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El feminismo andaluz en la encrucijada: programa, programa, programa

Repaso de las propuestas para las mujeres en los programas de los partidos que concurren a las elecciones autonómicas en Andalucía del 19 de junio.

Una mujer con una pancarta durante el 8-M de 2019, en Sevilla. E.P./María José López
Una mujer con una pancarta durante el 8-M de 2019, en Sevilla. María José López / EUROPA PRESS

"Programa, programa, programa", clamaba en el desierto a todo aquel que quisiera escucharlo nuestro querido Julio Anguita, que nos dejó huérfanas políticamente tan pronto y que debe estar revolviéndose en su tumba con el uso torticero que algunas pretenden hacer de su figura y su legado. Programa, programa, programa: algo tan básico y casi tan residual en estos tiempos de política espectáculo. Y, sin embargo, sigue siendo el contrato que los partidos políticos firman con sus votantes, aunque se nos/les olvide.

Este artículo ha sido publicado en colaboración con la revista 'La Poderío'.

El 19 de junio la ciudadanía andaluza tiene una cita con las urnas. Todas las citas electorales son importantes, pero en esta quizás las mujeres nos jugamos un poquito más que en otras. Pero, ¿qué medidas concretas plantean para nosotras los distintos partidos?

“Herencia ideológica del PSOE”

En el exiguo programa electoral de Vox (de tan poca cosa que les ha quedado podemos dudar incluso si merece tal nombre), nosotras solo existimos, por así decirlo, en negativo. "Derogaremos todas las leyes de género y memoria histórica que sólo han servido para enfrentar a los españoles y desalojaremos a los activistas de las aulas", aseguran, sin aclarar muy bien si quieren hacer una depuración de docentes o impedir los escasos talleres de igualdad de género que reciben los chavales. Y añaden: "El gobierno del PP se ha dedicado a gestionar la herencia ideológica socialista contraria a la libertad y a la igualdad entre españoles, incumpliendo su acuerdo con VOX". Y he aquí un poco el quid de la cuestión.

Rocío Ruiz, consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, de Ciudadanos, ha recibido ataques por parte de Vox desde el principio, pero con un margen de maniobra escaso ha conseguido capear el temporal y hacer de parapeto a las propuestos antimujeres de Vox. El Instituto Andaluz de la Mujer ha sido reestructurado, pero no desmantelado. En lo que a presupuesto se refiere, las políticas de igualdad, a excepción de la atención directa a víctimas de violencia de género, no han sido las grandes damnificadas de esta legislatura (cosa que sí ha ocurrido con la cooperación, por ejemplo).

Esto no quiere decir que no haya habido retrocesos. En febrero de 2020, el tren de la dignidad, bajo el lema "ni un paso atrás en políticas de igualdad", congregó en la calle a más de ocho mil personas de toda Andalucía contra la retirada de ayudas que la Junta otorgaba a 241 proyectos de igualdad de género, exclusión social y erradicación de la violencia machista. Meses más tarde, ya en el verano de ese año, fue aprobada la Proposición No de Ley de Vox contra el Lenguaje Inclusivo.

Esta misma semana, la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales, AAMMA, ha denunciado el retroceso para las cineastas de nuestra tierra de las nuevas bases reguladoras de subvenciones a la producción de proyectos audiovisuales en Andalucía aprobadas por la Consejería de Cultura y Patrimonio.

Pero también ha habido algún avance. El gobierno PP-Ciudadanos ha conseguido que Andalucía sea pionera en la lucha contra la trata a través de la primera Estrategia Andaluza para la Lucha contra la Trata de Mujeres y Niñas con fines de explotación sexual, dotada con 8 millones de euros.

Y a este que a Vox le parece tan peligroso, al PP debe parecerle un gran logro porque saca pecho: "Desarrollaremos la I Estrategia Andaluza para la Lucha Contra la Trata de Mujeres y Niñas con fines de explotación sexual, cuya aprobación ha sido uno de los grandes logros de la anterior Legislatura y que tiene por objetivo sensibilizar, prevenir, erradicar y minimizar las secuelas de este tipo de violencia que sufren las mujeres y niñas", aseguran en un programa que presentan como "liberal en lo económico, pero tremendamente comprometido con lo social".

La/s familia/s

Al proponer medidas en favor (o en contra, según el caso) de las mujeres, todos los partidos coinciden en abordar el tema de la familia o de las familias. Para Vox, es el lugar natural de la mujer y siempre con un único modelo en mente. "La familia es la institución capital de la sociedad y un espacio crucial en el desarrollo de la persona", dice el partido de extrema derecha. "Por ello, es necesario proteger a las familias de los ataques progres y de la falta de apoyo económico e institucional", continúa, pero sin concretar: "Haremos que para la aprobación de toda norma se tenga en cuenta el impacto que esta tendrá para las familias, especialmente en materia de educación, sanidad, vivienda y transporte". Y hasta aquí su "programa".

PP, por su parte, que en sus 450 páginas de programa solo utilizan la palabra "machista" una vez y "feminismo" ninguna, propone "una Estrategia de Protección de la Maternidad y Paternidad con medidas para el fomento de la natalidad y de la conciliación de la vida laboral, familiar y personal" y, aunque no niegan el derecho al aborto, sí ven necesarios "los alojamientos de urgencia y las viviendas supervisadas para embarazadas en situación de exclusión social y su familia". Nada sobre otros tipos de familias.

