Este artículo se publicó hace 3 años.
Los trabajadores plantarán cara a Ayuso si intenta controlar Telemadrid
La presidenta madrileña planea cambiar la ley para elegir a la cúpula de la radiotelevisión pública por mayoría simple y no por mayoría cualificada como ocurre hasta ahora. "No vamos a mirar hacia otro lado ante el despropósito de volver a etapas del pasa
Jorge Otero Maldonado
Madrid-
"Esta semana hemos recibido una de cal y otra de arena". Con esta expresión tan gráfica resume Luis Lombardo, presidente del comité de empresa de Telemadrid, lo ocurrido en la cadena pública madrileña en estos últimos días: por un lado, se ha aprobado el denominado contrato-programa, el mecanismo legal por el cual se establece la financiación y el modelo de gestión de toda la Radio Televisión Pública de Madrid (RTVM) –Telemadrid y Onda Madrid– hasta finales de 2023; por otro, sin embargo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dejó entrever el pasado 26 de mayo que su próximo Gobierno baraja seriamente modificar la ley aprobada en 2015 que fija, entre otras cosas, el método de elección de la cúpula de la radiotelevisión pública: Ayuso quiere que esa cúpula sea refrendada por una mayoría simple de la Asamblea madrileña cuando ahora son necesarios dos tercios.
El representante de los trabajadores asegura que la plantilla de Telemadrid no entiende esos "mensajes contradictorios" que se lanzan desde el Gobierno regional: "Por un lado se asegura y se regula lo que debe ser la financiación de la casa para los próximos años con el contrato-programa, pero por otro nos causa cierta pesadumbre que nos nos dejen trabajar ni seguir mejorando en la apuesta por un buen servicio público", señala Lombardo.
Desde que llegó en 2019 al Gobierno, Ayuso y el PP se han quejado repetidamente del trato que reciben de Telemadrid –"Soy la única presidenta que tiene una televisión que le es crítica", llegó a decir la presidenta madrileña en febrero de 2020–, amenazando incluso con el cierre de la cadena.
Público ha podido confirmar, y así lo contaba la compañera Marta Monforte, que la presidenta madrileña —todavía en funciones— ya ha empezado a maniobrar para hacerse con el control de la televisión autonómica. Muchos interpretan su anuncio como la ofensiva final para tumbar al actual equipo directivo y conseguir que Telemadrid sea una televisión más afín a los intereses de su Gobierno.
Fue Ciudadanos (Cs) quien obligó al PP en 2015 a garantizar por ley la independencia del ente público madrileño a cambio de dar su apoyo a la investidura de la entonces presidenta, Cristina Cifuentes. Curiosamente, fue la propia Ayuso, entonces una diputada rasa de la Asamblea de Madrid, la que defendió en nombre del PP la ley que regula actualmente el funcionamiento de la radiotelevisión pública.
Pero seis años después la situación ha cambiado notablemente: Cs se ha quedado en fuera de juego y Ayuso tan solo necesita el apoyo de Vox para sacar adelante sus planes. Y parece dispuesta a hacerlo.
Este nuevo escenario inquieta y preocupa a los trabajadores de Telemadrid, reconoce Lombardo. "Son planteamientos que distan mucho de dar futuro, certidumbre y seguridad. No entendemos que se plantee cambiar un modelo de radiotelevisión pública independiente, cercana y de utilidad para los ciudadanos que ha funcionado bastante bien durante estos años. Esos mensajes no hacen más que generar incertidumbre y preocupación", añade el presidente del comité de empresa.
Aunque reconoce que queda mucho margen de mejora, Lombardo defiende con uñas y dientes el actual modelo por el que tanto lucharon los trabajadores y muestra su rechazo a volver a épocas pasadas, en las que Telemadrid era un auténtico instrumento de propaganda al servicio de los Gobiernos de Esperanza Aguirre e Ignacio González, una circunstancia que terminó incluso poniendo en riesgo la propia supervivencia de la cadena pública tras un ERE en 2013 por el que fueron despedidos 860 trabajadores. "Quedó demostrado de forma rigurosa cuáles fueron las causas del hundimiento económico y empresarial de Telemadrid", apostilla Lombardo.
