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La derecha españolista se presenta fragmentada y con poco fuelle en Catalunya el 28M

PP, Vox, Ciudadanos y Valents se disputan el espacio conservador españolista. El PP pone todas las esperanzas en la alcaldía de Albiol en Badalona, pero en conjunto los cuatro partidos sumaran solo algún centenar de concejales.

El presidente del Partido Popular catalán, Alejandro Fernández, y el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, durante una manifestación por el 12 de octubre, a 12 de octubre de 2022, en Barcelona.
El presidente del Partido Popular catalán, Alejandro Fernández, y el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, durante una manifestación por el 12 de octubre en Barcelona. Kike Rincón / EP

La derecha españolista de carácter ultranacionalista se presenta a estas elecciones municipales del 28 de mayo extremadamente dividida y fragmentada en Catalunya. Y con síntomas de descomposición. A las tres fuerzas estatales habituales de los últimos años, PP, Vox y Ciudadanos, hay que sumar la aparición de Valents –una formación de reciente creación que aglutina exmiembros de otras formaciones con especial relevancia de disidentes del PP y Cs–. A estas cuatro siglas habría que añadir alguna candidatura de esta tendencia de carácter independiente.

Las cuatro formaciones tienen muy poca implantación territorial, se presentan con un reducido empuje que augura una limitada representación, con puntuales alcaldías que se pueden contar con los dedos de una mano en los 947 municipios catalanes y la perspectiva de obtener solo algún centenar de concejales en conjunto. Un comportamiento electoral muy lejos de lo que es habitual en el conjunto del Estado con la excepción del País Vasco.

Albiol, Sirera y Millo, los tres hombres de Feijóo

El PP continúa siendo el partido más relevante de los cuatro y aunque la demoscopia augura una cierta recuperación en algunas de sus plazas tradicionales, en conjunto no se prevé que obtenga una representación significativa. Con todo, desde Madrid se ha puesto el foco en Catalunya, y Génova interviene directamente en la toma de decisiones. Ha forzado la presentación de listas con el objetivo de reforzar las expectativas de cara a las generales y apuntalar las aspiraciones de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del Gobierno estatal.

Para ello, Feijóo ha confiado en tres nombres: Xavier García Albiol con todas las opciones para recuperar la alcaldía ni más ni menos que de Badalona, la cuarta ciudad en habitantes de Catalunya. Un fenómeno que tiene mucho más que ver con el carisma de Albiol que con la implantación del PP. El segundo de la lista sería Daniel Sirera, dirigente de la vieja guardia del PP catalán que cayó en el ostracismo en Catalunya y que estaba trabajando para el candidato del PP en el País Valencià a la presidencia de la Generalitat, Carlos Mazón. Sirera encabeza la lista de Barcelona ciudad por encargo directo de Feijóo y con el objetivo de recuperar al PP en la capital catalana, donde hace cuatro años estuvo a décimas de quedarse sin representación con el excéntrico Josep Bou como jefe de filas.

PP, Vox, Ciudadanos y Valents tienen poca implantación y se augura una limitada representación

El tercer hombre de Feijóo sería Enric Millo, el denostado exdelegado del Gobierno estatal en Catalunya durante la época del procés que ahora vive en Andalucía, donde dirige la Secretaría General de Acción Exterior, Unión Europea y Cooperación en el Gobierno de la Junta de Juan Manuel Moreno Bonilla. Feijóo ha encargado a Millo el impulso de las listas electorales en Catalunya con el objetivo de presentar las máximas posibles. Una presión que ha llevado al PP a presentar algunos candidatos fantasma peculiares como el hecho de que las senadoras de Múrcia y Alicante, Adelaida Pedrosa y Violante Tomás, se presenten en un pequeño municipio de la provincia de Lleida como Bell-lloc d'Urgell. Está por ver si esto supone el retorno de Millo a la política catalana para la reconstrucción de un PP que parece haber tocado fondo y puede remontar, pero fuentes próximas al exdelegado del Gobierno español aseguran que no tiene intención de volver por ahora.

Todo este operativo impuesto por Génova ha dejado al margen a la dirección actual del PP en Catalunya, provocando fuerte malestar, y con un presidente del partido, Alejandro Fernández, desaparecido en combate y cuestionado. Los enfrentamientos internos también se han puesto de manifiesto en operaciones como la de Santa Coloma de Gramenet, donde el partido intentó colocar un diputado disidente de Vox, Antonio Gallego, como cabeza de lista, frente a la potente alcaldesa socialista Núria Parlon y al conocido candidato de ERC, Gabriel Rufián. La proximidad de la ciudad a Badalona obligó a intervenir a Albiol colocando al frente de la candidatura de Santa Coloma directamente a su lugarteniente en el consistorio badalonés, Miguel Jurado.

