Las encuestas revelan la creciente pérdida de votos de Junts hacia Aliança Catalana
Los sondeos muestran como cada vez un mayor número de antiguos electores del partido de Puigdemont ahora se decantaría por la formación independentista de ultraderecha.

Barcelona-
La decisión de la dirección de Junts de dar marcha atrás en la encarrilada moción de censura para hacer caer a Sílvia Orriols de la alcaldía ha evidenciado el temor de la formación de Puigdemont ante el posible crecimiento de Aliança Catalana, el partido independentista de extrema derecha. El cambio de rumbo, impuesto por la dirección nacional a la agrupación local, se tomó después de que una encuesta interna constatara una percepción negativa del movimiento.
A la vez, no se puede menospreciar una frontera electoral cada vez más porosa entre las dos formaciones, puesto que los últimos sondeos evidencian como la principal fuga de votos de los juntaires se dirige, precisamente, hacia Aliança y, al mismo tiempo, antiguos simpatizantes postconvergentes son el gran granero de apoyos de la extrema derecha independentista.
En las elecciones al Parlamento de Catalunya del 12 de mayo del año pasado, Aliança Catalana se acercó a los 120.000 votos, que le abrieron las puertas de la cámara al obtener representación en Girona -la misma Orriols, líder del partido- y Lleida -Ramon Abad-. Dos demarcaciones donde Junts es especialmente fuerte -fue la opción más votada, siguiendo la tradición de la antigua CiU- y donde Aliança se elevó al 9% y el 7,75% de los sufragios, respectivamente.
Paralelamente, varios trabajos posteriores a los comicios pusieron de manifiesto como el grueso de electores de los de Orriols habían votado otras formaciones independentistas en las elecciones autonómicas previas, celebradas en febrero de 2021. Así, por ejemplo, según un estudio del diario Ara, más de la mitad de los votantes de Aliança provenía de Junts (62.000), claramente por delante de los que habían optado por ERC (11.200), la abstención (12.270) o el voto nulo o en blanco (14.300). Una tendencia que parece que continuará.
¿Qué dicen las encuestas?
Según el último Baromètre d'Opinió Política, publicado a finales de noviembre por el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) , si se celebraran elecciones en el Parlament Aliança Catalana podría multiplicar su presencia en el legislativo, hasta llegar a los seis o siete diputados, un crecimiento que en parte iría asociado a la caída de Junts, que pasaría de los 35 escaños a actuales a entre 30 y 32.
El trabajo del organismo público apunta que el 5% de los votantes de Junts el 12 de mayo pasado engordarían ahora las filas del partido de Orriols. Puede parecer un volumen relativamente bajo, pero en términos absolutos hablamos de unas 34.000 personas, una cifra nada despreciable. De hecho, es el mayor escape que sufriría Junts, que viviría fugas menores hacia ERC o la CUP.
Además, Aliança sería la segunda opción de voto para el 13% de los simpatizantes de Junts -en este caso por detrás de ERC (42%) y la CUP (17%), mientras que la mitad de los votantes del partido de extrema derecha se decantan por Junts como segunda opción. A la vez, no se puede obviar que los votantes del partido de extrema derecha solo aprueban a Carles Puigdemont -con un 5,1- entre los principales dirigentes políticos catalanes, además de a su propia líder.
Trasvase al alza
De mucho más reciente aparición es el Sondeig d'Opinió Catalunya 2024, presentado la semana pasada por el Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS), un organismo que depende de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) y la Diputación de Barcelona. A partir de un trabajo de campo realizado entre noviembre y diciembre del año pasado, la encuesta también sitúa a Aliança Catalana como el principal destino de los votantes que dejan Junts.
En concreto, en el caso de las elecciones en el Parlament, el 6,7% de los votantes del partido de Puigdemont el 12 de mayo pasado aseguran que ahora votarían la fuerza de Orriols, lo que nos situaría en una cifra absoluta de más de 45.000 ciudadanos, un volumen al alza con relación al Baròmetre del CEO, elaborado previamente.
Nuevamente en este caso, los votantes del partido de extrema derecha solo aprueban a su líder y a Carles Puigdemont, mientras que a la hora de indicar sus preferencias como presidente de la Generalitat sitúan al exjefe del Govern en segunda opción, con el 18,2%. En la misma pregunta los votantes juntaires sitúan a Orriols solo por detrás de su líder, aunque con un porcentaje mucho más bajo (4,4%). Así mismo, casi uno de cada cinco votantes de Junts confiesan sentirse "mucho o bastante próximos" al partido de extrema derecha, mientras uno de cada cuatro se define como "ni próximo ni distante".
El estudio del ICPS también pregunta por la preferencia de voto en las municipales y este ámbito vuelve a mostrar la porosidad entre las dos formaciones. Así, el 18,2% de las personas que optaron por la papeleta de Aliança en los últimos comicios al Parlament irían a parar a Junts en unas elecciones locales. Con todo, la implantación municipal del partido de extrema derecha todavía es muy reducida y apenas será en los comicios del 2027 cuando se producirá un enorme crecimiento de sus candidaturas locales.
En este sentido, hace unas semanas Nació informaba que la formación ya ha completado unos 20 congresos comarcales para ir engrasando su expansión territorial. De cara a las municipales de aquí a poco más de dos años el objetivo prioritario es irrumpir con fuerza en ciudades de la Catalunya Central, como Manresa, Vic, Berga o Solsona, en núcleos del interior de Girona, como Olot, Banyoles y Figueres, o en capitales comarcales de Lleida, como Mollerussa o Cervera. La mayoría han sido tradicionalmente feudos de la antigua CiU -actualmente de Junts- y en los comicios en el Parlament Aliança obtuvo apoyos próximos o superiores al 10%.
Esta misma semana, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha descartado hipotéticos pactos entre las dos formaciones después de las municipales de 2027, con el argumento que el "discurso de odio" de Aliança representa la "política contrapuesta" a la suya. Pero la realidad es que desde la irrupción del partido de extrema derecha, Junts ha endurecido su discurso en temas como la inmigración, la seguridad o las ocupaciones de vivienda, comprando parte del relato de los ultras. Ahora mismo las encuestas no muestran que la estrategia esté sirviendo precisamente para parar su crecimiento.
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