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PSOE y ERC encarrilan su relación tras meses de tensión por el 'caso Pegasus'

Los republicanos catalanes no pusieron el foco en el espionaje durante el debate del estado de la nación y votaron a favor del segundo decreto anticrisis. Moncloa ve un cambio claro de actitud en un grupo que los había castigado parlamentariamente desde hace unos meses. Habrá una nueva Mesa de Diálogo la última semana de julio. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), mantiene un encuentro con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, este viernes en el Palacio de la Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), mantiene un encuentro con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, este viernes en el Palacio de la Moncloa. Emilio Naranjo / EFE

Entre el pasado 28 de abril y el debate del estado de la nación de esta pasada semana no han pasado ni tres meses. Una de las noticias de aquel día fue el castigo parlamentario que ERC le impuso al Gobierno de Pedro Sánchez tras el estallido del 'caso Pegasus'. El espionaje a líderes independentistas tensó al máximo las relaciones entre los socialistas y el grupo republicano. Se elevó también a nivel bilateral entre Moncloa y la Generalitat de Catalunya. Todo eso parece ya haber quedado atrás y ambos partidos han encarrilado, o al menos han comenzado a hacerlo, su relación. 

La reunión de este viernes entre el presidente Sánchez y el president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, fue un paso más. El encuentro dejó un titular. Habrá Mesa de Diálogo en la última semana de julio y se celebrará en Madrid. Los republicanos catalanes, con Aragonès a la cabeza, llevaban tiempo reclamando una nueva convocatoria antes de que aparecieran las informaciones sobre el espionaje. 

Pero los gestos venían ya dándose desde días atrás. Un punto de inflexión fue la reunión del pasado día 8 de julio entre el ministro de la Presidencia Félix Bolaños y la consellera catalana Laura Villagrà. De allí salió la concreción de la fecha de la reunión entre Sánchez y Aragonès y un documento conjunto que fija garantías, metodología y condiciones para la Mesa de Diálogo. 

De esa manera, con un avance evidente y refrendado públicamente, se llegó al debate del estado de la nación. Sánchez enumeró una serie de medidas económicas que contentaron a sus socios, especialmente con la implantación de dos nuevos impuestos, a la banca y las eléctricas.

"Enhorabuena, hoy se ha levantado de izquierdas", comenzó su intervención el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Los republicanos catalanes aplaudieron las medidas, aunque le reclamaron más ambición, en la línea de otros aliados parlamentarios de izquierdas como EH Bildu. Pese a ello, uno de los titulares de la tarde del martes y uno de los pocos momentos en los que se le vio a Sánchez enfadado fue tras la intervención de Rufián.

El dirigente catalán mostró desde la tribuna del Congreso unas balas recogidas por su compañera diputada, María Dantas, en las cercanías de la valla de Melilla. ERC ha sido muy crítico con la gestión fronteriza de la tragedia de hace unas semanas en la que murieron decenas de personas que trataban de entrar en España. "No me llames racista", le contestó Sánchez. Rufián se acercó luego al escaño de Sánchez para disculparse y rebajar la tensión. 

Ni rastro del espionaje en el debate del estado de la nación

Sin embargo, en el discurso de Rufián no hubo menciones al caso Pegasus o al espionaje a líderes independentistas. Un hecho que no pasó inadvertido en Moncloa según las fuentes consultadas. "Es significativo", destacaban en el Ejecutivo. 

Pero los gestos más claros de acercamiento, siempre desde la visión del Gobierno de Sánchez, llegaron el jueves. ERC optó por la abstención en la Ley de Memoria. Pese a considerar que se queda corta no votaron en contra. También votaron a favor de la reforma judicial que acerca la composición de un Tribunal Constitucional de corte progresista. 

La verdadera sorpresa fue el voto favorable de los republicanos catalanes al segundo decreto anticrisis para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania. ERC no desveló el sentido de su voto hasta una vez realizadas las votaciones, mediante un comunicado. El discurso de su diputado Joan Margall fue ambiguo y no dejó clara su posición.

Considera el grupo republicano que las medidas van en la buena línea y benefician al conjunto de la ciudadanía. Pero también lanzaron una advertencia. "Asegúrense de que el impuesto a las grandes energéticas lo paguen realmente las empresas y no se acabe cargando de nuevo a los consumidores". Moncloa ya ha garantizado que eso no pasará

Los votos y la actitud suponen un cambio respecto a lo sucedido en otras votaciones anteriores importantes. Para el primer decreto anticrisis, ERC vinculó su posición claramente al 'caso Pegasus'.  "Si quieren conocer qué pensamos y qué vamos a votar en este Real Decreto, pregunten al CNI o a la ministra Robles", dijo entonces desde la tribuna la diputada Montserrat Bassa.  También votaron en contra de otros proyectos como la ley audiovisual o los planes de pensiones. 

En el horizonte, varios asuntos importantes. El principal, los Presupuestos Generales del Estado (PGE). El aumento del gasto militar puede ser una piedra en el camino de las negociaciones, puesto que los catalanes se oponen. Pero en las filas socialistas cunde el optimismo y consideran que los sacarán adelante "en tiempo y forma" con el apoyo también de ERC.

Otro punto de relevancia en el horizonte es la tramitación de la reforma de la 'ley mordaza', cuyas negociaciones parlamentarias se están enquistando y no está prevista su aprobación en un corto plazo de tiempo. El PSOE busca un consenso con los grupos de izquierda como EH Bildu o ERC. 

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