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Unas terceras elecciones no darían al PP más opciones de formar Gobierno

A pesar de que todos los analistas sostienen que a Rajoy le iría muy bien otra cita con las urnas, en vista de la clarísima debacle del PSOE y la supuesta caída de Ciudadanos, las estimaciones del gabinete demoscópico de Jaime Miquel y Asociados ofrecen varias sorpresas. Ni el PP ganaría escaños, según los cálculos de JM&A, ni tendría mejores bazas para sacar adelante la investidura del presidente del Gobierno en funciones.

Hemiciclo que resultaría de unas terceras elecciones el próximo diciembre, según la estimación de JM&A en octubre..

Tras la debacle interna del PSOE, Mariano Rajoy ya se las está prometiendo muy felices si se celebran unas terceras elecciones generales, pero está sobrevalorando las perspectivas del PP, ya que quedaría casi tan lejos como ahora de la mayoría absoluta que necesita para la investidura.

Esta es una de las conclusiones a la que llega el gabinete demoscópico Jaime Miquel y Asociados en su última estimación del Observatorio Electoral Continuo para Público, un desk research efectuado tomando en consideración las siete encuestas publicadas tras el 26-J, incluido el barómetro del CIS, ponderando sus resultados según las tablas y fichas técnicas correspondientes.

Tal como se puede ver en el hemiciclo que aparece más arriba, la suma de escaños del Partido Popular y de Ciudadanos se quedaría en 171, y la derecha volvería a depender de socialistas o nacionalistas –esto último harto improbable– para poder investir a Rajoy. Ello se debería –según los cálculos de JM&A– a que los sondeos internos del PP (que al parecer le otorgan hasta 150 diputados en una cita con las urnas) van bastante desencaminados.

En realidad, el reparto de sillones en el Congreso quedaría bastante similar a la situación actual y, curiosamente, la adición que da mayoría absoluta exacta (176 escaños) es exactamente la que sale de sumar los diputados de PSOE, Unidos Podemos, ERC, CDC y PNV. Es decir, la izquierda podría tomar el poder con el apoyo de los nacionalistas, pero estos –que aseguraron la gobernabilidad de España en diversos periodos del último cuarto de siglo– se han convertido ahora en apestados para la dirección socialista.

Pero las estimaciones de Jaime Miquel son bastante más completas de lo que suelen presentar las encuestas y calcula los números concretos de votantes que obtendría cada uno de los partidos –algo muy revelador de la compleja evolución política actual– tal como se puede apreciar en esta tabla completa de resultados estimados:

Tabla comparativa de resultados estimados por JM&A para unas terceras elecciones en diciembre.

Tabla comparativa de resultados estimados por JM&A para unas terceras elecciones en diciembre.

El PP cae por debajo de su suelo de votos y el PSOE pierde 1.100.000

En esta tabla se ve que el PP perdería casi 900.000 votos en diciembre, cayendo por debajo de su suelo de votos de los últimos 25 años y quedándose con los siete millones de electores que parecen serle fieles en cualesquiera circunstancias. Aun así, Rajoy lograría mantener el mismo porcentaje sobre votos válidos (33%) a causa de tremenda desmovilización de los votantes, que provocaría una abstención récord desde la recuperación de la democracia.

Según JM&A, casi cuatro de cada diez electores registrados optarían por no acudir a las urnas, de forma que el número de abstencionistas aumentaría en más de 2,6 millones. Esa enorme pérdida de votantes afectaría sobre todo a los dos grandes partidos y desangraría a un PSOE en sus horas más bajas. Los socialistas se quedarían sin otro millón largo de votantes y caería por debajo del número de votos de Unidos Podemos, pese a que la formación de Pablo Iglesias y Alberto Garzón también sufriría una merma de 234.000 sufragios.

Así que esta vez sí se produciría el sorpasso en votos –con UP recogiendo medio millón de sufragios más que el PSOE–, pero ese adelantamiento por la izquierda no se plasmaría en el número de escaños, pues Unidos Podemos sólo ganaría un par de diputados más (mientras que los socialistas perderían seis) y seguiría quedando por detrás en el Congreso, como consecuencia del sistema electoral lastrado por las circunscripciones provinciales que priman desproporcionadamente el voto rural por encima del urbano.

En cambio, todas las previsiones de un hundimiento de Ciudadanos quedarían desmentidas por una modesta subida de escaños (+2) pese a perder unos 275.000 votos. El partido de Albert Rivera obtendría ese saldo positivo al ganar un diputado más en Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León (los tres procedentes del PSOE), y perder uno en Catalunya.

En el siguiente gráfico interactivo (al pasar el cursor sobre las barras, aparecen los números) se reflejan los resultados de cada partido por comunidades, según las estimaciones de JM&A:

Podemos se lleva 380.000 votos del PSOE y C's, 136.000 del PP

El resto del desglose de las diferencias de escaños, por comunidades, con respecto a los resultados del 26-J es el siguiente:

El PSOE perdería un diputado por comunidad en Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Euskadi y Baleares.

Unidos Podemos ganaría un escaño en Andalucía, otro en Baleares y otro en Extremadura, todos procedentes del PSOE, pero En Marea perdería uno en Galicia.

El PP perdería el escaño ganado por C's en Castilla-La Mancha y ganaría el perdido por En Marea en Galicia.

Esquerra Republicana de Catalunya ganaría el diputado perdido por C's y el PNV ganaría el escaño perdido por el PSE-PSOE.

Todos estos cambios se producirían como consecuencia de los trasvases de votos entre partidos, sobre todo los 380.000 que se llevaría Unidos Podemos procedentes del PSOE y los 136.000 que obtendría Ciudadanos llegados desde el PP. Aunque, sin duda, la mayor cantidad de los votos transferidos irían a parar a las filas de la abstención.

La brutal sangría de esos electores decepcionados por los partidos políticos restaría sin duda legitimidad a los dirigentes y sus formaciones, que cada vez representarían a una proporción menor del censo. En concreto, al PP sólo le votaría uno de cada cinco españoles censados (aunque tenga un tercio de los votos válidos) poniéndole muy difícil mantener su clásico argumento de que "los españoles quieren que gobierne Rajoy".

En general, ninguno de los políticos podrá arrogarse ya que es el elegido por los ciudadanos para dirigir España, sino que tendrán que llegar a acuerdos... si son capaces.

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