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Pactos electorales Madrid vira a la derecha y Barcelona avanza hacia un gobierno en solitario de ERC: los escenarios que deja el 26M

PP y Ciudadanos miran a Vox para hacerse con el Ayuntamiento de Madrid, aunque en la Comunidad el acuerdo de las derechas no está tan claro. En Barcelona el desacuerdo entre los grupos apunta a una alcaldía en solitario de Maragall.

Fachada del Ayuntamiento de Madrid

Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas celebradas el domingo han cambiado completamente los escenarios de la mayoría de las principales ciudades y de las autonomías más importantes. Madrid (Ayuntamiento y Asamblea) y Barcelona tienen paisajes muy distintos después del 26M, una jornada electoral que ha variado la correlación de fuerzas entre los diferentes partidos.

Los partidos tienen claro que, aunque cada territorio cuenta con sus propia realidad y las expectativas no son las mismas en unas ciudades o regiones que en otras, los pactos de un territorio pueden variar en función de lo que ocurra en el resto, una dinámica que se puede extender incluso a la investidura del presidente del Gobierno.

En la ciudad de Madrid es donde quizá se ha producido el mayor cambio con respecto al escenario que dejaron las elecciones municipales de 2015. El denominado espacio del cambio ha perdido su bastión más importante y simbólico y la actual alcadesa, Manuela Carmena, no repetirá como regidora en el Consistorio.

El Madrid donde la izquierda obtuvo la mayoría en 2015 da paso en 2019 a una ciudad que está muy cerca de convertirse en el segundo ensayo del pacto entre las derechas (PP, Ciudadanos y Vox), que ya opera en Andalucía desde principios de año. Aunque Más Madrid fue la fuerza más votada en los comicios, la suma de las formaciones progresistas es menor que la de las conservadoras, que sobrepasan la mayoría absoluta.

Madrid: pocas opciones más allá de las derechas

En este contexto, el candidato del PP a la capital, José Luis Martínez-Almeida, va camino de convertirse en el nuevo alcalde de la ciudad, una alcaldía para la que necesita los votos de Ciudadanos, pero también los de la ultraderecha. Entre las tres formaciones suman 30 concejales, uno más de los necesarios para obtener la mayoría absoluta.

La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) establece que para que un alcalde sea investido en las corporaciones municipales es necesario que obtenga la mayoría absoluta en una primera votación; si no es así, no habrá segunda vuelta, y gobernará la candidatura más votada. En este caso, sería el Más Madrid de Carmena, pero está prácticamente descartado que las derechas vayan vayan a dejar que se produzca este escenario.

En los últimos días, desde Ciudadanos se ha apuntado a un gobierno alternativo al de las tres derechas, en el que el PSOE apoyaría con sus votos a PP y Ciudadanos para evitar que recurran a Vox para pactar el gobierno municipal. Este escenario tampoco parece probable, aunque los de Begoña Villacís insisten en que si el objetivo de los socialistas es el de frenar a la extrema derecha deberían planteárselo, más cuando la formación ultraconservadora ya ha apuntado a su entrada en los gobiernos municipal y autonómico.

Gabilondo busca un cambio improbable en la región

En la Comunidad el escenario es muy parecido y la opción mayor probabilidad es la del gobierno de las tres derechas, aunque el hecho de que no exista en la región un consenso para derribar a un gobierno de izquierdas (gobernaba el PP), puede dar alas a otras opciones. En este sentido, tras conocer los resultados electorales, el candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, manifestó su intención de intentar formar gobierno, como representante de la candidatura más votada.

La suma de PP, Ciudadanos y Vox en la Asamblea es de 69 diputados autonómicos, dos más de los necesarios para lograr la mayoría absoluta. El resto de sumas probables pasan por mayorías simples que requieren la abstención de, al menos, una formación. El PSOE de Gabilondo podría buscar gobernar con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del Más Madrid de Íñigo Errejón para evitar la entrada de Vox al gobierno de la región.

Sin embargo, Cs ha extendido el "cordón sanitario" de Pedro Sánchez a Gabilondo, y no parece fácil que los de Ignacio Aguado vayan a cambiar de postura. La única posibilidad para que se diera este escenario es que los socialistas "intercambiaran" pactos en otros territorios, pero también esto parece poco probable. A favor de esta opción juega que el PSOE es la lista más votada en una comunidad donde el PP lleva gobernando décadas, por lo que el pacto puede darse en clave de "regeneración" y no en clave ideológica.

Tampoco está claro que Más Madrid se vaya a abstener para posibilitar un gobierno del PSOE con Ciudadanos, aunque uno de sus objetivos prioritarios es, precisamente, el de frenar a la extrema derecha

Tres opciones para Maragall, una para Colau

Tampoco tiene fácil solución el escenario de pactos que el 26M ha dejado en Barcelona. La actual alcaldesa, Ada Colau, no ha sido la candidata más votada, aunque ha empatado con ERC en número de concejales (10). Sin embargo, el hecho de que en los municipios pueda gobernar la lista más votada si no hay acuerdo, acerca mucho más a los independentistas al gobierno que a Barcelona en Comú.

En tres de los cuatro escenarios de pactos en la Ciudad Condal el alcalde sería Ernest Maragall. El primero de ellos es un pacto entre las formaciones de izquierdas (ERC, BComú, PSC), que sumarían 28 concejales en un Consistorio que precisa de 21 para la mayoría absoluta. Aunque esta es la opción preferida por Colau, no lo es para los socialistas catalanes, que ya han anunciado que harán todo lo posible por evitar un gobierno municipal de los independentistas.

La opción que los de Maragall han puesto sobre la mesa es la de un pacto entre ERC, BComú y Junts, pero los de Ada Colau son reacios a pactar con la derecha catalana. Si no se llegara a ningún acuerdo, Maragall gobernaría al encabezar la lista más votada. Sin embargo, hay otra posible suma que desbancaría a los independentistas y que convertiría a Colau en alcadesa: un pacto entre BComú, PSC y Canvi (Ciudadanos). Sin embargo, poder incluir en la misma ecuación a Manuel Valls y a la actual regidora de la ciudad también parece muy improbable.

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