Así quedaría el Parlamento de Galicia con circunscripción única y sin barrera de entrada: Rueda hubiera necesitado a Vox
Si en las elecciones gallegas se votara en una única circunscripción y no hubiera umbral mínimo para optar al reparto de escaños, los resultados del 18F dejarían un Parlamento distinto. Vox y Sumar hubieran conseguido representación y Rueda no habría obtenido la mayoría absoluta.
Madrid-Actualizado a
Las elecciones autonómicas de este 18 de febrero en Galicia han revalidado la mayoría absoluta del Partido Popular (PP). La candidatura de Alfonso Rueda ha conseguido 40 escaños y, por tanto, el PP podrá seguir gobernando en solitario. El resto del reparto son 25 diputados para el Bloque Nacionalista Galego (BNG), 9 para el Partido de los Socialistas de Galicia (PSdeG-PSOE) y 1 para Democracia Ourensana (DO).
Pero la situación sería bien distinta con otra ley electoral. En Galicia los escaños se reparten en cuatro circunscripciones distintas. Las cuatro provincias gallegas: A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra. Además, hay una barrera de entrada bastante elevada: el 5% de los votos. Si un partido no llega a ese porcentaje, directamente se queda fuera del reparto de escaños, como les ha pasado este 18F a Vox y Sumar.
¿Qué pasaría si los gallegos votaran todos en una misma circunscripción y no hubiera barrera de entrada? Primero de todo, el PP de Rueda no hubiera conseguido la mayoría absoluta. Siempre teniendo en cuenta que los resultados reflejados en las urnas hubieran sido los mismos que este 18F.
Es una simulación, ya que lo lógico es que hubiera variaciones en el voto: la gente escoge una papeleta u otra en función también de la normativa electoral. Con esa circunscripción única y el mismo reparto de votos, los 40 escaños del PP se hubieran quedado en solo 37 y les faltaría uno para llegar a la mayoría absoluta, marcada en 38 del total de 75 diputados que tiene el Parlamento de Galicia.
Democracia Ourensana no entraría al Parlamento y el PSdeG subiría de 9 a 11 escaños
El BNG de Ana Pontón mantendría sus 25 diputados, el PSdeG subiría dos y conseguiría un total de 11 y Democracia Ourensana, el partido de Gonzalo Pérez Jácome, perdería el escaño que ha conseguido en estas elecciones por primera vez. En su lugar, quienes entrarían al Parlamento de Galicia serían Vox y Sumar, con un diputado cada partido.
Rueda necesitaría a Vox
Este reparto hipotético se ha simulado asignando los escaños a través del sistema D'Hondt, el que se utiliza tanto en las elecciones gallegas como en el resto de comicios que se celebran en España. Con esa circunscripción única y la eliminación de la barrera de entrada, a Vox y Sumar, que han obtenido un 2,19% y 1,90% de los votos, ya les sería suficiente para lograr representación.
No pasa igual en el caso de Podemos, que a falta del recuento del voto CERA, solo ha logrado un 0,26% de los votos, menos incluso que el PACMA (Partido Animalista Con el Medio Ambiente), y seguiría lejos de poder lograr uno de los 75 escaños. Quien también se quedaría fuera del Parlamento de Galicia es Democracia Ourensana.
El partido de Pérez Jácome ha logrado el 8,87% de los votos en su provincia, con lo que supera la barrera electoral del 5% —que se calcula para cada circunscripción de forma individual. Esos votos le han supuesto un diputado.
Pero en el conjunto de Galicia, Democracia Ourensana solo representa el 1,03% de los sufragios. La cifra sería insuficiente para lograr un escaño en caso de circunscripción única, aunque por poco. De hecho, DO se quedaría a 3.371 votos de conseguir el último escaño de los 75 del Parlamento. En caso de lograrlo, es el BNG quien lo perdería.
Rueda necesitaría el apoyo del diputado de Vox para lograr sumar 38 escaños y la mayoría absoluta
Por todo ello, la izquierda sumaría 37 escaños —entre el BNG, el PSdeG y Sumar—. Esta sería la misma cifra que el PP de Rueda. Así que los populares necesitarían pactar con el diputado que habría logrado Vox para poder sumar 38 escaños y poder mantenerse en la Xunta de Galicia.
Una ley electoral que beneficia al PP
En Galicia las elecciones se rigen por su propia ley electoral, que data de 1985. Establece que las circunscripciones son las provincias, igual que en la mayor parte de elecciones que se celebran en España. El uso de circunscripciones pequeñas acostumbra a beneficiar a los partidos que quedan en primera posición y, aunque en menor medida, en segunda.
En el caso de Galicia esto beneficia al PP, que concentra todo el voto de la derecha en un territorio en el que la izquierda está mucho más fragmentada. Además, la barrera electoral del 5% impide a los partidos más pequeños convertir sus votos en escaños y hace que muchos sufragios no sirvan para nada, ya que no se logran convertir en representación parlamentaria.
El Parlamento de Galicia está formado por 75 diputados. Cada una de las cuatro provincias escoge, sí o sí, a 10 diputados. Los otros 35 se reparten entre las cuatro en función de su población en el momento de cada elección. Esto hace que las menos pobladas estén especialmente sobrerrepresentadas.
Lugo y Ourense, las provincias menos pobladas y más conservadoras, están sobrerrepresentadas
Es decir, Lugo y Ourense reparten más escaños de los que les tocarían si se distribuyeran únicamente en función de la población. Esto también beneficia al PP, ya que estas dos provincias son las más conservadoras y donde el partido de Rueda logra sus mejores resultados.
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