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Rajoy responde a Sánchez con su tono más burlón: "Si yo soy tan malo, ¿usted qué es, pésimo?"

El presidente en funciones insiste en culpar a los socialistas de la hipotética vuelta a las urnas: "Ya he entendido todas las partes del no, pero no podemos repetir elecciones hasta que a usted le guste el resultado"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la segunda jornada del debate de investidura que se celebra en el Congreso de los Diputados. REUTERS/Andrea Comas

PAULA DÍAZ

MADRID.- El presidente en funciones ha cambiado de estrategia. Tras su denso discurso de ayer, hoy ha vuelto al Congreso el Mariano Rajoy más burlón, el gallego de la ironía y la retranca y de los insultos a Pedro Sánchez

El todavía jefe del Ejecutivo volvió a asumir su derrota en el debate de investidura que se celebra esta semana en la Cámara baja, al dar por hecho que no conseguirá más apoyos que los que ya tiene de Ciudadanos (32 escaños) y Coalición Canaria (1). Pero, de nuevo, decidió no ofrecer nada al PSOE a cambio de su abstención y se limitó a provocar la carcajada de los suyos y a culpar a los socialistas de la hipotética repetición de elecciones.

"Señor Sánchez, he venido a pedir su colaboración y ello me obliga a tratarle con mucha más deferencia a como lo hago habitualmente y a suavizar mis expresiones", inició su respuesta a la intervención de Sánchez. "Usted podría corresponderme. No abuse. Con que me diga que no ya es suficiente. Tenga la certeza de que ya he entendido todas las partes del no", siguió. Sólo su bancada le rió la gracia.

Rajoy, a Sánchez: "Para usted no es urgente que haya Gobierno, salvo que lo presidiera usted"

Él aprovechó para seguir ninguneando el discurso de su adversario -que le enumeró todos los recortes aprobados durante su mayoría "absolutista", le habló de corrupción y le recordó sus críticas a las investiduras fallidas- al insistir en que la situación de ahora y la de marzo no son la misma. "Usted tenía 131 apoyos; yo, 170", constató. 

Y presumió de haber sido la fuerza más votada en ambas ocasiones -aunque también reconoció que en ningún caso ha conseguido votos a favor suficientes para superar la investidura- y de haber aumentado su diferencia con el PSOE: "Si su opinión sobre el PP y mi persona y el Gobierno que presido es que somos la quinta esencia de todos los males y tenemos más escaños de usted, ¿puede explicar qué opina usted de su ejecutoria al frente del partido socialista? Si yo soy tan malo, ¿cuánto de malo es usted? ¿Pésimo?", espetó. De nuevo, sólo su bancada le rió la gracia.

Tras el monólogo, siguió otro monólogo distinto muy similar al de ayer. Rajoy vendió, casi a modo de programa electoral, su gestión al frente del Gobierno (presumió de haber evitado el rescate, de haber logrado la recuperación económica y hasta de su reforma laboral -"2015 fue el año con menos huelgas desde 1995", aseguró) e intentó enmendar sus errores del martes. Así, dedicó más tiempo a hablar de corrupción, pero incidió en la misma falacia. "Hoy se persigue más que nunca", dijo ayer. "No es más limpio el que más escenifica su indignación por la corrupción sino el que más se esfuerza en combatirla", resumió hoy, tras comprometerse a cumplir con las medidas del pacto firmado con los de Albert Rivera, "siempre que sean razonables"

"No creo que Rivera y yo pasemos a la Historia por el acuerdo del otro día; igual por otra cosa"

En cuanto a su acuerdo con Ciudadanos, Rajoy agradeció el esfuerzo de los naranjas -hoy fue más condescendiente con Rivera después de que ayer hubiera equiparado sus 32 escaños con los minoritarios de Coalición Canaria, UPN, PAR y Foro Asturias-, pero asumió que es tan insuficiente como lo fue el de C's con el PSOE. También esto le sirvió para continuar con el ataque a Sánchez desde la ironía. "Usted calificó su acuerdo de histórico. Yo no creo que Rivera y yo pasemos a la Historia por el acuerdo del otro día; igual por otra cosa, sí", dijo agradando a su socio, que sonrió desde su escaño. "El que va a pasar a la Historia es usted por provocar las terceras elecciones en un año", agregó.

Pero no cambió su táctica. Lejos, muy lejos de intentar convencer a los socialistas, apenas repitió los mantras de las últimas semanas: Sánchez bloquea el Gobierno, Sánchez lleva al país a terceras elecciones; Sánchez sólo tiene intereses personales y no piensa en el bien común. "¿Cuál es la razón para no dejar que gobierne quien los españoles han decidido que gobierne?", le preguntó. "Para usted no es urgente que haya Gobierno salvo que lo presidiera usted", le acusó tras repetir la necesidad de aprobar los Presupuestos y cumplir con Europa.

Y terminó con su única petición a Sánchez: "Le pido que nos deje gobernar. Le ofrezco 170 escaños, ocho acuerdos capitales [los pactos en materia de pensiones, financiación autonómica, por la Educación, etc. que lanzó ayer desde la tribuna] y le pido un poco de responsabilidad". "Estamos ante una situación excepcional y no le pido su confianza; le pido que no bloquee porque no podemos repetir las elecciones hasta que a usted le guste el resultado", concluyó Rajoy.

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