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"La dignidad del Ateneo de Madrid no puede estar en venta. El acto de Falange es inmoral"

El expresidente del Ateneo de Madrid César Navarro se ha mostrado "desolado" al ver al partido fascista celebrando un acto en la centenaria institución. Fuentes de la Junta de Gobierno alegan que el Ateneo respeta "la libertad de expresión" de todos, incluso cuando no se está de acuerdo con sus postulados. Varios socios y socias se muestran muy críticos con la decisión de alquilar una de las salas a falangistas para conmemorar el aniversario de la creación de Falange. 

Eduardo García Serrano, director de El Correo de Madrid y colaborador habitual de Intereconomía en el acto de Falange en el Ateneo de Madrid.- YOUTUBE

ALEJANDRO TORRÚS

Cuenta el poeta y socio del Ateneo Aarón García Peña que cuando los falangistas ocuparon el edificio del Ateneo de Madrid en los últimos días de marzo de 1939 no solo clausuraron la institución, se apropiaron del espacio y robaron su histórico archivo. No. También utilizaron su larga lista de socios, con nombres completos y domicilios, para conocer qué personas estaban ligadas al "libre pensamiento" y comenzar las represalias. Ya saben: cárcel o fusilamiento. "El Ateneo fue utilizado por Falange como un medio, un método para descubrir dónde estaban sus enemigos", prosigue el poeta, presidente de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid

Quizá por ello el médico de 86 años y expresidente del Ateneo hasta hace apenas unos meses, César Navarro, asegura a Público que se encuentra "desolado" tras enterarse de que la institución había permitido un acto de Falange en su salón de actos. Un acto donde se exaltó el golpe de Estado del 18 de julio que derivó en una Guerra Civil y la dictadura franquista. "Es inmoral por completo y una contradicción evidente. La dialéctica de los puños y las pistolas solo sirven para la destrucción y la guerra. No puede tener cabida en nuestra casa. No lo concibo de otro modo", explica Navarro a este periódico. 

"El Ateneo fue utilizado por Falange como un medio, un método para descubrir dónde estaban sus enemigos"

El expresidente explica la represión que Falange ejerció contra muchos socios y socias del Ateneo durante la posguerra. Un ejemplo es el del doctor naturista Eduardo Alfonso Hernán (1894-1991), que pasó por diferentes penales franquistas hasta que acabó en el exilio. También habla de él mismo, quien tuvo que huir a Francia con seis años junto a su familia. Hay otros casos más famosos, como el de Azaña, presidente del Ateneo tras la caída de Primo de Rivera y una de las personalidades más relevantes de la II República. 

Navarro insiste en que el Ateneo es un lugar que apuesta por la convivencia, por el debate y la confrontación de ideas. Pero siempre desde el pacifismo y el respeto al otro. "Y ese no es el papel de Falange, que fue un actor principal en el golpe de Estado que nos llevó a la Guerra. Son todo lo contrario. Quien autoriza un acto así en el Ateneo es que no tiene ni idea de la historia de esta institución", prosigue el expresidente. 

"He leído que la Junta Directiva dice que pagaron el alquiler de la sala. Pues bien, si la razón por la que se ha permitido la entrada de Falange es meramente económica es lamentable. La dignidad del Ateneo no está en venta. Es inmoral", afirma tajante el expresidente, que responsabiliza de esta decisión a la actual Junta Directiva del Ateneo y a su presidente, Juan Armindo Hernández. "El Ateneo y su Junta Directiva tienen herramientas para evitar que se celebren este tipo de actos. Si yo estuviera en su posición hubiese dimitido inmediatamente", sentencia Navarro. 

El doctor también recuerda que, en otras ocasiones, la Junta Directiva ha vetado actos falangistas y de organizaciones cercanas a la extrema derecha por entrar en "contradicción absoluta" a los principios morales del Ateneo. "El propio Carlos Paris [expresidente del Ateneo] ordenó descolgar el retrato de José Antonio Primo de Rivera de nuestros pasillos. La dialéctica de los puños y las pistolas no puede ser bien recibida en nuestra casa", insiste. 

