Público
Público

Las obras del Metro de Madrid prosiguen pese al hallazgo de unos restos que podrían ser de fusilados de la Guerra Civil

Han sido localizados dos huesos antiguos, probablemente de la época de la guerra civil, pero las obras para la ampliación de la línea 11 continúan sin que se haya personado una comitiva judicial, como marca la ley. 

Vista del Parque de Comillas durante las obras por la ampliación de la Línea 11 de Metro de Madrid.
Vista del Parque de Comillas durante las obras por la ampliación de la Línea 11 de Metro de Madrid. Alberto Ortega / Europa Press

Las familias del colegio público Perú y la asociación vecinal Parque de Comillas aseguran que en las obras de ampliación de la línea 11 del Metro se han hallado restos óseos que podrían pertenecer al periodo de la guerra civil, pero pese a ello las obras prosiguen y las entidades han anunciado que denunciarán los hechos ante la Policía Nacional, la Secretaria de Estado de Memoria Democrática y la Fiscalía de Memoria, según informan a este diario estas asociaciones.

Estas dos entidades forman parte del movimiento ciudadano 'No a la tala', que trabaja desde febrero de 2023 en la defensa de las zonas verdes amenazadas por las obras de la línea 11 del Metro de Madrid. En el parque de Comillas se han talado 199 árboles y se espera la inminente llegada de la tuneladora que excavará el nuevo túnel desde las cercanías del colegio Perú, cuya población escolar de más de 500 niños y niñas de menos de 12 años se verá afectada, advierte el movimiento vecinal. 

El movimiento vecinal reclama que la Comunidad de Madrid regrese a su planteamiento inicial y emplace la tuneladora en el otro extremo de la ampliación de la línea, un solar próximo a la A-3, con mucho menos impacto en la población.

En medio de la protesta por el proceder de la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid, la semana pasada se hallaron dos piezas óseas, entre ellas un fémur humano, como confirmaron a las entidades vecinales fuentes del equipo arqueológico de las obras. 

Sin embargo, en lugar de activar el protocolo legal en estos casos, es decir, que se persone una comitiva judicial ante el hallazgo de posibles restos humanos, las obras no han parado y este lunes continúan, indican fuentes del movimiento 'No a la tala'. 

La asociación de familias (AFA) del colegio Perú y la asociación vecinal Parque de Comillas han contactado con entidades relacionadas con la recuperación de la memoria histórica para poder enmarcar en un contexto histórico el hallazgo de los restos humanos. 

El frente de Carabanchel

Entre noviembre de 1936 y abril de 1939 en esta zona de Madrid se desarrolló el frente republicano de Carabanchel Bajo, que fue conteniendo el avance de las tropas rebeldes. Los combates dejaron multitud de víctimas. Según testimonios orales del barrio, se podía subir por la entonces Carretera de Toledo (hoy, calle de Antonio Leyva, que discurre en paralelo a la zona de obras), "saltando de cadáver en cadáver", explican fuentes de las entidades vecinales. 

Por ello, es probable que los restos hallados pertenezcan a personas que lucharon en el frente de Carabanchel Bajo, o incluso a personas fusiladas posteriormente. 

Los movimientos vecinales creen que la UTE constructora, formada por Acciona, Dragados y Grupo Rover, debería haber solicitado que se persone en las obras la Policía Nacional o la Guardia Civil, para comunicar al juzgado los hechos, y que una comisión judicial integrada por un médico forense determine si resulta de interés. 

Sin embargo, "esta mañana [por el pasado viernes], la Policía Nacional de Usera nos ha confirmado que este asunto ya está notificado, pero nos han colgado el teléfono sin permitirnos preguntar nada más", indican desde la Asociación de Familias del colegio Perú.

Los vecinos recuerdan que hace dos décadas, durante los trabajos de construcción de una urbanización ubicada justo en frente del perímetro de la obra, las obras se paralizaron durante meses por el hallazgo de restos humanos.

Las antiguas viviendas de la posguerra

El movimiento de tierras también ha hecho emerger el solado de las antiguas viviendas construidas en la posguerra para acoger a familias sin hogar, muchas de ellas víctimas de la represión y de incautaciones ilegales.

El valor histórico y patrimonial de estos restos debería estudiarse, indican las asociaciones vecinales. En pie desde 1940 y hasta finales de los 70, esta barriada de casas de 40 metros, con dos habitaciones y un baño cada cuatro hogares estaba custodiada por falangistas y eran habituales los registros para controlar a cada inquilino.

"Este descubrimiento forma parte de la memoria con la que se ha ido formando el barrio. Muchos vecinos nacieron y vivieron en esas casas, y tras ver esas baldosas tan características, o el pozo, que han quedado visibles con las obras del Metro, reclamamos a la Comunidad de Madrid que estudie la preservación de este patrimonio", defienden desde el movimiento vecinal.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias