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Felipe VI suspende en transparencia al evitar cualquier asunto relacionado con Juan Carlos I

La supuesta línea de mayor claridad que prometió abrir el rey ha esquivado siempre cualquier asunto relacionado con Juan Carlos I. Los argumentos de seguridad han valido a La Zarzuela para seguir blindando al exmonarca.

Felipe VI
El rey Felipe VI en una imagen de archivo. Casa Real

La transparencia de la Casa Real española, esa misma que Felipe VI prometió a viva voz al hacerse con el trono en 2014, tiene un límite: Juan Carlos I. Los asuntos relacionados con el exmonarca, tanto antes como después de su partida a Emiratos Árabes Unidos han estado completamente blindados por La Zarzuela, que ha rechazado sistemáticamente distintas solicitudes de información cursadas al amparo de la Ley de Transparencia. 

De acuerdo a datos recogidos por Público mediante el Portal de Transparencia, cerca de una docena de peticiones que afectaban de una manera u otra al rey emérito fueron desechadas en los dos últimos años por la Secretaría General de Presidencia, el organismo encargado de tramitar las consultas relacionadas con la monarquía.

Entre otros aspectos, la Casa Real y el Gobierno declinaron ofrecer datos sobre los gastos generados por el operativo de seguridad del emérito durante su estadía en Abu Dabi. En esos casos, la administración se limitó a alegar que ese tipo de informaciones cuentan con el carácter de "clasificadas" al amparo de la Ley de Secretos Oficiales, una normativa que proviene de la dictadura franquista y que aún hoy sigue vigente.

En uno de los expedientes a los que ha tenido acceso Público, la Secretaría General de Presidencia alegaba que dicha norma franquista "implica la restricción de la información solicitada, cuyo conocimiento o difusión por personas no autorizadas puede poner en riesgo tanto la seguridad de las personas objeto de protección como de los agentes encargados de la misma".

A finales de junio pasado, el Gobierno recibió una solicitud de información sobre el "número total de solicitudes de acceso de información pública sobre la Casa Real, la monarquía o algunos de sus miembros recibidas desde que se puso en marcha el Portal de Transparencia hasta la actualidad".

La petición ciudadana iba dirigida además a conocer "cuáles de ellas, concretamente, han sido aceptadas a trámite y, por tanto, se ha proporcionado la información solicitada, cuáles han sido rechazadas y en cuáles se ha entregado información parcial y qué parte de la información se ha entregado de toda la solicitada".

En su respuesta, la Secretaría de Presidencia indicó que entre 2014 y 2020 se tramitaron 504 consultas de ese tipo, de las cuales 76 no habían sido admitidas y otras cinco habían recibido una respuesta parcial. En ese mismo periodo se presentaron 30 reclamaciones ciudadanas ante esas negativas de proporcionar información, de las cuales 13 fueron desestimadas. 

Problema del sistema

Sin embargo, el Ejecutivo omitió otros puntos clave de la consulta, como por ejemplo cuál era exactamente "la información que el ciudadano solicitaba que proporcionasen en cada una" de las preguntas tramitadas. 

Ante esa situación, el solicitante –cuyos datos aparecen anonimizados– presentó un recurso, alegando precisamente que la respuesta del Gobierno excluía varios puntos que habían sido solicitados.

Según consta en el expediente, su solicitud fue desestimada. "Se informa que no es posible facilitar la información solicitada por la reclamante para todas las solicitudes recibidas en este órgano de forma individualizada y anonimizada sin una acción previa de reelaboración, ya que el sistema de gestión de solicitudes que se utiliza no permite obtener un listado con un extracto de la información solicitada en cada consulta", alegó en ese caso el Gobierno. 

La promesa de Felipe VI

Paradójicamente, el asunto de la transparencia aspiraba a convertirse en una "marca de la casa" bajo el reinado de Felipe VI. En su discurso del 19 de junio de 2014, cuando se convirtió en Jefe del Estado, intentó transmitir una imagen de renovación y claridad que hoy choca frontalmente con la realidad.

"La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza; y para ello, velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social", afirmó en su primer discurso como rey. Le faltó aclarar que solo habría un límite: su padre. 

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