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Presupuestos MadridAyuso y Aguado, un mes esperando las correcciones de Vox a sus presupuestos
Las cuentas de la Comunidad de Madrid están en manos de la ultraderecha, que no tiene prisa por llegar a un acuerdo, pese a las presiones de PP y Ciudadanos.
Marta Monforte Jaén
Actualizado a
Las cuentas de la Comunidad de Madrid están en manos de la ultraderecha, que no tiene prisa por llegar a un acuerdo, pese a las presiones de PP y Ciudadanos. Isabel Díaz Ayuso (PP) e Ignacio Aguado (Cs), máximos representantes del gobierno madrileño, anunciaron en una —inesperada— rueda de prensa celebrada el pasado 25 de enero que ya tenían preparado su proyecto de presupuestos. Ambos evitaron dar ningún detalle al respecto; ni a la prensa ni a los partidos de la oposición, con el objetivo de que solo Vox conociera sus previsiones de gastos e ingresos. Un mes después el acuerdo sigue siendo una incógnita.
La débil situación parlamentaria del Ejecutivo que preside Díaz Ayuso —que gobierna sin mayoría— es el principal motivo por el que no se ha hecho público ningún dato concreto del proyecto, a la espera de las correcciones que pueda aportar Vox. Se trata de los primeros presupuestos para el actual gobierno, que comenzó su mandato en agosto de 2019. La precaria situación del Gobierno autonómico deja en manos de la portavoz ultraderechista en la Asamblea, Rocío Monasterio, el trámite de las leyes del Parlamento regional.
"Vuelvo a pedir una vez más a Vox y a su portavoz, la señora Monasterio, que presente una propuesta, que nos diga qué quiere hacer para poder sacar adelante estos Presupuestos", han sido las palabras de Aguado este miércoles, tras la reunión del equipo de gobierno. "A día de hoy, después de un mes de negociaciones, todavía no sabemos que es lo que quiere", ha dicho, al tiempo que ha reclamado que es necesario sacarlos adelante "cuanto antes".
Aguado asume las contracciones que le supone definir a Cs como una formación "de centro" que a la vez pacta con la ultraderecha
Aguado ya ha asumido que Monasterio es la única opción que contempla el PP para sacar los presupuestos y ahora se escuda en la pandemia para justificar la negociación con Vox, pese a que durante unos meses insistió en priorizar al PSOE. El vicepresidente madrileño asume las contracciones que le supone definir a Cs como una formación "de centro" que rehúye de los "populismos" pero que, al mismo tiempo, pacta con un partido de extrema derecha. Fuentes de la formación naranja temen que Vox plantee cuestiones de carácter ideológico que compliquen el acuerdo final.
Los dos partidos que conforman el Ejecutivo han aumentado la presión sobre Vox al que critican por su inacción pese a la la urgencia pandémica. Por su parte, en Vox insisten en que "estudiar unos presupuestos lleva su tiempo" y recuerdan que su principal demanda es la reducción del "gasto superfluo", donde entraría la fusión de algunas de las consejerías del Ejecutivo. "Hay 62 millones en gasto de promoción de consejerías y esto sobra. Hay 13 consejerías que cuestan tanto dinero pues lo mejor es quitarnos eso y dárselo a las pymes, autónomos y familia", señaló Monasterio recientemente.
La portavoz de Vox en Madrid criticó este miércoles en una entrevista en TVE que Aguado y Ayuso hayan tardado dos años y medio en sacar un borrador. "Una vez que han sacado el borrador hemos tardado cuatro días en hacer 220 preguntas de partidas que no estaban justificadas que no entendíamos o que no eran transparentes", dijo, pero al mismo tiempo aseguró que se iban a poner de acuerdo "en seguida".
PP y Cs acusan a Vox de mentir sobre las reuniones
El portavoz adjunto de Vox, Íñigo Henríquez de Luna, aseguró este martes en rueda de prensa que su formación no se había reunido con PP ni Ciudadanos. "No tenemos ninguna novedad. Esperemos que esta semana convoquen una reunión, pero a día de hoy el Gobierno no la ha convocado y llevamos dos años esperando negociar unos presupuestos y se nos pretende responsabilizar de la tardanza", criticó.
Tras él intervino el portavoz de Ciudadanos, César Zafra, que reprochó a Henríquez de Luna su mentira, a la vez que confirmó que sí se habían producido "varias reuniones con el Gobierno" y que la negociación era "fluida". "Vox sale a la tribuna a mentir, no solo a sus votantes, sino también a los madrileños y a los hosteleros y personas que están esperando un Presupuesto", censuró.
Por su parte, el portavoz del PP, Alfonso Serrano, pidió a Vox "seriedad y responsabilidad" para sacar adelante las cuentas y también confirmó que esas conversaciones se estaban llevando a cabo "en estos momentos": "Espero den sus frutos", dijo. Fuentes del Ejecutivo señalan a Público que se han reunido media docena de veces y critican que el partido ultra posterga el acuerdo porque "solo busca llamar la atención" debido a que "están completamente desdibujados" en Madrid.
"Ayuso es la cara visible de la hostelería, no Monasterio"
La líder de Vox en Madrid ha exigido a PP y Cs un paquete más ambicioso de ayudas a los comerciantes y hostelería, la reducción de cargos políticos y el fin de las restricciones de Madrid Central, pese a que este último punto recae en manos de la administración local — también dirigida por una coalición entre Partido Popular y Ciudadanos— y no es competencia autonómica.
La oposición a las restricciones horarias a la hostelería ha sido uno de los pilares de la estrategia de Monasterio. La portavoz ultra aseguró que hasta que los locales no pudieran ofrecier cenas, no comenzarían las negociaciones con el equipo de gobierno. "Se trata de proteger a los hosteleros. Claro que es una condición para poder sentarnos a negociar los presupuestos. Por eso les hemos citado a las 21:00 en un local abierto", señaló.
El Ejecutivo autonómico levantó este requisito la semana pasada y retrasó hasta las 23 horas el cierre, pero Ayuso ya dejó claro ella prefiere ir a los bares con su "familia y amigos" y no con Monasterio, porque son políticos y "en las instituciones es donde se negocian los presupuestos y el dinero de todos los ciudadanos". Desde el equipo de presidencia aseguran a Público que Monasterio busca "ser la cara visible" de la hostelería pero que ese "puesto" ya lo tiene la actual presidenta. "No puede competir por ahí".
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