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Intentona golpista en Brasil: ¿manual de Steve Bannon?

Inna Afinogenova en La Base
Inna Afinogenova en La Base.

"Tenemos que enfrentar y derrotar el surgimiento de una extrema derecha fanática, rabiosa, que odia todo aquello que no combina con lo que piensan". Aunque esta frase cuadra perfectamente con lo que pasa por estos lares, la dijo el presidente de Brasil, Lula da Silva, en referencia a la ultraderecha 'bolsonarista' de su país que el pasado 8 de enero asaltó los tres poderes del Estado (las sedes de la Presidencia, del Congreso y del Tribunal Supremo) en el ataque más atrevido y más peligroso a la democracia desde la dictadura que acabó a mediados de los años 80. 

Tras el intento de golpe que emuló el asalto 'trumpista' al Capitolio de inicios de 2021, Lula destituyó a más de 80 militares cercanos a Bolsonaro, acusados de connivencia con los golpistas. No ejercieron oposición alguna a los manifestantes ni les detuvieron. Entraron al palacio de Planalto, donde está el despacho de Lula, como Pedro por su casa: no tuvieron ni que echar abajo la puerta, porque alguien se la abrió desde dentro. La semana pasada Lula afirmó en una entrevista que le dio la impresión de que los asaltantes acataban órdenes dadas por Bolsonaro, que lo contemplaba todo desde Florida. 

Hace unos días fue apartado de su puesto el jefe de Ejército de Brasil, el general Julio César de Arruda, en un intento de "despolitizar" las fuerzas armadas copadas, como ya es evidente, por bolsonaristas. 

El pasado 8 de enero, en plena toma de las sedes de los tres poderes del Estado, los militares del Ejército no permitieron a la policía detener a los asaltantes, bloqueando el paso a los agentes y dejando a los bolsonaristas regresar tranquilamente a su campamento. Esa parte de Brasilia estaba, precisamente, en la jurisdicción de las Fuerzas Armadas, con lo cual la policía no pudo actuar. Según la prensa brasileña, la orden de impedir a la policía las detenciones la emitió, precisamente, el general Arruda.

Durante la investigación de eso que la tele pública española denominó como una "manifestación del sentir de la zona", como nos mostró Manu la semana pasada, salieron unos detalles muy interesantes. La policía federal encontró, en la casa del exministro de justicia Anderson Torres un borrador de decreto para establecer el estado de defensa para desconocer los resultados electorales. 

Según juristas consultados por el portal Globo, la declaración del estado de defensa habría permitido intervenir el Tribunal Electoral para que Bolsonaro se declare ganador de las elecciones. 

El propio exministro de justicia Anderson Torres, que estaba casualmente en EEUU, dijo que todo se había sacado del contexto, que el borrador es falso y a la vez que no es de su autoría, que él solo lo tenía en su carpeta para triturarlo. En cualquier caso, estas explicaciones no sirvieron de mucho: Anderson Torres fue detenido al regresar a Brasil para investigar su implicación en el intento de golpe de Estado.

En estas semanas Lula también destituyó a la cúpula directiva del conglomerado mediático público EBC (Empresa Brasileña de Comunicación) que agrupa a medios como el canal TV Brasil, la Agencia de noticias Brasil, así como una red de emisoras de radio. El cambio se produjo justamente por la cobertura que hicieron esos medios de lo sucedido el 8 de enero. Llamaron a los golpistas "manifestantes".

El caso es que según denuncias publicadas en el portal istoe, los medios de EBC se convirtieron en portavoces del bolsonarismo por excelencia. Según este portal, "no se podía usar el término 'dictadura militar', no se podía abordar temas relacionados con los DDHH y la violencia policial, no se podía mencionar a Marielle Franco, activista de los DDHH asesinada en 2018. En enero de 2021 a TV Brasil se le prohibió mostrar imágenes de la primera persona vacunada del país contra el COVID, porque Bolsonaro estaba en contra de Coronavac, la vacuna china que fue la primera en estar disponible en Brasil".

Y puesto que se convirtió en una especie de cosplay del asalto al Capitolio, tal vez cabría mirar a los "organizadores" del evento matriz. Eso nos lleva irremediablemente a Steve Bannon, el exasesor de Donald Trump y protagonista frecuente de nuestros programas, cuando de fachas se trata. 

Fíjense qué coincidencia: resulta que Bannon alentó al golpe en Brasil el 18 de noviembre, bastante antes de que Lula asumiera el poder. Lo hizo durante su intervención en la Conferencia de Acción Política Conservadora que se celebró en la ciudad de México y que reunió a la creme de la creme de la internacional ultraderechista, entre ellos a Eduardo Bolsonaro, Javier Milei, Santiago Abascal, María Fernanda Cabal, etc. 

Que la cosa en Brasil iba más allá de Bolsonaro, que Lula era un delincuente y que había fraude electoral con el voto electrónico y que la gente debería luchar al igual que lo hicieron los 'trumpistas' en EEUU.

En enero, cuando quedó claro que el intento de golpe no prosperó, Bannon se pronunció, llamando a los asaltantes los freedom fighters brasileños, acusando a Lula de robar las elecciones y hasta se mostró algo molesto por la falta de acción por parte de Bolsonaro padre e hijo. "Hicieron poco o nada, fueron muy pasivos". Reconoció también que era muy cercano a Eduardo Bolsonaro, aunque dijo que en ese asuntillo ellos tenían sus propios asesores. 

De lo que no cabe duda alguna es de que aquí no acaba la cosa, porque cada vez parece que llegan un pasito más lejos.

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