Este artículo se publicó hace 3 años.
De Ayuso en Madrid a Milei en Argentina: la derecha ultra se apropia del concepto 'libertad' en todo el mundo
Las referencias a la palabra libertad han sido una de las señas características del discurso político de la presidenta de Madrid, al calor de otras figuras en auge en varios países de América Latina
Madrid-
"Madrid es libertad". "Socialismo o libertad". Las referencias a la palabra libertad han sido una de las señas características del discurso político de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. No es que la dirigente del Partido Popular (PP) haya inventado nada a nivel teórico. Pero sí resulta novedoso el lenguaje usado en la tradicional estrategia que ha seguido la derecha durante los últimos tiempos. La apropiación del concepto de libertad, además, ha cogido fuerza globalmente, con la irrupción de figuras similares en América Latina.
"Es evidente que se está dando un giro en los discursos políticos. La derecha está desarrollando más posiciones relacionadas con lo que se ha llamado el libertarismo americano y lo que parece que se está moviendo mucho es la corriente del paleolibertarismo", destaca a Público Luisa Martín Rojo, Catedrática de Lingüística en la Universidad Autónoma de Madrid.
Para esta profesora, la libertad en esos es entendida de una forma que choca con la comprensión de ese término en el discurso político español. "Ya no se entiende libertad asociada a derechos políticos", destaca. Recuerda Martín Rojo que ya se habían producido algunos movimientos en este sentido al usarse "libertad de elección" en cuestiones como la enseñanza o la sanidad. "Todo asociado a la idea neoliberal de que el individuo puede elegir. Pero en este caso se va más allá y libertad es una libertad contra el Estado, contra cualquier norma e intervención. No solo en el mercado, que es más el liberalismo tradicional, sino en todos los aspectos de la vida", afirma.
"El Estado, para ellos, roba al individuo. Dentro de este marco se transmite que el Estado expolia y coarta la libertad, entendida en términos muy individuales. Se conecta con otros discursos muy antiguos que niegan todo el valor de la colectividad. Si este giro se traslada a la sociedad nos va a llevar a ser menos solidarios, muy individualistas y egoístas", considera Martín Rojo.
"Si este giro se traslada a la sociedad nos va a llevar a ser menos solidarios, muy individualistas y egoístas"
Para Miguel Urban, eurodiputado de Anticapitalistas y autor de varios libros sobre la extrema derecha, "lo que une todo es el Tea Party y la lógica neoliberal de Hayek". "El concepto de libertad de Ayuso es el de Hayek, no tiene nada que ver con la democracia. Hayek dice que la democracia entendida como soberanía popular es una dictadura porque oprime la libertad individual de las personas. Eso es Ayuso", explica a este medio.
Según su visión, la corriente paleoconservadora y neocon está muy presente en la nueva derecha surgida en latinoamérica, con un hiperindividualismo elevado. "Tiene que ver mucho con Bolsonaro, Trump y poco que ver con la derecha tradicional de Italia o Le Pen en Francia", afirma.
Conexiones y nombres propios
Las conexiones a uno y otro lado del globo son complejas en este tipo de posiciones. Destaca un nombre: Atlas Network. Un lobby ultracomunista que, como publicó este medio, ya cuenta con conexiones con Ayuso y también con el presidente del PP, Pablo Casado. Dentro de esta amalgama, algunos nombres más: José María Aznar y su Fundación FAES, así como la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, una de las precursoras de usar con fuerza aquello de la "libertad de elección".
Julián Macías, activista digital y experto en las conexiones de la ultraderecha a nivel global, señala que la principal virtud de la ultraderecha es la "complejidad de redes que tienen". Considera que su tendencia es ser "antidemócratas" aunque se hacen llamar liberales conservadores. Y que sus tentáculos tienen varias patas. Una, muy clara y la que nos atañe, es la neoliberal. Con su origen en la Escuela de Chicago y las teorías de Milton Friedmann.
"Ha habido un cambio", afirma Macías. A nivel internacional destacaban dirigentes puramente liberales como Mauricio Macri, Enmanuel Macron, Albert Rivera o Sebastián Piñera, entre otros. "Luego desde el despacho de Steve Bannon apostaron por un par de peldaños más, irreverentes, con un mensaje más directo. Y se ha creado otra red que a veces la sustituyen y otras hacen sinergias. Aquí se ve claramente con la diferenciación entre PP y Vox", añade.
Y es aquí donde surgen nuevas figuras. Destaca, por ejemplo, Javier Milei. Este economista argentino fue la sensación de las últimas elecciones primarias en su país. Su partido, precisamente, se llama La Libertad avanza y se convirtió en la tercera fuerza más votada en Buenos Aires. Milei alabó públicamente a Ayuso tras la victoria de esta el pasado 4 de mayo. "Felicitaciones por el excelente resultado batiendo a la basura comunista y sacando de la política al excremento humano de Pablo Iglesias. Viva la libertad, carajo", escribió en Twitter.