Incremento de listas con Badalona y Barcelona en el foco

Así pues, los populares han puesto toda la carne en el asador y ha presentado un total de 227 candidaturas. Una cifra que contrasta con los resultados que obtuvo en Catalunya en las elecciones municipales de 2019. Los populares se quedaron con 66 concejales y poco más del 4% de los votos. En cambio, en cuanto al número de listas presentadas, el PP supera este 28M en Catalunya a En Comú Podem, CUP, Cs y Vox. Cifra que, a pesar de que no da para obtener un resultado relevante en número de municipios, genera optimismo en el PP: "El resultado será satisfactorio porque supondrá una reactivación del PP en Catalunya", asegura un dirigente del partido.

La principal baza es Xavier García Albiol, que tiene en la punta de los dedos la mayoría absoluta para obtener la alcaldía de Badalona. Albiol goza de una gran popularidad en Badalona, ha desarrollado una estrategia sin sus habituales derrapadas xenófobas y autoritarias y se ha posicionado como una candidatura de ciudad con el lema "Badalonismo", escondiendo las siglas del PP y con una gran actividad en redes sociales. Su único punto débil es que acumula todo el voto de derechas y sin mayoría absoluta los diversos grupos de la oposición ya han mostrado capacidad para superar las muchas diferencias existentes para cerrarle el paso a la alcaldía. Según Albiol, "defender Badalona no es ni de derechas ni de izquierdas", en una clara intención de atraer votos en todas las fronteras electorales con una estrategia altamente populista.

El PP ha puesto toda la carne en el asador y ha presentado un total de 227 candidaturas

En cuanto a Barcelona, Daniel Sirera parece tener el viento de cola a favor y tener asegurada la representación. Se prevé un grupo municipal pequeño, de entre tres y cinco concejales, pero con la probable desaparición de Ciudadanos ostentaría el monopolio de la derecha españolista en la capital catalana si finalmente ni Vox ni Valents obtienen representación. Y además el PP puede ser decisivo en la elección de la alcaldía en un consistorio sumamente fragmentado con cuatro candidatos a la vara de mando. Sirera ya ha manifestado que no se cierra a hacer alcalde a Xavier Trias, a pesar de pertenecer a Junts, si saca la independencia de la ecuación. Cualquier cosa para evitar que Ada Colau repita en la alcaldía o que el republicano Ernest Maragall sea su posible relevo.

Para Sirera, en Barcelona hace falta recuperar "el camino del diálogo y el consenso", después de 12 años de "separatismo y populismo de izquierdas", y "la Barcelona de las oportunidades que enamoró al mundo". A su juicio, la capital catalana necesita un gobierno municipal "que deje de enfrentar a los ciudadanos entre ellos". "Hay que recuperar el futuro que Colau y Collboni nos han robado gobernando sólo para unos y no para todos los barceloneses", asegura.

Sirera defiende que es necesario volver a la Barcelona "del orden, de la economía de la ciudad y su pequeño comercio, del turismo de calidad, la colaboración entre la esfera pública y la privada y el espíritu de los Juegos Olímpicos".

Finalmente, el PP intentará sumar votos –más que un gran número de concejales– en el máximo número de municipios, con mayor incidencia en alguno de ellos como el caso de Castelldefels, donde Manuel Reyes ya obtuvo la alcaldía y ahora ha absorbido al grupo local de Ciudadanos. Y con alguna alcaldía puntual y esporádica en pequeñas localidades como Pontons, donde se suele presentar una única lista.

Ciudadanos lucha por evitar la extinción

Como en el resto del Estado, la desintegración de Ciudadanos no es una excepción en Catalunya a pesar de ser su cuna de nacimiento. Los de Inés Arrimadas presentarán 92 listas en conjunto y difícilmente obtendrán el resultado de hace cuatro años, con 239 concejales. Bien al contrario, ahora Ciudadanos mantendrá una lucha a vida o muerte por evitar su extinción o su paso a la irrelevancia política.

A la debacle que sufre en todo el Estado, en Catalunya suma una baja presencia municipalista, con muy pocas agrupaciones locales fuera de algunas grandes ciudades. A pesar de haber ganado las elecciones al Parlament de 2017, Cs no ha conseguido nunca enraizarse territorialmente. Y a la falta de candidatos en muchos municipios se suma la fuga de sus principales figuras. El máximo exponente es la ciudad de Tarragona, donde su jefe de filas en el Ayuntamiento, Rubén Viñuales, ahora paradójicamente será el cabeza de lista del PSC.