El Ateneo alega el respeto máximo a la libertad de expresión para explicar por qué alquiló una sala para un homenaje falangista

Desde el Ateneo de Madrid, por contra, remiten a este periódico un comunicado que redactaron con motivo de una polémica que tuvo lugar cuando el embajador de Venezuela en España participó en un acto en el Ateneo. Entonces, las quejas se sucedieron desde la derecha. El documento explica que el artículo 13 del reglamento del Ateneo "reconoce y ampara el derecho de todo socio para profesar o emitir cualquier suerte de ideas políticas, religiosas o sociales, por radicales que sean u opuestas a las profesadas por los demás". 

Así, fuentes de la Junta Directiva han explicado a Público que "todo lo que sea legal" tiene derecho a expresarse en el Ateneo. Y lo cierto es que la exaltación de la dictadura franquista no está prohibida en España. "Nos puede gustar o no, pero es lo que marca nuestro reglamento. La petición de alquiler del Salón de Actos por parte de Falange nos situó entre la espada y la pared. Si decimos que no, nos montan un lío por censurarlos. Nosotros creemos en la democracia y, además, creemos que tienen derecho a hacerlo. Y si decíamos que sí, como finalmente pasó, pues mira la que se ha montado...", precisan estas fuentes de la Junta Directiva.  

La difusión de las imágenes del acto falangista en el Ateneo de Madrid ha supuesto un auténtico terremoto en la centenaria institución y entre sus socios y socias. Por Whatsapp han circulado peticiones de "boicot" e incluso movimientos para exigir la dimisión del presidente. Sin embargo, desde dentro de la Junta Directiva y desde fuera de la misma, las personas contactadas por Público llaman a "la calma" y a "intentar solucionar" esta situación "en los órganos propios" del Ateneo y no "airear los trapos sucios". No obstante, hay quien no olvida que con otros presidentes y otras juntas directivas esto nunca hubiera sucedido. "Con Carlos Paris nada de esto hubiese sucedido", insiste el expresidente, en recuerdo de su homólogo ya fallecido. 

"El Ateneo de Madrid que fue presidido por hombres del tamaño de Manuel Azaña o Carlos Paris se ha hundido en el desprestigio más absoluto"

La propia viuda de Carlos Paris y fundadora del Partido Feminista, Lidia Falcón, no da crédito ante lo que sucedió el sábado en el Ateneo ni ante los argumentos y explicaciones de la actual Junta Directiva. "El Ateneo de Madrid que fue presidido por hombres del tamaño de Manuel Azaña o Carlos Paris se ha hundido en el desprestigio más absoluto. La Junta Directiva alega que los falangistas alquilaron la sala. Pero, ¿qué es esto? ¿Un comercio o uno de los mayores espacios de pensamiento y progreso del país? Es el colmo. Este Ateneo ya no tiene personalidad ni pensamiento. No podemos actuar como un centro de congresos", denuncia Lidia Falcón. 

La situación es delicada y desagradable. Y es que en el Ateneo de Madrid llueve sobre mojado. La institución lleva muchos años en una situación económica más que complicada. Las subvenciones que recibía cada año han ido descendiendo hasta los 350.000 que recibió en 2019, de los que 200.000 proceden del Ayuntamiento de Madrid y 150.000 llegan de la Comunidad. Desde la Junta Directiva, de hecho, muestran sus dudas de que el Partido Popular, ahora en el Ayuntamiento, vaya a mantener la subvención que aprobó Ahora Madrid. 

La situación económica es tan delicada que ha llevado a la institución, incluso, a subastar algunos de sus cuadros en años anteriores. Asimismo, la institución tampoco ha encontrado una situación de paz interna en un largo período. Desde la Junta Directiva aseguran que hay gente dentro del Ateneo que "aprovecha cualquier circunstancia para cargar contra ellos". Mientras que otro grupo de socios, más situados en la izquierda política, desliza el temor de que la derecha se vea tentada a dejar morir a la institución con la intención de privatizarla.

