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La vía Edmundo Bal, una enmienda a la deriva conservadora de Ciudadanos

El abogado del Estado tiene al grupo parlamentario de su parte y cuenta con el respaldo de quienes creen que Arrimadas resta más que suma. Bal representa al alma más progresista del partido. 

Edmundo Bal
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas y el portavoz del partido en el Congreso, Edmundo Bal, este jueves en el Congreso. EFE/ Javier Lizon

Por si Ciudadanos no tuviese suficiente, la guerra civil por el liderazgo ha estallado. "Se podía esperar pero no hoy", dice una fuente de dentro del partido. Hace tres semanas la relación entre Inés Arrimadas y Edmundo Bal se complicó. El viernes pasado se dieron una tregua pero lejos de acercarse han roto por completo, tanto que el abogado del Estado ha anunciado este viernes que se va a presentar a las primarias para disputarle el puesto a Arrimadas. Bal quiere que ella deje de ser "la cara" de Ciudadanos, pero quiere sobre todo un giro ideológico en la formación, defienden fuentes cercanas.

Bal representaría así al alma menos conservadora de los naranjas, que no comparten la estrategia de Arrimadas de renunciar a ser un partido bisagra capaz de pactar a izquierda y derecha. "Tenemos que estar entre el PP y el PSOE, no entre el PP y Vox", señala un dirigente del núcleo más cercano a Bal. El proyecto es claro: enmendar la deriva reaccionaria. 

Cuando Edmundo Bal explicó a los periodistas su candidatura para convertirse en líder de Ciudadanos lo hizo así: "Dirán ustedes que soy una persona que le gusta meterse en líos". Las encuestas les dan ahora mismo un total de cero diputados en el Congreso, y las expectativas de cara a las elecciones autonómicas también son nefastas. Confían un poco más en las municipales por la importancia que suele cobrar la cercanía con el candidato, aunque tampoco mucho, por lo que podría decirse que sí, que es un "lío". 

Pero Bal cuenta con el apoyo del grupo parlamentario, donde ha forjado alianzas sólidas a base de horas de trabajo compartido, y también tiene el respaldo de una parte importante de la formación. Sobre todo, señalan fuentes de Ciudadanos, desde que se pusiera sobre la mesa la posibilidad de que Arrimadas no quisiese dar un paso al lado una vez terminado el proceso de refundación.

Desde el resultado en Andalucía que sumió al partido en una depresión absoluta las críticas a Arrimadas han indo in crescendo. Salvó los muebles entonces pidiéndole al partido que le permitiese conducir la refundación y una vez completada pondría su cargo a disposición de los afiliados, pero la propuesta de una bicefalia en la que ella continuase como líder política mosqueó a varios dirigentes. "A mí me parece que puede ser una buena idea", defendía Arrimadas.

Las bases rechazan la bicefalia

Este viernes el diario El País desvelaba que las bases habían votado lo contrario.  Según esta información, a la pregunta "En España y en Europa hay distintos modelos de partidos, ¿cuál piensas que es más idóneo para la nueva etapa?", solo un 5% optó por un "modelo del estilo PNV, donde la dirección del partido es la que elige el liderazgo y toma las decisiones orgánicas y estratégicas, entre las que está la elección del candidato sin primarias". La opción preferida, con un 53%, fue que "la autoridad se reparta entre la dirección nacional, principalmente, pero también los territorios". Es decir, sin cambios sustanciales pero con más reparto de poder y menos "cesarismo", señala un dirigente.

Los trabajos del equipo que se formó para llevar a cabo el proceso de refundación han sido totalmente secretos y se pactó que los resultados serían confidenciales. La misma publicación también revela que el 70% de las bases quieren cambiar el nombre del partido.

Tejer alianzas

Al cierre de esta información Arrimadas todavía no ha reaccionado de forma pública al anuncio de Bal pero si decide echarle el pulso en las primarias en enero los afiliados de Ciudadanos tendrán que elegir entre dos listas diferentes. El abogado del Estado ya ha avisado, "no voy a ir solo", y fuentes de su entorno cuentan a Público que ve el partido ganado  

A la heredera de Albert Rivera la apoyan el diputado Guillermo Díaz- "el único que le queda aquí", cuenta otro miembro del partido- Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid o el diputado del Parlament, Carlos Carrizosa. La batalla por el poder orgánico de un partido con el poder político bajo mínimos se prevé cruenta. 

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