Sánchez pasa de la equidistancia a defender al pueblo palestino y se desata la mayor crisis diplomática con Israel
La defensa del Derecho Internacional del Ejecutivo provoca la enésima reacción de enfado del ultraderechista Netanyahu. Moncloa destaca que las relaciones políticas y comerciales no están rotas y no es la intención dar pasos en ese sentido.
Madrid-Actualizado a
Han pasado casi dos meses desde los ataques, el 7 de octubre, de Hamás en Israel. La situación, pese al breve alto al fuego de los últimos días, está lejos de solucionarse. La respuesta militar del país hebreo hacia la población palestina en Gaza ha sido implacable, asesinando a miles y miles de civiles, menores incluidos.
En este contexto, la defensa del Gobierno de Pedro Sánchez, con el propio presidente a la cabeza, del derecho internacional ha provocado reiteradas respuestas airadas de Israel y de su primer ministro, el ultraderechista Benjamin Netanyahu. Las últimas palabras de Sánchez desembocaron en la llamada a consultas de la embajadora israelí en España abriendo una crisis diplomática con pocos precedentes en las relaciones bilaterales.
Sánchez, Moncloa y el PSOE han ido modulando su discurso desde el mes de octubre según se han ido dando los acontecimientos. El primer mensaje del presidente fue únicamente para condenar sin paliativos las acciones de Hamás. Los socialistas pidieron "prudencia" los primeros días para hacer cualquier tipo de valoración y evitaron censurar la respuesta de Israel, que ya era palpable.
El líder del Ejecutivo quiso jugar desde el principio un papel activo en la UE para tratar de buscar soluciones al conflicto. Sus palabras y su mensaje comenzaron a ser diferentes. Por ejemplo, ya el 14 de octubre denunciaba "el ataque indiscriminado a civiles" por parte de Israel en Gaza en una carta enviada como presidente de la Internacional Socialista.
Mientras Sánchez pretendía equilibrar las relaciones diplomáticas con Israel y Palestina, condenando los ataques de Hamás y pidiendo a los israelíes respeto al Derecho Internacional dentro de su derecho a defenderse, sus socios de Sumar iban más allá. Ministras como Ione Belarra condenaban ya los "crímenes de guerra" de Netanyahu.
La primera tensión llegó el 17 de octubre, con un comunicado emitido por la Embajada de Israel en España. En él, condenaban "enérgicamente las declaraciones absolutamente inmorales de algunos elementos del Gobierno de Pedro Sánchez", sin mencionarlos.
La respuesta del Ministerio de Exteriores que lidera José Manuel Albares fue contundente y cerró filas. Con otro comunicado, el Gobierno rechazó "tajantemente las falsedades vertidas sobre algunos de sus miembros" y dijo "no aceptar insinuaciones infundadas sobre ellos". Albares llamó a la embajadora, Rodica Radian-Gordon, personalmente para mostrarle su disgusto. Se dio por zanjado el conflicto. Pero no iba a ser ni mucho menos el último incidente.
El viaje de Sánchez como punto de inflexión
Una vez despejada la investidura de Sánchez y mientras España pedía de forma insistente una conferencia de paz tras el alto al fuego, llegó un punto de inflexión en las relaciones bilaterales. El recién investido presidente del Gobierno viajó la pasada semana a Israel y Palestina. El jefe del Ejecutivo se vio cara a cara con Netanyahu por primera vez desde que ostenta el cargo. Y sus palabras no gustaron nada al mandatario ultraderechista.
"El mundo entero está impresionado por las imágenes que vemos a diario de Gaza. El número de palestinos muertos es realmente insoportable. Debe distinguirse claramente entre objetivos militares y la protección de los civiles", le dijo. Pero lo que terminó por soliviantar del todo a Netanyahu fueron las declaraciones realizadas al día siguiente por Sánchez, junto al primer ministro de Bélgica Alexandre De Croo, en el paso de Rafah (Egipto).
"La matanza indiscriminada de civiles inocentes, incluyendo miles de niños y niñas, es totalmente inaceptable", insistió Sánchez. Además, abrió la puerta al reconocimiento unilateral del Estado de Palestina. Es una promesa del PSOE desde la época de José Luis Rodríguez Zapatero y Moncloa prefiere hacerlo en consenso con la UE. Pero esa puerta abierta del líder socialista y las reiteradas críticas a las matanzas israelíes no sentaron tampoco nada bien en Israel.
Israel y Netanyahu volvieron a lanzar duras acusaciones contra el Gobierno de España. En este caso, acusaron a Sánchez y De Croo de "apoyar el terrorismo" de Hamás. Los israelíes convocaron a la embajadora española en su país y Albares hizo lo propio con la israelí en España.
"Tengo serias dudas de que Israel esté cumpliendo con el derecho internacional humanitario", dijo Sánchez este jueves en una entrevista realizada en TVE. Pocas horas después, el ministro de Exteriores de Israel, Eli Cohen, llamó a consultas a la embajadora para que acudiera a Jerusalén. La resolución del conflicto y la vuelta de la diplomática puede demorarse en el tiempo.
Desde el Gobierno, las fuentes consultadas por Público tratan de rebajar la crisis y creen que todavía la llamada a consultas no tiene por qué implicar una retirada de esta representante. No consideran además que pueda implicar una mayor escalada de la crisis diplomática.
En Moncloa destacan que la posición española es compartida por otros países, incluso por integrantes de la Comisión Europea como el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic. Este dirigente europeo expresó también sus dudas sobre la proporcionalidad y el respeto al derecho internacional por parte de Israel.
"Nadie nos puede pedir que demos la espalda a los derechos humanos", dijo este viernes el ministro de Transportes, Óscar Puente, uno de los dirigentes más cercanos a Sánchez. "Los mensajes del presidente del Gobierno están muy en la línea con los pronunciados por otros actores de la comunidad internacional", dijo por su parte la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.
El propio Sánchez se reafirmó en la posición en una llamada telefónica directa al ministro de Defensa israelí, Benny Gantz. "Israel tiene derecho a defenderse de este ataque terrorista, pero he reafirmado que España considera insoportable la muerte de civiles en Gaza y que Israel debe cumplir con el Derecho Internacional Humanitario", señaló.
En Moncloa insisten en que en diplomacia es muy importante poder decir las cosas claras a los países socios y amigos, como es el caso de Israel. Las fuentes consultadas hablan de "valentía" del presidente. No prevén, en este sentido, más acciones por el momento. Las relaciones políticas o comerciales no están rotas y no es la intención del Gobierno de Sánchez dar pasos en ese sentido, tal y como piden algunas voces de la izquierda, especialmente en Podemos. Confían en que Israel tampoco lo haga.
*En esta información se ha modificado el titular. En una primera versión de este artículo aparecía: "Sánchez pasa de la prudencia a defender al pueblo palestino y se desata la mayor crisis diplomática con Israel". Ante el aviso de un lector, se ha cambiado la palabra "prudencia" por "equidistancia" .
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