Este artículo se publicó hace 2 años.
Unidas Podemos se alía con las izquierdas en el Congreso para apretar al PSOE con la reforma fiscal
Los socialistas instan a sus socios a "no confundirse de enemigos" toda vez que aguardan al informe de los expertos de Hacienda para consensuar esta medida en el seno del Gobierno. Para Unidas Podemos esta norma representa una oportunidad de hacer "p
Madrid-
PSOE y Unidas Podemos han escenificado este martes por primera vez la batalla por la reforma fiscal en el Congreso. El grupo morado ha trasladado al hemiciclo la pugna que mantiene con su socio gubernamental a cuenta de la fiscalidad a través de una proposición no de ley, una iniciativa que será rechazada en la votación de este jueves previsiblemente por los socialistas, además de las derechas, toda vez que aguardan a las conclusiones del informe del grupo de expertos convocado por el Ministerio de Hacienda.
Más allá de las propuestas de los técnicos del departamento de María Jesús Montero sobre una futura reforma fiscal, cuyas conclusiones podrían llegar a finales de este mes, el espacio morado ha presentado su propuesta mediante una iniciativa no vinculante porque considera que "el Gobierno de coalición debe abordar de forma valiente una reforma fiscal integral que garantice la sostenibilidad de nuestro estado del bienestar, reduciendo los impuestos a trabajadores y a pymes y haciendo que grandes corporaciones y grandes fortunas paguen lo que les toca", tal como ha defendido el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique.
Entre otras medidas, el grupo morado ha puesto sobre la mesa un tipo efectivo mínimo de sociedades del 15% sobre beneficios, reducir el IVA de productos de higiene femenina, productos veterinarios y peluquerías, un impuesto extraordinario a las grandes eléctricas para reducir la factura de la luz o un impuesto a las grandes fortunas que llegaría hasta el 3,5% para patrimonios superiores a 100 millones de euros.
Es más, para dimensionar esta última tasa, Echenique ha expuesto un ejemplo aclaratorio: "Pensemos que el señor Amancio Ortega tiene una fortuna de 67.000 millones según Forbes y, pagando un 3,5% al año, unos 2.300 millones, una cantidad ciertamente pequeña para él, estaría contribuyendo a sufragar el 80% del presupuesto del Ingreso Mínimo Vital que da cobertura a cientos de miles de familias en situación de vulnerabilidad. Mucha gente dice que el señor Amancio Ortega es un patriota, así que yo creo que recibirá con buenos ojos esta oportunidad de ayudar a su país".
Apoyo de los socios, pero con avisos
Pero el grupo morado no ha estado solo en esta petición. También las izquierdas del Congreso de ERC, EH Bildu, Compromís, BNG y la CUP han instado al Gobierno a cumplir con el artículo 31 de la Constitución, el cual establece que "todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio".
En este sentido, han coincidido con Unidas Podemos en la mayoría de las propuestas para llevar a cabo la reforma del sistema tributario que, en caso de que se acometa en esta legislatura, "llegará tarde", pero es "más necesaria que nunca" dado el contexto actual de salida de la crisis provocada por la pandemia y la llegada de los fondos europeos.
No en vano, han urgido a los partidos que sostienen el Gobierno a ponerse de acuerdo para traer a la Cámara Baja una propuesta "consensuada con carácter vinculante" y que, en todo caso, pase por una "reforma fiscal progresiva, redistributiva y justa". "Ya es el momento de abordar una reforma fiscal y sería bueno que en vez de traer una PNL fuera una proposición de ley, y que en lugar de venir de un partido del Gobierno, venga de los dos", ha reclamado el diputado de la coalición abertzale Oskar Matute.
Asimismo, el diputado de ERC Joan Margall ha hecho otro apunte acerca de las negociaciones que se puedan dar en un futuro a cuenta de este asunto, recordando la experiencia de la reforma laboral, una iniciativa que salió adelante pese a no contar con el apoyo de los socios prioritarios del Gobierno. "Si quieren acometer una reforma del sistema fiscal justa y progresiva, cuenten con nosotros. Si lo que quieren hacer es un maquillaje, ya saben lo que tienen que hacer: buscar el apoyo de Cs y rezar para que un diputado del PP se equivoque", ha subrayado el parlamentario republicano.
El PSOE insta a UP a "no confundirse de enemigos"
Pero enfrente de la propuesta del grupo morado no solo han estado las derechas, ya que el propio PSOE, cuyo rechazo hará tumbar la iniciativa en la votación del próximo jueves, ha pedido a sus socios de la coalición esperar al informe de los expertos de Hacienda para consensuar esta medida en el seno del Gobierno.
Asimismo, ha animado a Unidas Podemos a no "confundirse de enemigos". "Nuestro enemigo es el odio. El enemigo no está sentado en el banco azul, sino en esos 52 escaños", ha remachado la diputada socialista Montse Mínguez en alusión a la extrema derecha y a su posible entrada en el Gobierno de Castilla y León tras los resultados obtenidos en los comicios en esta comunidad.
Una "batalla" vieja, pero sin resolver
Fue Unidas Podemos el que hizo el primer movimiento en este tira y afloja con la reforma fiscal, cuando la pasada semana presentó su propuesta y marcó claramente su posición con una expectativa de 30.000 millones de recaudación y tres impuestos clave: a las grandes fortunas, a la vivienda vacía y a las eléctricas.
Lejos de tratarse de una nueva situación, los socialistas y el espacio confederal han pugnado por esta cuestión en varias ocasiones; la última, durante la negociación de los Presupuestos Generales de 2022, cuando pidieron acometerla en profundidad.
Esa negociación se saldó con el establecimiento del tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades para las grandes empresas (una medida que se granjeó hasta el apoyo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden), y con algunos ajustes en los planes privados de pensiones. Pero dejó de lado cuestiones como el reparto de la financiación territorial (el PSOE se comprometió con ERC a eliminar el denominado dumping fiscal de Madrid) o el impuesto a las grandes fortunas.
Hacienda conformó entonces un grupo de expertos que se encargaría de elaborar un informe sobre la reforma fiscal, un documento que debe presentarse este mes de febrero y que, según el Gobierno, servirá como una "herramienta de trabajo", apuntando a que no será un texto con bases cerradas e inamovibles. Pese a todo, desde Unidas Podemos apuntan a que el departamento dirigido por María Jesús Montero evita, por ahora, abrir este debate.
Tienen el compromiso de la ministra de que la reforma se va a abordar, pero también recuerdan experiencias de negociaciones de compromisos como el de la ley de vivienda, un "debate" que se dilató durante todo un año y en el que hubo importantes tensiones en el seno de la coalición.
El debate parlamentario de este martes estaba previsto antes de las elecciones de Castilla y León, y no entraba en los planes del espacio confederal relacionar estos dos elementos. Sin embargo, el potente ascenso de la ultraderecha y los malos resultados de la izquierda en esta comunidad les ha llevado a elevar la presión sobre su socio y a pedir que se aceleren sin ambages las medidas progresistas; entre ellas la reforma fiscal se posiciona como la más trascendental.
A su juicio, llevar a cabo estas medidas de forma "valiente" es la mejor manera de frenar el ascenso de la ultraderecha. La de la reforma fiscal se dibuja ya como la gran batalla en el seno del Gobierno de coalición este año, al nivel de la ley de vivienda o, incluso, de la reforma laboral, y esta PNL de Unidas Podemos y el debate parlamentario de este martes son solo el principio.
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