MADRID-. Si alguien esperaba que la Policía quedara despolitizada después de las turbias investigaciones sin judicializar que se realizaron bajo el mandato del ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y del ex director general, Ignacio Cosidó, parece que está completamente desencaminado. Desde hace dos meses que Juan Ignacio Zoido heredó la cartera de Interior, en la sede de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) hay codazos por ganar puntos para ser nombrado número dos del cuerpo. 

Este lunes por fin se hizo pública la Orden General a través de la cuál se convoca el concurso que elegirá al sucesor oficial de Eugenio Pino, después de que Zoido bautizara al comisario Antonio Rodríguez como DAO "accidental". Aunque el puesto es de libre designación el candidato debe reunir unos atributos que pasan, en primero lugar, por ser comisario principal. 

Cien son los hombres, y muy pocas mujeres, que pueden aspirar a ese puesto. Pero el grupo se queda reducido a la mitad, debido a que la otra mitad se jubila antes de acabar la legislatura. Por eso los nombres más sonados no sólo tienen este cargo,  también comprometidas relaciones con el Partido Popular que dejan claro para los sindicatos consultados "que la Policía seguirá siendo gubernamental, plegada a los intereses de los políticos". 

Afines al PP

Quien más ruido está haciendo para obtener el puesto y el que al parecer menos posibilidades tiene, según las fuentes policiales consultadas, es el comisario José Luis Olivera. Actual director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y ex jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) cuando se elaboraron los informes falsos sobre dirigentes catalanes, dentro de la Operación Cataluña. 

Sin embargo, su ascendente trayectoria -también fue considerado uno de los hombres del ex ministro socialista del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba- se ha visto truncada por los los informes fantasma de la UDEF y por su estrecha relación con el comisario jubilado José Manuel Villarejo Pérez, con quien se le pudo ver en la presentación del fiscal general del Estado, José Manuel Maza. 

Tachado de la lista Olivera, el candidato más sonado es el comisario Federico Cabello de Alba. En la actualidad está destinado en la embajada de Colombia, donde tiene un buen suplemento en dietas, y aunque fuentes cercanas al policía aseguran que "él no quiere", desde hace dos meses sectores moderados del PP le piden que se presente. En su contra juega que fue alcalde de Montilla (Sevilla) hasta mayo de 2015 y diputado hasta las últimas elecciones generales. 

El comisario principal y ex alcalde de Montilla por el PP, Federico Cabello de Alba.

Dentro de este grupo de afines al PP por trayectoria se encuentra el comisario general de Información, Enrique Barón. En contra suya estaría que se ha visto relacionado con el caso del espionaje a políticos del PP, durante su etapa como Director General de Seguridad de la Comunidad de Madrid que presidía Esperanza Aguirre. Pero como pasa con el resto de candidatos, sus compañeros aseguran que "él no quiere el puesto, lo que quiere es mantenerse en su puesto en Información". 

Candidatos colaterales

Aunque el ministro del Interior es Juan Ignacio Zoido y el director general de la Policía; Germán López Iglesias, parece que no les está resultando fácil hacerse con los grupos de poder que se mueven dentro del cuerpo. 

Otro de los candidatos es el del ex director general, Ignacio Cosidó, que apuesta por el actual Jefe Superior de Castilla y León, Manuel Javier Peña Echevarría. Otros mandos policiales le recriminan como candidato que es el comisario principal que más tarde entró en la Policía y que ha estado 12 años como profesor en Ávila y no en tareas operativas. Pero a favor tiene que no se ha visto envuelto en ningún escándalo policial.

El candidato de Zoido es sin embargo un antiguo conocido de su etapa de juez en Andalucía, el actual comisario general de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona. Pero este no cae bien entre los mandos policiales a los que tendría que organizar y además, explican diferentes fuentes, "se jubila antes de que acabe la legislatura". 

Por último estaría Antonio Rodríguez, que ocupa el cargo de manera accidental desde que se jubilase Eugenio Pino en junio de 2016. Desde la llegada de López Iglesias parece que ha sido el bastón del nuevo director general, pero no tiene el apoyo ni de los sindicatos ni de los grupos de poder del PP.