcel que no ha cumplido aún.
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