"Telemadrid ya fue utilizada de forma grosera utilizando los recursos públicos y su línea editorial para atacar al conjunto de la sociedad madrileña en la época de Esperanza Aguirre e Ignacio González. Si lo de que se está hablando es de cambios legales para permitir al Gobierno de turno hacer un uso discrecional de las decisiones de la propia cadena, y por tanto, acabar con la independencia de la casa, obviamente se van a encontrar con la oposición frontal de los trabajadores y trabajadoras. No vamos a mirar hacia otro lado ante lo que es un despropósito: volver a etapas del pasado y repetir un modelo fracasado que hundió a Telemadrid", advierte Lombardo.
Pese a que llueve sobre mojado, Lombardo no entiende ese empeño de ayuso por meter las manos en Telemadrid, especialmente ahora que la cadena pública ha recuperado buena parte de la audiencia perdida en aquellos tiempos oscuros, pero que sobre todo "ha recuperado la credibilidad" ante los telespectadores.
"Más del 30% de los habitantes de la región tenían desintonizada nuestra cadena. La gente ha vuelto a conectar con Telemadrid porque se está dando cuenta de la importancia que tiene contar con un medio de comunicación público de cercanía, sobre todo en esta época de pandemia, Filomena y demás. Telemadrid pasado de ser una cadena prácticamente despreciada por una gran mayoría de los televidentes a ser una cadena apreciada. Recibimos incontables mensajes de personas que nos dicen: 'Os volvemos a ver', 'Me he vuelto a conectar','Enhorabuena por lo que hacéis, segudi así'. Eso es muy gratificante y marca el camino para seguir trabajando y mejorando", abunda Landero.
Los buenos datos de audiencia –Telemadrid cerró la temporada pasada con un 6,4% de cuota de pantalla y las previsiones que en esta estará muy cerca del 7%– certifican, en opinión de Lombardo, "el crédito ganado ante la ciudadanía".
"No es exceso de triunfalismo, se están haciendo las cosas bien", apunta Lombardo, para quien la clave de este buen momento de la televisión pública madrileña es fruto del "diálogo y del trabajo en común del consejo de administración, la dirección y los trabajadores". En este sentido, el presidente del comité de empresa de Telemadrid destaca que las relaciones de los trabajadores con la dirección son de "entendimiento, de comunicación, de diálogo y de transparencia". Tenemos nuestras discrepancias, pero en términos generales de puesta en común de los aspectos fundamentales de la defensa del modelo de radiotelevisión pública", explica Lombardo.
Por eso, Lombardo lamenta que Telemadrid vuelva otra vez al "foco mediático". A raíz de las palabras de Ayuso, en los últimos días se han filtrado los nombres de candidatos a ocupar la dirección de Telemadrid. Uno de los que más ha sonado ha sido el del periodista Álvaro Zancajo, próximo al PP y hasta el pasado mes de diciembre director de informativos de Canal Sur, la televisión autonómica de Andalucía. Zancajo quedó muy señalado por su gestión en Canal Sur, acusado de manipulación y de falta de imparcialidad.
Lombardo quiere huir de los rumores y las especulaciones. "Hay que alejar a Telemadrid de de visiones interesadas, que lo único que hacen es deteriorar nuestro trabajo, distraer la atención y crear conflicto. El trabajo de estos años y está dando sus frutos", afirma.
Aunque da la impresión de que la batalla por Telemadrid va a ser larga, Lombardo mantiene la esperanza de que Ayuso sea coherente con lo decía hace seis años en la Asamblea de Madrid y no ejecute sus planes. Se muestra tranquilo a la espera de acontecimientos, pero no duda en lanzar una advertencia y hacer un llamamiento a la movilización: "Nosotros no estamos dispuestos a consentir que se repita el modelo de fracaso de Aguirre y González. Vamos a defender el modelo de servicio público, nuestro trabajo y nuestra profesión. Ahí vamos a estar. Si ahora mismo el conjunto de la ciudadanía se deja arrebatar un servicio público la radiotelevisión pública de Madrid, será responsabilidad de todos nosotros. El conjunto de la sociedad madrileña debería salir en masa a decir 'no, no se va a repetir el modelo de gestión corrupta que se vivió en el pasado'".
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