Querellantes del franquismo reavivan la causa en Argentina en pleno foro mundial de derechos humanos
Una representación del Colectivo por los Olvidados de la Transición (COT) y de la asociación Todos los niños robados son también mis niños, participantes del III Foro Mundial de Derechos Humanos que acogió Buenos Aires, declara en la causa que investiga los crímenes de la dictadura.
Ana Delicado Palacios
Buenos Aires-Actualizado a
"Es el viaje, el viaje en sí mismo", insiste a Público un querellante que está por sumarse a la causa argentina que investiga los delitos del franquismo, Javier Almazán. "En la Odisea, que Ulises llegara a Ítaca a ver a Penélope es lo de menos; lo que lo marca es el trayecto. Nosotros estamos de viaje y no vamos a ver su final. Lo único que hacemos es transmitir nuestro relato a los más jóvenes, que a lo mejor no tienen idea de esto. Pero con que haya uno que lo haga suyo, ya es un viaje astral, planetario".
Almazán declarará este martes ante la jueza argentina María Servini, instructora del único caso del mundo que investiga los crímenes de la dictadura franquista, por el asesinato de su hermano Ángel el 20 de diciembre de 1976, cuando tenía 18 años, a raíz de la paliza que le propinó la Policía Armada cinco días antes, durante el referéndum sobre el Proyecto de Ley para la Reforma Política que promovió el entonces presidente Adolfo Suárez para legitimar el tránsito del régimen dictatorial a la monarquía parlamentaria.
Lo acompañarán al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional nº1 dos hermanos querellantes, Miguel y Manuel Ruiz, para ratificar la denuncia que presentó el segundo de ellos en 2019 por el asesinato de Arturo Ruiz, un joven de 19 años que fue asesinado por la espalda el 23 de enero de 1977 por un ultraderechista relacionado con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, José Ignacio Fernández Guaza, fugado desde entonces.
El documental 'Gustau, la Transición al descubierto', de Jaume Doménech, reconstruye el asesinato del joven de 16 años
"El propósito es aportar datos que muestren que no se trató de un caso aislado, sino que formó parte de un plan sistemático para acabar con parte de la población", razona Manuel Ruiz. "Eso define que sean crímenes de lesa humanidad, que no prescriben nunca ni se pueden amnistiar".
No es la única visita que recibe la magistrada argentina por estos días. El miércoles declaró en su juzgado Marc Muñoz, hermano de Gustau Muñoz, que con 16 años fue asesinado por la Policía en la Plaza Sant Jaume de Barcelona durante la Diada del 11 de septiembre de 1978. El documental Gustau, la Transición al descubierto, de Jaume Doménech, reconstruye lo acaecido aquel día y fue aceptado como prueba en el expediente.
Desde hace cinco años, Marc intentaba brindar su testimonio a la justicia argentina desde España, hasta que no le quedó más remedio que tomar un avión, como ya hiciera en 2018. "Antes podíamos declarar por videoconferencia, pues los consulados argentinos fueron habilitados como sedes judiciales, pero España tumbó esa posibilidad", aclara.
A cuatro personas responsabiliza este hombre de la muerte de su hermano: al presunto autor material del disparo, Francisco Martínez Menéndez; a otro policía presente, José Luís Varela Miras; a Juan Carlos de Borbón, como jefe supremo de las Fuerzas Armadas en aquel entonces; y a quien era ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, imputado en la causa por doce homicidios agravados por lesa humanidad, cuyo procesamiento rechazó en septiembre el máximo tribunal penal de Argentina, la Cámara Federal de Casación Penal.
Casi dos horas duró el testimonio de Marc en el juzgado de Servini. "Intentamos demostrar que entre 1976 y 1982 hubo casi 200 personas asesinadas en las calles", revela. "Eso no puede ser fortuito. Responde a una estrategia del Estado, que utilizó la violencia policial contra la población civil, contra las movilizaciones, para quitarla de en medio, para que no molestaran en el proceso de la Transición".
Horas después de su declaración testimonial, el querellante reconoce que fue una "situación balsámica para una cuestión personal", pero, a su vez, un aporte fundamental a la causa que indaga en los crímenes franquistas. "El procesamiento de Martín Villa parece que está en un compás de espera, y no sabemos si terminará siendo procesado o no, pero que esta acusación se remonte a un hecho ocurrido en 1978 puede dar un impulso a su procesamiento, por ser el ideólogo y quien dirigía a los asesinos", sostiene el catalán.
Sobre la querella de Marc Muñoz: "Permite demostrar que la represión por parte de las fuerzas policiales fue sistemática"
Coincide en esta evaluación Máximo Castex, abogado de la querella argentina desde el inicio de la pesquisa judicial, hace casi trece años. "Esta causa siempre tiene altos y bajos, es muy oscilante, pero lo cierto es que se ha venido trabajando en la querella de Marc Muñoz porque es un caso que permite demostrar que la represión por parte de las fuerzas policiales fue sistemática", refiere a este diario.
No ha servido de nada que la exfiscal general del Estado Dolores Delgado derogara en 2020 una instrucción de una predecesora en el cargo, Consuelo Madrigal, que en 2016 ordenó a las fiscalías provinciales que no colaborasen con la justicia argentina. "Lo cierto es que, en los hechos, no tenemos respuesta de los exhortos que se libran en materia de prueba", cuestiona Castex. El caso de Marc es uno de tantos.
Aprietos a Rodríguez Zapatero
La representación del Colectivo por los Olvidados de la Transición (COT) y de la asociación Todos los niños robados son también mis niños que ha viajado a Buenos Aires por estos días ha tenido un espacio de escucha en el marco del III Foro Mundial de Derechos Humanos que hasta este jueves acogió Argentina, país que cumple cuarenta años ininterrumpidos de democracia tras la atroz dictadura cívico-militar que desangró al país entre 1976 y 1983.
La presencia del grupo no pasó desapercibida para el expresidente del Gobierno español José Rodríguez Zapatero (2004-2011), uno de los invitados estrella de este evento organizado por la Unesco. El martes participaba en uno de los paneles cuando Miguel Ruiz y Pablo Mayoral, que fue procesado en los últimos consejos de guerra del franquismo, en julio de 1975, mantuvieron frente al exmandatario una pancarta que mostraba la palabra "impunidad" tachada en rojo y la consigna "juicio a Martín Villa", con una foto del exministro de la Transición.
Concluido el acto, el exlíder del PSOE, que en septiembre de 2020 envió una carta a la jueza Servini en favor de Martín Villa, a quien elogió por haber afianzado "el nacimiento de la democracia" en España, se topó al subir al automóvil que lo esperaba con otra pancarta que franqueaba su paso, esta vez sujeta por Marc Muñoz, en la que se leía: "Nosaltres acusem Martín Villa. Prou impunitat".
El viaje sigue, con los querellantes que este viernes participan en una multitudinaria marcha en Buenos Aires por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, una jornada festiva en Argentina para homenajear a las víctimas de la dictadura que comenzó hace 47 años, el 24 de marzo de 1976, con el golpe de Estado que dio la Junta Militar comandada por el genocida Jorge Videla.
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