Félix Bolaños, el ministro de los acuerdos imposibles: ERC, EH Bildu, PP, la familia Franco o los monjes de Cuelgamuros
El pacto de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha vuelto a poner en el foco a Bolaños y su capacidad negociadora. No es fácil encontrar críticas a su papel entre el resto de fuerzas políticas con las que ha tenido contacto.
Madrid-
"Es casi el principio de una amistad", dijo el pasado martes el dirigente del PP, Esteban González Pons, sobre Félix Bolaños. Ambos acababan de firmar en Bruselas el pacto para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras cinco años de bloqueo de la derecha. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes se mostró exultante minutos después por el acuerdo. Uno más de todos en los que ha participado estos años.
No es fácil encontrar, después de varias fuentes consultadas por Público, malas palabras sobre Bolaños desde otros partidos políticos con los que ha negociado y conseguido pactar. Ni siquiera desde las filas populares. Es cierto que las relaciones con Pons comenzaron con cierta desconfianza mutua. Pero al final del proceso, en el PP no ocultan que Bolaños "se ha portado bien".
No ha sido el primer acuerdo que ha cerrado con el principal partido de la oposición. Sí, quizás, el más importante. "Hoy es un gran día para la democracia", dijo Bolaños. Una frase que también había dicho prácticamente un mes antes al aprobarse la ley de amnistía de manera definitiva. Un proceso que también lleva su firma y que costó mucho a nivel técnico y de detalles, uno de los terrenos en los que mejor se mueve Bolaños.
Porque quienes han trabajado codo con codo con Bolaños coinciden en destacar entre sus características el "perfeccionismo", la "rigurosidad" o la "persistencia". Algo que ya se veía, según las fuentes consultadas, durante su etapa profesional en el bufete de abogados Uría Menéndez. De esa etapa rememoran algunas personas cercanas anécdotas en ese sentido. Por ejemplo, que se le recuerda como la persona que sabía donde estaba siempre toda la documentación o la que revisaba los textos hasta detalles que a otros se les pasaban.
Unas virtudes, según las fuentes socialistas consultadas, que le han servido para ganarse la fama de buen negociador y una persona que genera consensos. "Viene de la base y eso significa mucho. Ya usaba sus conocimientos jurídicos para ayudar a personas sin recursos en sus inicios como militante", recuerda un dirigente del PSOE madrileño que le conoce bien. Bolaños siempre ha reivindicado a su agrupación, la del distrito madrileño de Aluche, donde nació en una familia de "raíces humildes", como destacan las fuentes consultadas.
"No para, le decimos muchas veces que tiene que descansar", afirma una persona que forma parte de su equipo en el Ministerio. Bolaños tuvo que parar hace unos días por una operación de apendicitis, curiosamente casi el mismo día que se aprobó la amnistía. Quienes le rodean en el día a día también destacan que, pese a lo que pueda aparentar, tiene un sentido del humor muy particular.
Ética y Garantías en el PSOE y la exhumación de Franco
Para el gran público, el nombre de Bolaños comenzó a sonar a partir de 2018. Con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno, el actual ministro fue designado como secretario general de la Presidencia. Un puesto en la sombra pero muy relevante. No en vano, se encargó personalmente de negociar con la familia Franco, negarse a algunas de sus exigencias, y dirigir todo el proceso de exhumación del dictador en Cuelgamuros.
Antes de eso había formado parte de la Comisión Federal de Ética y Garantías del PSOE y fue el encargado de redactar nuevos estatutos del partido. Hasta julio de 2021 siguió ejerciendo un papel fuera de focos pero cada vez más comentado en los mentideros políticos. Participó en asuntos de calado con la redacción de los indultos, la estructura del Gobierno de coalición con Unidas Podemos y su acuerdo o cuestiones relaciones con el estado de alarma y la pandemia de covid.
Sánchez le "ascendió" y le dio foco en el verano de 2021 en su primera remodelación de Gobierno. Sustituyó a Carmen Calvo y se convirtió en ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Su actividad desde entonces ha sido incesante. Siempre ha estado en el núcleo más cercano a Sánchez en los momentos relevantes, incluida la noche del 28 de mayo de 2023 cuando de forma sorpresiva el presidente decidió convocar elecciones generales de manera anticipada.
Bolaños ha sido, junto a María Jesús Montero y Santos Cerdán, el principal negociador del PSOE durante estos años. No es poco, teniendo en cuenta que los socialistas necesitan acuerdos todo el tiempo. Ha pactado con EH Bildu, ERC, Junts o Unidas Podemos, entre otros. También con el PP de Pablo Casado en su momento y con el de Alberto Núñez Feijóo esta misma semana. "Súper Bolaños", le llamó José Luis Rodríguez Zapatero. "Ministro perejil", lo hacía, despectivamente, la exdiputada de Vox Macarena Olona.
"Es un hombre de Estado", destacan en su entorno. "Siempre sabe ver dónde está el agujero para encontrar un acuerdo", añaden. "Llegan a acuerdos con él porque siempre busca una especie de tercera salida", comenta un compañero de militancia en el PSOE de Madrid.
"La ventaja que tiene en negociaciones es que tiene mucho fondo en conocimiento, no es un perfil tan político y orgánico. Bolaños sabe de leyes, de funcionamiento del sistema o de instituciones. En el hilo fino controla mucho, es la ventaja grande que tiene. Nos da mucha seguridad", añade otro dirigente socialista.
La confianza en su palabra
Lo que más destacan de su manera de negociar tanto sus compañeros en el PSOE como el resto de partidos políticos es su seriedad en la palabra. Hay una absoluta unanimidad en esto. "No engaña a nadie", señalan en su entorno. "Por eso irrita a la derecha", apuntalan. Unos argumentos que también repiten fuentes de Sumar. Los socialistas, además, destacan que la relación en la coalición anterior con personas de Podemos como Ione Belarra o Irene Montero era también muy buena.
"Suele decir la verdad (algo importante en política), pero en muchas ocasiones sobrevalora su poder e influencia", destacan fuentes parlamentarias de ERC en una medio crítica, de las pocas que ha podido escuchar este medio. En este sentido también se afea, según estas mismas fuentes, que no tiene la sensibilidad plurinacional y empatía que ejercían antes interlocutores socialistas como Adriana Lastra. "En la reforma laboral fue el único que nos decía la verdad, eso sí", añaden. Bolaños fue el encargado de firmar y hacerse la foto con Oriol Junqueras para el pacto de investidura de Sánchez.
Desde EH Bildu, según las fuentes consultadas, se valora mucho su "seriedad", algo que "da confianza" al partido vasco. Para esta fuerza política estas virtudes son "imprescindibles" en una negociación. Del mismo modo, los socialistas suelen alabar el papel negociador de EH Bildu.
¿Cuáles serán los próximos retos de Bolaños? Los Presupuestos Generales del Estado están más pilotados por Montero, aunque él tendrá seguramente algo que aportar. En el horizonte tiene una tarea compleja: negociar con los monjes benedictinos su salida de Cuelgamuros. El Gobierno quiere acelerar el proceso para resignificar completamente el espacio y cumplir la ley de memoria democrática. Reconocen su complejidad. Pero ni Bolaños ni Sánchez lo han tenido fácil desde que llegaron a Moncloa.
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