Sus actuales socios de gobierno, Ciudadanos, en el capítulo de su programa titulado "Igualdad real para todos" (sí, así, en masculino "genérico" y sin pestañear) abogan por "la visibilización de los distintos modelos de familia existentes en el siglo XXI" a través de campañas institucionales. También hablan de la "adopción de políticas reales de conciliación entre la vida laboral y familiar", que a saber qué es eso exactamente.

Proponen una Ley de Apoyo a las Familias Andaluzas, que se sea familia numerosa con dos hijos a cargo (o uno si es monoparental -es el término que ellos emplean) y "el incremento de los permisos de paternidad y maternidad, con la condición de intransferibilidad"; esto último en contra de lo que vienen reivindicando muchas madres feministas desde organizaciones como PETRA.

Los partidos de izquierdas abogan más por una perspectiva feminista desde los cuidados. El PSOE, por ejemplo, propone "un catálogo de cuidados, para que no recaigan de manera exclusiva o prioritaria en las mujeres, con políticas de tiempos, reforzando los servicios públicos e iniciativas comunitarias basadas en la innovación social". Por Andalucía incluye los cuidados en cuestiones como el urbanismo "sostenible y feminista" y aboga por "ampliar los permisos para cuidados a los que pueden acceder los empleados/as públicos/as andaluces/zas que encabezan familias monomarentales hasta igualar los que disfrutan las familias con dos progenitores". Y, por su parte, Adelante Andalucía quiere que los cuidados se asuman como algo público "y no, como está sucediendo, privatizando los servicios y desatendiendo a la población".

Mujeres rurales

Las mujeres rurales son las que sostienen la vida, en todos los sentidos, en los pueblos en una Andalucía en la que el sector primario sigue siendo preponderante y en la que gran parte de la población continúa viviendo en núcleos rurales. Vox, más allá de la caza, de esto no se ha pispao. Ciudadanos parece que tampoco mucho.

El PP y PSOE sí lo tienen más claro e incluso contemplan medidas específicas para proteger a las mujeres del medio rural cuando son víctimas de violencia machista por ser especialmente vulnerables. En su "bloque" sobre feminismos, Por Andalucía se olvida de esta realidad, aunque sí hace alusión a otra no menos sangrante que es la del sexilio rural, el exilio de las personas LGTBIQ+ de sus pueblos a causa de su condición sexual, que pretenden erradicar con políticas públicas.

Por último, Adelante Andalucía es la única formación que incorpora la denuncia del sector de la agroindustria y su repercusión y explotación en mujeres migrantes. Además, señala la necesidad de un modelo de cambio productivo que abogue por no capitalizar ni explotar los cuerpos ni los animales.

La Andalucía (para las mujeres que queremos)

Esto de los programas es la oportunidad de imaginar, para poderlo realizar, el mejor de los mundos posibles. El mejor de los mundos posibles para Vox no está muy bien descrito en su programa, pero con lo poco que dicen nos relega al hogar o, como mucho, a esas estampas de señoras de la Sección Femenina que pretende emular Macarena Olona en su cartel de campaña.

El mejor de los mundos posibles del PP andaluz es un poco menos oscuro: no niega la violencia de género (al menos no a las claras), apuesta por las mujeres deportistas y presta atención a las mujeres víctimas de prostitución.

El mejor de los mundos posibles para Ciudadanos combate los delitos de odio, sabe de "la doble discriminación que sufren mujeres lesbianas y mujeres transexuales", lucha contra la violencia de género, cree en modelos diversos de familias y tiene una perspectiva bastante capitalista de la conciliación.

Para el PSOE, en ese mundo mejor hace falta "un pacto social feminista y de progreso", que se traduce en la pretensión de destinar un 14% del PIB andaluz "por ley" a las siguientes políticas: un 7% a sanidad; un 5% en educación y en protección social, incluida vivienda, un 2%. Promueve la educación feminista con la incorporación de nuevos referentes, condena la explotación reproductiva y se posiciona abiertamente como abolicionista de la prostitución.

Adelante Andalucía se define como "feminista andaluz" y hace una exhaustiva radiografía de los problemas de las mujeres en nuestra tierra con esa doble mirada: de género y de territorialidad. Incluye medidas contra la violencia económica para erradicar la violencia machista, aboga por una educación feminista, no se olvida ni de las migrantes ni de las mujeres con diversidad funcional, defiende un enfoque integral de la salud de las mujeres y se sitúa en una postura más bien regulacionista con relación a la prostitución.

La Andalucía que sueña Por Andalucía tiene una política económica y laboral feminista, un urbanismo sostenible y feminista, está libre de violencias machistas, contempla propuestas feministas específicas para hombres y se quiere libre de delitos de odio, de estigmatizaciones, de exclusión y LGTBIfobia.

Y las andaluzas y andaluces, ¿qué Andalucía queremos? Lo sabremos el 19 de junio, pero ojalá la elijamos pensando en el Califa: programa, programa, programa.

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