Este artículo se publicó hace 2 años.
Yolanda Díaz arrancará 'Sumar' con el empeño de superar las fricciones partidistas en la izquierda
La vicepresidenta segunda del Gobierno lanza su proceso de escucha el 8 de julio en Madrid. Uno de sus objetivos principales es el de "despertar" al votante de izquierdas y reconectar a la ciudadanía con la política.
Madrid-Actualizado a
Seis meses. Eso es lo que durará el denominado proceso de escucha de Yolanda Díaz, que arrancará el 8 de julio con un primer acto en la ciudad de Madrid que coincidirá con la semana de celebración del Orgullo. En ese medio año, la vicepresidenta segunda del Gobierno tiene por delante el reto de sentar las bases de dos condiciones que podrían resultar imprescindibles para armar su proyecto político: aglutinar y movilizar a la izquierda.
La desmovilización del electorado progresista hace tiempo que preocupa en el equipo de la ministra de Trabajo. Desde su entorno siempre habían abordado la relación de políticos y ciudadanos desde dos problemáticas.
La primera es la desafección que, a juicio de Díaz, hay en la sociedad con respecto a la denominada política institucional. La vicepresidenta segunda achaca al "ruido" y a la excesiva teatralización de partidos, dirigentes y representantes la desconexión que gran parte de la ciudadanía ha experimentado con la política en los últimos tiempos.
La segunda, con un enfoque más centrado, es la desmovilización de la izquierda. En el equipo de la ministra de Trabajo saben que es imprescindible "despertar" a un electorado y a una sociedad civil que en 2015 y 2016 dio un resultado histórico a Unidos Podemos al calor de herramientas de movilización y participación pública como el 15M o las denominadas mareas sociales.
El fuego de aquel periodo movilizador (que tuvo una traducción electoral clara) parece estar apagado, pero en el entorno de Díaz creen que todavía quedan brasas que pueden ser reavivadas de aquí a que tengan lugar las próximas elecciones generales.
"Es verdad que la izquierda española está desmovilizada. Yo voy por la calle y la gente me dice que esto pinta mal", aseguró la propia vicepresidenta este jueves durante una entrevista en Al Rojo Vivo. La semana pasada, en una imagen de la titular de Trabajo en el Consejo de Ministros, se pudo apreciar que Díaz portaba un argumentario que se refería concretamente a esta problemática, una señal clara de lo relevante que es para la ministra y su equipo.
Una reconfiguración que remueve a la izquierda
El de la desmovilización no es el único reto que tiene por delante en estos seis meses que durará su proceso de escucha (articulado jurídica y legalmente en torno a la asociación Sumar). La reconfiguración y el reseteo de la izquierda que pretende Díaz han provocado importantes tensiones en el espacio progresista en varios sentidos (tanto en el seno de Unidas Podemos, entre Podemos e IU, como entre la formación morada y la vicepresidenta segunda).
El último ejemplo se vio en Andalucía, donde las elecciones iban a servir como la primera prueba de fuego de la capacidad aglutinadora que se atribuye a la dirigente que protagonizó, junto a Xosé Manuel Beiras, el histórico pacto entre Esquerda Unida y una parte muy importante del independentismo gallego.
Solo con el hecho de esbozar un proyecto político (del que se tienen más dudas que certezas en la actualidad) tirado por una ministra con una de las mejores valoraciones ciudadanas se apuntaba hacia una unidad que en determinados foros consideraban que llegaría casi de forma natural.
La configuración de la candidatura de Por Andalucía ha roto con esta idea preestablecida y ha golpeado duramente las expectativas; la unidad va a costar, las viejas heridas todavía supuran y las diferencias entre partidos (y entre dirigentes) de la izquierda tienen la capacidad de amenazar cualquier proyecto de unificación de las fuerzas progresistas; esté Yolanda Díaz o no.
Lo que resulta claro es que la vicepresidenta y la dirección de Podemos se han distanciado y en los últimos meses ha sido prácticamente imposible ver actos conjuntos de Díaz con Ione Belarra (una situación que terminará en pocos días, ya que ambas dirigentes compartirán escenario en la campaña de las elecciones andaluzas).
En Podemos a veces han echado en falta más información de la ministra de Trabajo respecto a su proyecto y su futuro. En el entorno de la vicepresidenta segunda no terminan de compartir algunas de las estrategias que la formación morada sigue para trasladar a la opinión pública sus discrepancias con el PSOE en el seno del Gobierno de coalición.
Sin embargo, desde ambas partes se insiste en que comparten proyecto. Podemos tiene a Díaz como su candidata, y Díaz cuenta con los de Belarra y confía en su intención (manifestada en diversas ocasiones) de ensanchar el espacio político. En seis meses, la ministra de Trabajo desvelará si acepta postularse para encabezar una candidatura electoral y comenzará un proceso de unidad orgánica de la izquierda en torno a las conclusiones que se saquen del proceso de escucha.
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