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Vox insiste en el negacionismo climático: un concejal de Zaragoza afirma que un ciclista 'contamina' más que un peatón

David Flores, edil de la ultraderecha, se opone a una moción para fomentar el uso de la bicicleta con argumentos insostenibles que cuestionan que el CO2 contribuya al calentamiento global, como ya hiciera el vicepresidente de Castilla y León, García-Gallardo.

David Flores, concejal de ox en el Ayuntamiento de Zaragoza.
David Flores, concejal de ox en el Ayuntamiento de Zaragoza. Vox

"Cansina Agenda 2030", "timo climático", "fascismo y totalitarismo" para "imponer" el uso "una forma de movilidad minoritaria". Son los argumentos, si pueden llamarse así, del concejal de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza, David Flores, para rechazar una moción de Zaragoza en Común (ZeC) que busca fomentar el uso de la bicicleta en las calles de la ciudad.

Flores arremetió contra la medida el pasado jueves haciendo gala, una vez más, de un argumentario que niega la crisis climática y sus causas confirmadas por la comunidad científica desde hace ya décadas. En su intervención, el concejal de la ultraderecha –socia de Gobierno local del PP– llegó a asegurar que ir en bici es más contaminante que ir caminando. Su razonamiento era el siguiente: "Si aceptamos que el CO2 es un gas de efecto invernadero, todos nosotros estamos emitiendo ahora CO2. Y un ciclista emite incluso más por el esfuerzo físico. Por tanto, estrictamente hablando, un ciclista es más contaminante que un peatón".

Eso, claro, si se acepta que el dióxido de carbono es un gas que contribuye al calentamiento global. Algo que Flores no está por la labor de admitir, a pesar de la evidencia científica asentada ya por incontables estudios y mediciones. Para el concejal y para su partido, el CO2 no puede considerarse un gas responsable del efecto invernadero en la atmósfera.

Así lo deslizó ya el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, hace meses. En una charla con estudiantes de un instituto católico privado, Gallardo les animaba a "reflexionar" y a "disentir" al respecto de que el CO2 fuera un gas contaminante. También llegó a decir que ni la industria del automóvil ni "los conductores de vehículos con motor de combustión europeos" tenían "la culpa del deterioro del medio ambiente".

El negacionismo de Vox ante la crisis climática mundial es ya un viejo caballo de batalla, no solo del partido ultra español, sino de la llamada derecha iliberal o extrema derecha a lo largo y ancho del mundo, con el expresidente de EEUU, Donald Trump, como principal exponente. La formación de Santiago Abascal ha seguido esta estela de los postulados clásicos de la derecha, que durante décadas ha optado por el rechazo de la evidencia científica solo para beneficiar a la industria petrolera y automovilística. 

Vox ha votado en contra de leyes, iniciativas y propuestas encaminadas a la reducción de emisiones de gases procedentes de combustibles fósiles, a nivel nacional, autonómico y municipal. El Madrid Central de Manuela Carmena fue solo uno de los principales objetivos de las crítica de Vox, a pesar de que ha quedado demostrado que, reduciendo el tráfico en determinadas zonas urbanas, los niveles de contaminación atmosférica caen notablemente.

Ahora insisten en su postura –aceptada por muchos ciudadanos que se muestran contrarios a las restricciones de circulación– en Zaragoza. Para el concejal aragonés, su partido "no criminaliza el uso de la bicicleta en la ciudad", simplemente cree que "debe tener el espacio que le corresponde", no demasiado, a juzgar por la retirada de carriles bici que su formación, junto al PP, ha llevado a cabo en otras ciudades españolas. Y es que, para Flores y Vox, la bicicleta no tiene más que inconvenientes: "No puedes llevar maletas ni tampoco a la abuela al médico", apostilló.

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