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Un país de urna en urna: el adelanto catalán lleva a España a tres meses de campaña electoral continua

Las elecciones en Catalunya se celebrarán en medio de las vascas, convocadas para el 21 de abril, y las europeas, que serán el 9 de junio.

Pere Aragonès
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante una de las votaciones de la sesión plenaria del Parlament. Toni Albir / EFE

El adelanto electoral anunciado este miércoles por Pere Aragonés ha causado una reacción similar a la que provocó Pedro Sánchez el 29 de mayo de 2023, cuando anunció la convocatoria de elecciones generales pocas horas después de conocer el resultado de las autonómicas y municipales: sorpresa. Y desconcierto.

El president de la Generalitat ha decidido avanzar las elecciones al Parlament al 12 de mayo y consigue pillar con el pie cambiado —de alguna u otra forma— a todos los partidos, que tendrán que prepararse no para una ni para dos convocatorias electorales seguidas, sino para tres en menos de tres meses. Todo ello cuando aun se están recuperando de la resaca de las gallegas.

Las elecciones catalanes se celebrarán en medio de las vascas, convocadas para el 21 de abril, y las europeas, que serán el 9 de junio. Así, las campañas electorales se sucederán casi de manera ininterrumpida durante tres meses. La campaña en el País Vasco comenzará el 5 de abril y solo cinco después de los comicios arrancará la campaña catalana, el 26 de ese mismo mes.

Y cuando los catalanes metan sus sobres en las urnas el 12 de mayo, quedarán cuatro semanas para que vuelvan a ser llamados a votar, esta vez para las elecciones el Parlamento Europeo, cuya campaña arrancará el 24 de mayo.

El calendario es intenso y parece previsible un efecto boomerang de unas elecciones a otras, sobre todo a nivel nacional, donde, a izquierda y derecha, el que pierda verá en cada cita una oportunidad de revancha.

El PP de Alberto Núñez Feijóo ya tenía planteado en estas coordenadas el 2024 cuando empujó a Alfonso Rueda a convocar las elecciones gallegas en febrero para adelantarse a las vascas y arrancar el año con un buen resultado que les permitiese vender un "cambio de ciclo" con Pedro Sánchez en La Moncloa. Los planes salieron como esperaban y de cara a las vascas se conforman con resistir. El País Vasco no es un territorio fácil para el PP y nunca han tenido grandes expectativas

Pero la rapidez con la que se encadenarán las catalanas aboca a los populares a un valle electoral —aunque hay encuestas que apuntan que podrían duplicar resultados, el PP solo tiene 3 escaños en el Parlament catalán — justo antes de las europeas, a las que dan la categoría de plebiscito. Si el País Vasco se les resiste, Catalunya es su otro punto débil y en el partido de Feijóo temen ya que se vayan a evidenciar tan próximos.

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