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Rueda se encomienda a la guerra contra el nacionalismo y a la maquinaria del PP en Galicia para sobrevivir al 18F

El PP se asoma al abismo de perder la Xunta tras una campaña más difícil de lo que esperaban.

Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda
Alfonso Rueda y Alberto Núñez Feijóo, durante el cierre de la campaña electoral en Galicia, este viernes en A Coruña  Gustavo de la Paz / Europa Press

El Partido Popular termina la campaña electoral en Galicia con más nerviosismo e inquietud del esperado, aun después del shock del 23 de julio que sigue sobrevolando el partido. Aunque los trackings internos del PPdeG, estables desde la precampaña, les colocan en los 39 escaños, según fuentes autorizadas del partido, las encuestas publicadas no les aseguran la mayoría absoluta y señalan un crecimiento del BNG que impone a los populares

A poco más de 24 horas para que se abran las urnas, se asoman al abismo de perder la Xunta tras una campaña revuelta, pero confían en la tradicional fórmula del PP en Galicia: agitar el miedo al nacionalismo y esperar a que la maquinaria engrasada desde la época de Manuel Fraga funcione.

Alfonso Rueda ha cerrado su campaña con un acto en A Coruña junto a Alberto Núñez Feijóo. El lugar elegido fue el mismo en el que el presidente nacional del PP cerró la suya para el 23 de julio y el mensaje, parecido. Si entonces alertaban de un nuevo Gobierno de coalición, ahora el enemigo es el BNG de Ana Pontón. "No dejéis que el nacionalismo llegue a esta tierra. No hay ninguna tierra a la que le haya ido bien con el nacionalismo (...) No es un buen plan el plan nacionalista por mucho que intenten envolverse en papel de regalo", dijo Núñez Feijóo antes de que Rueda se subiera al escenario.

El presidente de la Xunta y candidato a la reelección pidió el voto a los "verdaderos socialistas" que rechazan que el PSdeG se haya "entregado al nacionalismo y al independentismo". "En esa Galicia del separatismo ya sabemos lo que nos espera: que solo hay una forma de pensar, la suya", continuó Rueda. Frente al nacionalismo, dijo, "libertad para elegir".

Los populares llevan días articulando sus discursos en torno a la idea del miedo a un BNG que se ha hecho con el liderazgo de la izquierda gallega. Desde un vídeo en el que Pontón se convertía en Arnaldo Otegui, líder de EH Bildu, hasta Isabel Díaz Ayuso diciendo en Vigo el jueves que "no hay un nacionalismo sin su sicario al lado".

Tanto Rueda como Feijóo han pedido ir a votar de forma masiva y, aunque conteniendo el aliento ante un posible vuelco, ambos han trasladado optimismo a los suyos. "Dependemos de nosotros mismos. Vamos a ganar seguro porque vamos a ir a votar unidos como hemos votado siempre", pronosticó Feijóo, encomendándose a un partido que le ha dado cuatro mayorías absolutas a él.

El “ecosistema propio” del PP en Galicia

Es habitual que en el PP gallego se refieran a un "ecosistema propio" con el que consiguen una suerte de inmunidad a las polémicas que envuelven la política nacional. Por un lado, un panorama mediático favorable y, por otro, una implantación territorial que es la envidia de todas las comunidades autónomas. "En la última aldea de Galicia hay alguien del PP", defiende un dirigente gallego. "Es el momento de que respondan", continúa.

Así, mientras Rueda pidió a los más de 3.5000 asistentes, según fuentes de la organización, sentirse "acompañado", Feijóo puso en valor esa maquinaria que tan bien conoce. "El PP de Galicia sigue siendo el mejor Partido Popular de España", defendió. Y añadió: "Cuando este partido sabe lo que se juega es implacable". Un mensaje importante tras la semana convulsa que ha vivido el partido y que les ha complicado el camino a las urnas. 

Una campaña más complicada de lo esperado

Lo cierto es que la campaña empezó bien para Alfonso Rueda. Con la crisis de los pellets superada, el heredero de Feijóo en los puestos de mando en Galicia —tanto en la Xunta como en el partido— se encomendó a una campaña en dos partes: una primera semana en clave nacional y la segunda con mensaje plenamente gallego. La estrategia se truncó en el ecuador, después de que fuentes del PP nacional revelaran a varios medios de comunicación, entre ellos Público, que Feijóo estudió la amnistía durante 24 horas y que se abría a un indulto condicionado a Carles Puigdemont. El conflicto independentista y la relación del PP con Junts entró en la campaña gallega justo cuando Rueda pretendía salirse del debate nacional.

El partido cerró filas con rapidez para no lastrar al actual presidente de la Xunta y candidato a la reelección, pero barones del PP señalaban el "error" de haberle dado tanto a la izquierda como a Vox un filón en plena carrera hacia a las urnas. Así, en los últimos días Feijóo ha mantenido un claro perfil bajo y las menciones a la amnistía se han reducido a mínimos. Silencio absoluto también sobre el tema en el mitin de cierre.

Rueda y Feijóo, Feijóo y Rueda, terminan juntos la campaña con un mensaje: mantener el status quo en Galicia. Los dos se juegan mucho el 18 de febrero.

Poco antes de que agarrasen el micro, el personal de la Sanidad gallega recibía un SMS de la Xunta comunicándole la subida salarial acordada tras las protestas. Mariscadores y mariscadoras gallegos también han recibido en las últimas horas una transferencia de 550 euros.

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