El político argentino Javier Milei felicitó a Ayuso por su victoria electoral al grito de "viva la libertad"
Otros nombres que se unen a esta especie de desdoblamiento de la derecha en países de América Latina son José Antonio Kast, en Chile o Gloria Álvarez, en Guatemala. También están conectados el fujimorismo en Perú, el "uribismo" en Colombia y algunas patas del Gobierno ecuatoriano de Guillermo Lasso.
Vox y la Carta de Madrid
Un ejemplo concreto de esta organización estrecha es la llama Carta de Madrid o la gira que hace Vox por América Latina. "Vox era residual hasta que empezaron a tener relaciones internacionales", señala Macías. La Carta de Madrid, un manifiesto anticomunista y en el que tiene un papel importante la "defensa de las libertades", está rubricada por diferentes líderes políticos en la esfera de la ultraderecha de Santiago Abascal. Está Kast, está Milei, está Bolsonaro (hijo) y también líderes europeos como Giorgia Meloni (Fratelli d´Italia) o André Ventura (CHEGA, Portugal).
"El espacio más sólido no son los partidos políticos. La relación de Girauta, Rosa Díez, Ayuso, Abascal, Cayetana Álvarez de Toledo o Aguirre no se mueven un milímetro. Llevan años de relaciones con este espacio económico, comunicativo y redes de fundaciones", comenta Macías. Y destaca también que hay una pata ultracatólica con la que "no se "atreve mucho" Ayuso pero que se relaciona con el uso constante de la palabra "vida". También, con las citas a discursos de Juan Pablo II o Ronald Reagan, como ha hecho en alguna ocasión.
Urban considera que Vox y PP tienen un "campo de disputa en América Latina". Los primeros "se han inventado un contra foro de Sao Paulo, un intento de unificación de toda la extrema derecha latinoamericana y española. Eso está cogiendo fuerza y representa muy bien las conexiones", afirma el eurodiputado. Desde su punto de vista, Ayuso disputa ese espacio de referencialidad a Vox. "La disputa entre Vox y el PP sobre el tema de la "imperiofilia" y contra los indígenas también es un campo de batalla", concluye Urban.
El ejemplo de Brasil
María Dantas, diputada de ERC en el Congreso y de origen brasileño señala que "la extrema derecha mundial está bastante conectada". "Como bien dice el teólogo y escritor Juan José Tamayo, forman la Internacional del Odio". Conocedora de la realidad de Brasil, señala que el activismo político libertario de derechas allí es la cuna de la militancia de Jair Bolsonaro, pero también es la hoja de ruta de Vox, Salvini, André Ventura o Trump. "Su principal forma de acción es la captación de jóvenes universitarios para componer nuevos cuadros de intelectuales orgánicos de derecha libertaria", afirma.
"Es bastante triste pensar que alguien defienda el fin de la injerencia del Estado en la vida del individuo, es incluso surrealista pensar que alguien quiera que los servicios esenciales, como las escuelas, la salud pública y la seguridad, sean privadas y operen dentro de una dinámica de mercado, en un país con cifras asombrosas de desigualdades", destaca Dantas.
La diputada de ERC recuerda que Bolsonaro dijo que "las libertades son más importantes que la vida", para reclamar ante la Corte Suprema la flexibilizar o directamente no determinar medidas de confinamiento frente a la pandemia de coronavirus. "No solo nos gusta volver locos a los izquierdistas, también nos une la libertad", escribió Bolsonaro hijo en sus redes sociales, en español, haciendo eco de Milei.
Bolsonaro dijo que "las libertades son más importantes que la vida", en plena crisis del coronavirus
En todo caso, considera que Bolsonaro "no es libertario", "sino un político de extrema derecha muy amigo del mercado". "Su agenda contra la despenalización del aborto, de las drogas y un plan de educación muy centralizador e intervencionista, le aleja bastante de las pautas libertarias. Sin embargo, su plan económico está a favor de la defensa de la propiedad privada, pero defiende el impuesto sobre la renta y el Banco Central. Es decir, agrada a todos", añade.
No se puede obviar que este tipo de discursos sobre la libertad arraigan en muchos territorios. "Lo que realmente conecta con la gente es que se hacen discursos anti stablishment, de rebeldía", señala la profesora Martín Rojo. En este sentido, cita un libro del argentino Pablo Stefanioni, "¿La rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común (y por qué la izquierda debería tomarlos en serio)". "Ese carácter permite que estos discursos lleguen a una población joven", apunta la catedrática.
Para Martín Rojo, todo este cambio nos debería llevar a usar la libertad con otro término al lado "que impida que se entienda como una libertad totalmente individual y contra normas consensuadas por la sociedad". "Libertad al lado de igualdad, por ejemplo, es la única manera de evitar que este término cobre otro significado", concluye.
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