El ataque de las fuerzas israelíes contra la Global Sumud Flotilla y la detención ilegal de los activistas que iban a bordo ha provocado un incremento de la presión sobre el Gobierno (tanto desde las organizaciones políticas como desde la sociedad civil) para que los de Pedro Sánchez se muestren más contundentes con su defensa de Palestina y rompan todas las relaciones con el Estado de Israel.

En las horas posteriores a la interceptación de los barcos de la Flotilla por parte del ejército israelí, tanto el presidente del Ejecutivo como el Ministerio de Exteriores salieron a criticar la actuación de los de Benjamín Netanyahu y a ofrecer la información disponible acerca del estado de los activistas retenidos. 

Sánchez aseguró que lo esencial era garantizar un retorno temprano de los ciudadanos españoles que iban a bordo de la Flotilla y avanzó que el Gobierno estudiaría "cualquier tipo de acción" respecto a Israel, aunque, de momento, ha evitado referirse a la interceptación de los barcos y a la detención de los activistas como una acción ilegal. 

Ni las palabras del presidente ni la gestión del Gobierno respecto a la protección de la Flotilla y a la seguridad de sus integrantes han convencido a los partidos de la izquierda alternativa. En Sumar, socios del PSOE en el Ejecutivo, y también en Podemos consideran que la armada debería de haber protegido a las embarcaciones que portaban ayuda humanitaria hacia Palestina.

De hecho, ambas formaciones afearon el pasado martes que el buque Furor (enviado para escoltar a la Flotilla) anunciase que no la acompañaría cuando entrase en la zona de exclusión decretada por Israel y que, incluso, tratase de disuadir a los activistas de que no cruzaran esa demarcación.

Belarra califica el asalto a la Flotilla de "crimen de guerra"

Este jueves, ambos partidos defendían que lo que se había producido el miércoles por la tarde era una detención ilegal porque el viaje de la Flotilla estaba avalado por el derecho internacional (su objetivo era prestar ayuda humanitaria en Gaza) y porque las aguas en las que se había producido la interceptación de los barcos no eran israelíes, sino palestinas. "¿De qué sirve reconocer al Estado palestino si no reconoces sus aguas?", se preguntaban este jueves en la formación morada, cuya secretaria general, Ione Belarra, calificó el asalto como "un crimen de guerra".

La actuación del Ejecutivo, y de los Ministerios de Exteriores y de Defensa, en este asunto ha motivado que tanto los de Yolanda Díaz como los de Belarra hayan elevado la presión sobre Sánchez para que rompa todo tipo de relaciones con Israel, una exigencia que vienen defendiendo desde hace tiempo y que para ambos espacios cobra más sentido tras verse involucrados varios ciudadanos españoles en las detenciones ilegales de Israel en la Flotilla. 

Desde Exteriores, sin embargo, rechazan la ruptura de relaciones al considerar más útil seguir manteniendo algún tipo de interlocución con Israel para resolver situaciones conflictivas (como el seguimiento del estado de los activistas españoles de la Flotilla retenidos).

El propio Albares ha defendido que la ruptura de relaciones sería una medida "efectista" que no ayudaría a traer la paz a Oriente Medio y ha comparado la situación de Israel con la de Rusia en la guerra en Ucrania: "No he retirado al embajador en Moscú ni tampoco he expulsado al embajador ruso de Madrid porque sé que al final, para alcanzar una paz, Rusia tendrá que sentarse a la mesa", explicó el ministro a principios de septiembre durante una entrevista en RNE.

Más allá de la exigencia de romper todo tipo de relaciones con Israel, se ha producido un distanciamiento entre el PSOE y Sumar en los últimos días. Los de Díaz afearon a los de Sánchez su aval al "plan de paz" de Donald Trump para Gaza y que la armada pidiera a la Flotilla no entrar en la zona de exclusión decretada por Netanyahu en vez de escoltarla hasta el final de su viaje.

Yolanda Díaz: "No sé las razones que motivan cierta tibieza del PSOE"

Ahora, tras la detención de los activistas, la vicepresidenta segunda ha asegurado no entender "las razones que motivan cierta tibieza del PSOE" respecto a Palestina. La dirigente gallega recordó que a los socialistas les había "costado mucho" dar el paso para reconocer al Estado palestino, y ha desvelado que existen "discrepancias" respecto a "desmontar la economía del genocidio" porque, ha explicado, "implica que las empresas españolas dejen sus relaciones comerciales con el régimen criminal de Israel".

Díaz le ha pedido al presidente del Gobierno que "materialice" el discurso que pronunció ante las Naciones Unidas la semana pasada por una cuestión de "coherencia": "Conseguimos muchísimos avances y el Gobierno tiene un punto referencial en el mundo, pero nos cuesta mucho y tenemos discrepancias. Lo que vimos en la ONU la semana pasada tiene que materializarse ahora", aseguró este jueves durante una entrevista en La Cafetera de Radiocable.

Este jueves por la tarde también tuvieron lugar varias manifestaciones (una de ellas ante el Ministerio de Exteriores) para protestar por el ataque de Israel a la Flotilla y para exigir la liberación de los activistas retenidos.

En el Partido Popular la detención de estas personas y la interceptación de las embarcaciones que portaban ayuda humanitaria hacia Gaza ha sido un motivo de burla. Durante la sesión plenaria de este jueves en la Asamblea de Madrid, la presidenta de esta Comunidad y dirigente del PP, Isabel Díaz Ayuso, calificó a la Flotilla como "la asamblea de la facultad flotante", y dijo que "si creyera que Israel es genocida, no hubieran ido, pero ya se han dado el baño y a partir de ahora subvenciones para sus chiringuitos, para el teatro, para el cine, ya se han hecho su agosto. No quieren la paz. Con quien Bildu se acuesta, secuestrado se levanta", zanjó Ayuso.