A pesar de ganar las elecciones al Parlament de 2017, Cs no ha conseguido nunca enraizarse territorialmente

Fenómeno que ha pasado en otros municipios como Vila-seca, con un trasvase casi total de sus huestes a las filas socialistas. Ciudadanos lo fía todo a conseguir representación en el Ayuntamiento de Barcelona. Pero la situación de desbandada en el consistorio municipal no es mucho mejor que en el resto de Catalunya. El grupo municipal se ha fracturado totalmente con luchas intestinas internas –como de hecho ha pasado en grupos municipales de otros ayuntamientos–. La fractura se inició al principio del mandato, cuando el partido rompió con los concejales afines a Manuel Valls que se constituyeron como Valents.

Posteriormente fue la concejal Marilén Barceló la que se descolgó para pasarse a este nuevo partido. Y finalmente la dirección de Ciutadans expulsó a su portavoz en el Ayuntamiento de Barcelona, Paco Sierra, decisión que a su vez provocó la dimisión de la jefe de filas municipal, Luz Guilarte –destinada a ser la candidata el 28-M–, perdiendo definitivamente el control de un grupo municipal que comenzó su andadura con seis concejales. Así, en Barcelona el grupo municipal ha quedado prácticamente al completo fuera de la lista y la dirección ha confeccionado una nueva aupando en las primarias a la experiodista Anna Grau a la cabeza. Grau se enfrentó y derrotó ampliamente a Koldo Blanco que representaba al sector crítico. Pero la experiodista es una candidata sin experiencia que dio el paso a la política hace solo dos años integrándose a Ciudadanos en las elecciones al Parlament de 2021 en que el partido perdió 30 diputados de golpe y se quedó con solo seis, con un escaño para la ahora alcaldable por Barcelona. Según Grau, "hemos aprendido de los errores y por eso hemos confeccionado una candidatura con gente comprometida de la pedrera".

Vox intenta emerger pero con dificultad

En cuanto a la extrema derecha, se prevé una cierta irrupción en el ámbito municipal pero con unas expectativas muy rebajadas respecto a lo que se esperaban después de conseguir 11 diputados en el Parlament por primera vez en la historia. Vox presentará 133 listas y aunque sea solo por inercia crecerá respecto a hace cuatro años ya que no tiene representación en los ayuntamientos catalanes más allá de algún concejal tránsfuga que se ha sumado a la formación durante el mandato. Pero si no consigue representación en Barcelona y no se consolida en las principales ciudades del área metropolitana –donde en 2021 obtuvo buenos resultados al Parlament– puede sufrir un susto considerable.

La extrema derecha prevé una cierta irrupción en las municipales pero con expectativas rebajadas

Problemas internos que ha provocado la deserción de alguno de los diputados, como es el caso de Antonio Gallego, o las dificultades para situar un cabeza de lista potente como alcaldable por Barcelona han desinflado las opciones de Vox. En Barcelona todas las encuestan sitúan como muy improbable que consigan representación después que Juan Garriga, hermano de su cara más visible y máximo dirigente del partido Ignacio Garriga, renunciara a encabezar la lista. Finalmente, el candidato será Gonzalo de Oro-Pulido, un empresario dedicado a la gestión de patrimonio que es un verdadero desconocido para los barceloneses. Otro elemento que puede evitar el crecimiento de Vox es que a diferencia de otras zonas del Estado, el desgaste de Ciudadanos no solo alimenta al PP y Vox sino que el PSC está siendo también un claro beneficiado. Una peculiar reacción electoral pero que evita engrosar las filas de la derecha y la extrema derecha en Catalunya.

Valents, la cuarta en discordia saca la cabeza

Finalmente, Valents es la nueva fuerza del espacio de la derecha españolista que se suma a la alta fragmentación de un espacio electoral que en Catalunya ya no es demasiado amplio para repartirse en cuatro trozos. Valents nace a partir del núcleo dirigente de lo que fue la experiencia frustrada de Barcelona pel Canvi de Manuel Valls después de sumar dirigentes y militantes desafectos tanto del PP como de Ciudadanos. Lo que le ha permitido llegar a las elecciones con algunos concejales sustraídos a ambas formaciones. Y después de aliarse con algunas candidaturas locales de este signo.

En total presentará unas 70 candidaturas y su gran batalla es por mantener la presencia en el Ayuntamiento de Barcelona que ahora tiene en la concejal Eva Parera, su principal cara visible. Parera fue una dirigente de Unió Democràtica de Catalunya que engrosó las filas de la Barcelona pel Canvi de Manuel Valls hace cuatro años en pleno procés. Temas clásicos de la extrema derecha como los ataques a la inmigración, la seguridad o las ocupaciones de viviendas marcan su ideario con duros ataques constantes al Gobierno de Ada Colau.

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