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El PSOE aplazará posibles renovaciones de sus líderes territoriales hasta que haya Gobierno

La dirección que lidera Pedro Sánchez tiene el poder para convocar cualquier congreso extraordinario en sus federaciones. Sólo el expresidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha mostrado de momento su intención de marcharse. 

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participa en un acto de campaña junto al president de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicealcaldesa de València, Sandra Gómez
Pedro Sánchez participa en un acto de campaña junto al expresident de la Generalitat, Ximo Puig, y la exvicealcaldesa de València, Sandra Gómez. Kai Forsterling / EFE

Los resultados electorales del 28 de mayo en el PSOE parecen lejanos. El freno a un Gobierno de PP y Vox ocurrido el 23 de julio ha opacado en parte la importante pérdida de poder institucional de los socialistas tras las autonómicas y municipales. Todo el foco está en la posible reedición del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y en las negociaciones con otros grupos. 

Pero la realidad es que los socialistas ya no gobiernan en territorios como País Valencià, Extremadura, Canarias, Illes Balears, Aragón, La Rioja y Cantabria. Solo Navarra, Asturias, y, especialmente, Castilla-La Mancha salvaron los muebles en el partido. María Chivite, todavía pendiente de formar Gobierno, Adrián Barbón y Emiliano García-Page se quedan como los únicos presidentes autonómicos del PSOE. 

En el aire está ahora la celebración de los congresos extraordinarios que, en principio, se llevarán a cabo en varios territorios con el objetivo de renovar los liderazgos. El único seguro es el de Extremadura, por la voluntad expresa del expresidente autonómico, Guillermo Fernández Vara, de dejar su cargo como secretario general extremeño y, por consiguiente, la política. 

En Ferraz, algunos dirigentes consultados apuntan también a que podrían producirse más salidas como las de Javier Lambán, con una fuerte tensión interna evidente con Ferraz y con la portavoz de la dirección, Pilar Alegría, que fue cabeza de lista por Zaragoza el pasado 23J. El expresidente aragonés no ha dado señales de que quiera dejar su cargo. De hecho, será senador por designación autonómica. 

Una situación similar a la que vive Ximo Puig. El expresident de la Generalitat valenciana también ejercerá como senador. Y tampoco parece que quiera salir de su cargo como secretario general del PSPV.

La expresidenta de Illes Balears, Francina Armengol, ha dicho explícitamente que quiere liderar la oposición y volver a intentar formar Gobierno dentro de cuatro años. Estará también en el Congreso como diputada. 

En el Senado, Puig y Lambán coincidirán con la expresidenta de La Rioja, Concha Andreu, así como con el líder andaluz Juan Espadas, que es senador desde hace más de un año, y el líder madrileño Juan Lobato. Por el momento, todos, incluido García-Page, han cerrado filas con Sánchez y su estrategia tras la mejora de los resultados en las elecciones generales. 

Lo único que aseguran con rotundidad en la dirección del PSOE en Ferraz es que cualquier hipotético proceso de renovación territorial extraordinaria no se llevará a cabo antes de que haya nuevo Gobierno. Una opción que los socialistas dan por hecha pese a las dificultades de negociación con grupos como Junts. O, en el peor de los casos, esta renovación no se realizaría hasta que se sepa si hay repetición electoral. 

Es decir, Vara, por ejemplo, tendrá que seguir liderando su federación unos meses más de lo que tenía previsto en un primer momento. Del resto de territorios, en Ferraz nadie se moja por el momento sobre cuál será la situación.

Pero recuerdan que la dirección que lidera Sánchez tiene el poder decisorio, la última palabra, sobre si convocar o no los congresos extraordinarios autonómicos si lo consideran necesario. Es decir, si la situación (como puede ser en Aragón) es más tensa de lo que debería ser.

También algún dirigente socialista pone sobre la mesa la posibilidad de que alguno de los barones puede acabar en el Consejo de Ministros, algo que forzaría irremediablemente la renovación de liderazgo en su territorio. 

Por el momento, toca esperar también para estos asuntos. Lo decretó el propio Sánchez el día después de las elecciones. Las prisas para formar Gobierno se han enfriado desde Moncloa y Ferraz. Con un doble objetivo: retratar la soledad y la tensión interna en el PP de Alberto Núñez Feijóo y hacer madurar y pensar a Junts sobre su decisión. 

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