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Tomas falsas de la campaña (21): Feijóo tiene quien le espere (en la estación)

El PP recibe a su presidente con honores: abrazo, mutuas palmaditas en el hombro y al mitin

El candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, junto al expresidente del Gobierno José María Aznar y el presidente en funciones de la Región de Murcia, Fernando López Miras.
El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto al expresidente del Gobierno José María Aznar y el presidente en funciones de la Región de Murcia, Fernando López Miras. Marcial Guillén / EFE

Martes 11 de julio, han pasado diez horas desde que salió del ring de debate en el que se midió con Pedro Sánchez, y Alberto Núñez Feijóo se sube a un AVE en la estación de Atocha (Madrid). A las once y media de la mañana se baja en Ciudad Real. Va sin equipaje, pero con asesores, por lo menos cuatro. Salen todos del andén, buscan la salida y le ven.

Ha llegado puntual, pensarán. "He llegado puntual", se dirá él también, el único de todos los líderes del PP que no cumplió con las expectativas de Génova el pasado 28M. Feijóo y Paco Núñez se abrazan, le felicita por su actuación en el debate y se suben juntos a un taxi.

Esa mañana todos en el PP veían a Feijóo "un paso más cerca" de La Moncloa tras el cara a cara con Pedro Sánchez y Núñez, cuyo futuro al frente del PP de Castilla-La Mancha pende de algo incluso más fino que un hilo, quiso ser el mejor virrey.

Miércoles 12 de julio, Murcia. A las once y media de la mañana los termómetros ya rozan los 40 grados y los murcianos reducen su actividad, pero cuando Feijóo llega a la estación de tren también tiene quien le espere: Fernando López Miras, el presidente en funciones de la región que ha puesto su investidura en suspense hasta después del 23J.

Abrazo, mutuas palmaditas en el hombro y al mitin, en el que ya sonaba música indie, la que más escucha el presidente del PP de Murcia. En el acto de por la tarde, en Alicante, a Feijóo lo iba a recibir "Freed from desire"— otra cosa hubiese sido una decepción en la tierra del bakalao—.

Les acompañan, a Feijóo y López Miras, José María Aznar y su mujer Ana Botella, en segundo plano, que han desembarcado en Murcia para enfrentarse a la ola (reaccionaria) de calor. Feijóo, Aznar y López Miras —uniformados con una rigurosa camisa blanca que les hiciese lucir lo mejor posible al día siguiente en las fotos a pesar de la ola de calor — salen juntos de la estación, llegan juntos al acto y juntos también montan un aquelarre medido y contenido contra Vox.

Porque de todos los reproches con los que bombardearon a Santiago Abascal ninguno tiene que ver con su negación de la violencia machista, por ejemplo, ni con su guerra contra el mundo de la cultura. Lo que peor hace Vox es no dejarles gobernar.

Pero el PP ha esperado también a Feijóo para eso (salvo María Guardiola, que adelantó por la izquierda y se salió del arcén). Ha sido el presidente del PP quien ha decidido cuando se pisaba el acelerador contra la extrema derecha y todos le siguen a la caza de sus votantes para Feijóo, que es, según Aznar, una "bicicleta" y Vox, un palo en sus ruedas. Como todo, un palo puede ser también un bastón, un apoyo, que es lo que es ahora Vox para el PP en buena parte del territorio nacional.

Una muleta que le espera a la vuelta del domingo electoral como López Miras esperó a Feijóo este miércoles, esperando que tras el 23J también se despeje su camino. "Por mí que meta a Vox en el gobierno", dice un taxista de la capital murciana al mismo tiempo que Feijóo, López Miras y Aznar se despiden.

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