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La elección de los números dos define la estrategia de los partidos de cara a las elecciones catalanas

Varían desde apuestas claramente continuistas, como Vilagrà (ERC) o Romero (PSC), a incorporaciones sorprendentes, como la de la empresaria Anna Navarro en Junts. La CUP, los Comuns y el PP también optan por nombres orgánicos.

Los seis número dos de los partidos que se presentan a las elecciones catalanas del 12 de mayo.
Los seis número dos de los partidos que se presentan a las elecciones catalanas del 12 de mayo. Público

Alícia Romero (PSC), Laura Vilagrà (ERC), Anna Navarro (Junts), Laure Vega (CUP), Lluís Mijoler (Comuns Sumar) y Manu Reyes (PP). Seis nombres que no acapararán titulares las próximas semanas –con alguna excepción ocasional–, ni concentrarán peticiones de entrevistas, pero que tendrán un papel clave de cara a las elecciones al Parlament de Catalunya del 12 de mayo y que sirven para definir la estrategia de campaña de sus respectivas formaciones.

Son los números dos por Barcelona, de los principales partidos y, por lo tanto, las personas que harán tándem con el cabeza de lista. Solo un caso, el de Anna Navarro, es un fichaje independiente, que aterrizará en el Parlament después de tres décadas de una exitosa trayectoria empresarial en los Estados Unidos, mientras que el resto son dirigentes con peso en sus formaciones y con una experiencia política más o menos larga.

Dicho esto, presentan diferencias notables entre ellos, más allá de la obvia distancia ideológica. Desde personas de la máxima confianza de los respectivos líderes –con Romero y Vilagrà como ejemplos–, a elecciones que responden a la voluntad de la dirección estatal del partido de intentar controlar a un candidato más o menos díscolo –sería el caso de Manu Reyes, bendecido por el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo– o que buscan reconectar con el mundo municipal –Lluís Mijoler–.

Si nos centramos en los tres principales partidos, es decir, PSC, ERC y Junts –los únicos que aspiran a la presidencia de la Generalitat–, Salvador Illa y Pere Aragonès han hecho una apuesta claramente continuista, mientras que Carles Puigdemont ha optado por una vía más rupturista, al escoger una independiente en un gesto que demuestra, nuevamente, que su opinión es la única que realmente decide en Junts.

Illa y Aragonès refuerzan sus manos derechas

La elección de Alícia Romero como número dos del PSC no ha sido ninguna sorpresa, puesto que en la legislatura saliente se ha consolidado como la mano derecha de Salvador Illa en el Parlament. Portavoz de la formación en la cámara desde el inicio del mandato, Romero también forma parte del gobierno alternativo de Catalunya impulsado por el primer secretario de los socialistas catalanes, donde se encarga de las áreas de Economía y Hacienda

Integrante del núcleo duro de la dirección del partido, Romero –de 47 años– ha tenido un papel clave en la legislatura, puesto que ha participado en las negociaciones de los principales acuerdos que ha cerrado el PSC, como por ejemplo los de los presupuestos de 2023 y 2024 –estos últimos pactados con el Govern, pero no aprobados por el rechazo de los Comuns–, y se ha encargado de engrasar las relaciones con grupos como ERC o Junts.

Con un liderazgo creciente en la formación, tras 12 años en el Parlament, su ascenso a número dos se ve como un "paso natural" en las filas socialistas. Además, no deja de reflejar la voluntad de Illa de continuar la estrategia política seguida en los últimos años, con capacidad para llegar a acuerdos puntuales con los dos grandes partidos independentistas en cuestiones sociales y económicas.

También es claramente continuista la elección de Laura Vilagrà como número dos de Aragonés en la lista de ERC por Barcelona. En este caso, el president quiere marcar perfil gestor y poner en valor la tarea desarrollada por la Generalitat.

La número dos, de hecho, repite la posición que ya ocupó en la candidatura para los comicios del 14 de febrero de 2021. Mano derecha de Aragonès durante todo el mandato e inicialmente consellera de la Presidencia, hace un par de meses había sido ascendida a vicepresidenta, un nombramiento que institucionalizaba una función que, de facto, ya había ejercido durante todo el mandato.

Su incorporación a la candidatura de 2021 como número dos había sido una sorpresa, después de un tiempo alejada de la política institucional. Previamente, ya había sido diputada en el Parlament y durante 12 años (2003-2015) alcaldesa de Santpedor (en la Catalunya Central), su municipio.