Sea como fuera, lo cierto es que las cuentas del Ateneo llevan muchos años en una situación más que maltrecha y que uno de las grandes temores de los socios y socias que han sido contactados por Público es que el Ateneo haya decidido aceptar a Falange únicamente por motivos económicos para poder cuadrar presupuestos ya que, en otras ocasiones, con otros presidentes, sí se han vetado actos de extrema derecha. "El departamento de alquiler de salas suele aceptar cualquier propuesta que venga con dinero por delante. Si se trata de un alquiler por una jornada completa y a un perfecto desconocido, totalmente externo, hablaríamos de hasta 4.000 euros", cuenta Jaume D'Urgell, expresidente de la Agrupación de Retórica y Elocuencia del Ateneo, 

"El acto no aparecía en el boletín ni se nos había informado previamente. Parece que había una intención de esconderlo a los socios"

Así, el poeta y presidente presidente de la Sección de Literatura Aarón García Peña también muestra sus recelos y dudas sobre este asunto. Su miedo, como se ha expresado antes, es que el Ateneo haya decidido aceptar este acto poniendo sobre la mesa únicamente el factor económico: "Está por dilucidar y lo veremos en los órganos internos. Pero espero que entre los motivos que han llevado a aceptar este acto no esté un desmesurado interés en lo económico ni una falta de valentía de la Junta Directiva". "Lo que sí me parece sorprendente es que la Junta de Gobierno del Ateneo haya actuado a hurtadillas. El acto no aparecía en el boletín ni se nos había informado previamente. Parece que había una intención de esconderlo a los socios", prosigue García Peña. 

Por su parte, Jaume D'Urgell se ha mostrado mucho más crítico con la conmemoración del nacimiento de Falange que se celebró el sábado en el Ateneo. Lo describe como una "ignonimia" y dice sentir una "vergüenza inenarrable". El también investigador en el Euro-Mediterranean University Institute cree que es momento de dar un cambio de rumbo en el Ateneo con el fin de asegurar su sostenibilidad y continuidad histórica.  Y cuando habla de cambio de rumbo no solo se refiere a las personas que hay dentro sino también a la actitud de las instituciones públicas. "Actualmente, el presupuesto del Ateneo se destina principalmente al pago del mantenimiento del edificio, a suministros y sueldos de las trabajadoras. El Estado debería implicarse mucho más en el mantenimiento de esta institución".

"Es indignante para la historia del Ateneo y no hay dinero en el mundo para dar cabida a esas ideas dentro del edificio"

Así, Urgell señala algunos de los puntos que todos y todas los interesados en mantener el Ateneo deben mejorar para asegurar su viabilidad. Por una parte, una financiación justa y suficiente en los Presupuestos Generales del Estado, como sucedía hasta la llegada de Mariano Rajoy al poder en 2011. Por otro lado, una "toma de conciencia de las socias, una rebaja de las cuotas y una participación activa de todos los socios". Por último, Urgell también llama a replantear los vínculos del Ateneo con el resto de instituciones académicas: "Tenemos que reverdecer los vínculos con las Universidades, reconectar con las gentes de las Ciencias y de las Artes, restablecer los pactos con el CSIC, con la Biblioteca Nacional, con la UNED y con el resto de instituciones". 

Otros socios y socias del Ateneo han mostrado su opinión en redes sociales. Una de ellas ha sido Ana Menéndez que este jueves expresaba en la red social Twitter su enfado con la decisión de la Junta Directiva. La socia señalaba que alquilar el salón de actos "a los herederos de quienes cerraron el espacio en 1939" es superar "una línea roja muy grande". "Es indignante para la historia del Ateneo y no hay dinero en el mundo para dar cabida a esas ideas dentro del edificio", ha señalado Menéndez. 

El objetivo es que el Ateneo vuelva a gozar del prestigio y la centralidad de antaño. Que sus salas vuelvan a disfrutar de intensos debates de ideas, de propuestas, problemas y soluciones. Que sus históricos asientos sirvan para que la ciudadanía pueda seguir construyendo su país, tal y como hicieron ilustres ateneístas como Mariano José de Larra, Clara Campoamor, Manuel Azaña, Miguel de UnamunoRamón María del Valle-Inclán. Pero para eso y, de momento, el Ateneo tiene que recuperar juventud, energía y una armonía interna perdida. El primer paso a solucionar es el debate que se abrió el sábado: ¿Tiene la Falange cabida en un lugar como el Ateneo?

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