En esta ocasión, su elección era previsible y más teniendo en cuenta que Aragonès es un político poco avezado a sorpresa. Durante el mandato, Vilagrà ha ganado músculo político y, más allá del trabajo de coordinación del ejecutivo, se ha integrado en las principales negociaciones con el Gobierno, a través de organismos como la mesa de diálogo.

A pesar de representar un perfil claramente gestor, también ha sido la última responsable del caos con las oposiciones del año pasado –Función Pública depende de Presidencia– y se había convertido en la principal defensora dentro de la Generalitat de los Juegos Olímpicos de Invierno, un proyecto fuertemente contestado a nivel territorial y al cual al final el Govern renunció.

La apuesta no presidenciable de Junts

Empresaria tecnológica con décadas de experiencia en el californiano Silicon Valley, el de Anna Navarro es hasta ahora el fichaje más sorprendente de cara a unas elecciones en el Parlament, donde la incorporación de nombres independientes no está siendo destacada.

Conocida en determinados círculos empresariales y galardonada por la Generalitat el 2021 con la Creu de Sant Jordi, su salto a la política responde a la voluntad de Carles Puigdemont de intentar reconectar a Junts con sectores económicos.

El suyo es un fichaje personal del expresident del Govern, que demuestra nuevamente que impondrá su criterio a la hora de confeccionar las listas sin estar pendiente de vínculos o equilibrios orgánicos del partido.

Con un perfil marcadamente neoliberal y de clase, Navarro no tiene un rol presidenciable, de forma que en ningún caso se la puede considerar como el hipotético plan B de Junts si, por una cuestión judicial, Puigdemont no pudiera asumir la presidencia –siempre que la aritmética electoral le permitiera liderar el Govern, obviamente–. Dicho con otras palabras, Junts todavía tiene que desvelar qué candidatos de más peso político acompañan a Puigdemont en la lista.

Manu Reyes, el hombre de Feijóo en Catalunya

En las antípodas ideológicas de Navarro se encuentra Laure Vega, número dos de la CUP. Diputada en el Parlament desde diciembre, optaba a liderar la candidatura, pero las bases se decantaron por Laia Estrada como cabeza de lista. Con todo, tanto Vega como Estrada forman parte de Endavant, la corriente de mayor influencia en la formación anticapitalista.

Exconcejal en su ciudad, Sant Boi de Llobregat (en el área metropolitana de Barcelona), Vega tiene una amplia trayectoria en movimientos sociales del municipio y del Baix Llobregat, sobre todo en el ámbito feminista y de defensa del derecho a la vivienda, y destaca por su discurso combativo.

Ya fue la número dos de la candidatura de la CUP en las elecciones generales del 23 de julio, en las que el partido se quedó sin representación. Los últimos años ha ganado peso en la formación y es miembro del secretariado nacional, su dirección.

También es claramente orgánica la elección de Comuns Sumar, que ha situado al alcalde del Prat de Llobregat, Lluís Mijoler, como número dos de Jéssica Albiach.

Mijoler conecta con el alma más municipalista de la formación y hace cinco años que está al frente de la ciudad –de 65.000 habitantes–, uno de los históricos feudos del espacio político, puesto que la gobierna desde 1979 –primero bajo las siglas del PSUC, después de ICV y ahora de los Comuns–.

La número dos de Comuns Sumar ha sido uno de los principales líderes de la oposición a la ampliación del aeropuerto del Prat y, por lo tanto, le permite reforzar al partido la bandera ecologista, que ya levantó con su "no" a los presupuestos con el argumento del Hard Rock.

Finalmente, está el caso particular del PP. Alejandro Fernández se ha salido con la suya y volverá a liderar la lista de la formación conservadora, como ya hizo en 2021, a pesar de su enfrentamiento con Alberto Núñez Feijóo. Ahora bien, ha tenido que aceptar como número dos a Manu Reyes, alcalde de Castelldefels y antiguo diputado en el Parlament.

Reyes es un dirigente estrechamente vinculado a la eurodiputada Dolors Montserrat, la persona que dirigirá la campaña y que, a la vez, se ha encargado de elaborar las listas, por encargo del líder estatal del partido. En cierto modo, el alcalde de Castelldefels –que recuperó el cargo el año pasado, después de haberlo ostentado ya del 2011 al 2015– será el hombre de Feijóo en el Parlament y quien le tiene que servir para tener bajo control a Fernández.

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