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Yolanda Díaz se da un año para recuperar a la izquierda tras el fracaso en Andalucía

El proceso de escucha, que arranca el 8 de julio en Madrid, tiene como objetivo principal activar al electorado progresista y reconciliarlo con la política. El ciclo electoral que terminará en las generales comenzará en mayo de 2023.

Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda del Gobierno, en Luxemburgo el pasado jueves. Julien Warnand / EFE/EPA

Las elecciones andaluzas representan para Yolanda Díaz y su proyecto político el final de una etapa y el comienzo de otra. Son, por un lado, la primera prueba empírica de una candidatura de unidad arropada e impulsada por la vicepresidenta segunda que se ha dado de bruces contra la realidad: la izquierda sufre un profundo letargo. 

Estos comicios también representan la última cita electoral antes de que Díaz ponga en macha su proyecto político; y el inicio, a su vez, de un ciclo que terminará con la concurrencia de su plataforma (no se sabe si de ella misma) a las elecciones generales de 2023.

En medio, un mes de mayo del próximo año en el que se celebrarán elecciones autonómicas y municipales que definirán el terreno de juego entre las derechas y las izquierdas en España. De momento, la tendencia es mucho más favorable a las posiciones conservadoras que a las progresistas, y la izquierda ha sucumbido (de diferentes maneras y en distintos escenarios) en todas las citas con las urnas desde las elecciones madrileñas que encumbraron a Isabel Díaz Ayuso en mayo de 2021.

El análisis sobre la desmovilización de la izquierda no es nuevo para la vicepresidenta segunda y, de hecho, su proyecto bebe de este diagnóstico desde su concepción, mucho antes de que se celebrasen las elecciones de Andalucía.

El proceso de escucha que arrancará el próximo 8 de julio en Madrid está diseñado precisamente para activar a la ciudadanía que le ha dado la espalda a la política institucional. El objetivo de Díaz es el de reconectar con este electorado e, incluso, el de interpelar a nuevos sectores que no se han sentido identificados con proyectos anteriores, como el de Unidas Podemos. 

Por eso este proceso se basa en dos ejes que están relacionados: el primero es el de la participación política, que la ciudadanía se involucre en "una gran conversación" que construya sociedad en torno a unas problemáticas e intereses, según fuentes conocedoras del proceso; el segundo es el de configurar, a través de esa conversación, un programa político en el que la ciudadanía se reconozca, que sirva, como ha apuntado Díaz en varias ocasiones, a la confección de un "proyecto de país".

La vicepresidenta segunda se ha dado unos seis meses para completar el proceso de escucha, y a partir de ese momento (diciembre de este año), se iniciará un camino a marchas forzadas hacia las elecciones autonómicas y municipales. En este tiempo, Díaz y su proceso de escucha tratarán de dar la vuelta a la ola reaccionaria que se inició en la Comunidad de Madrid en mayo de 2021 y que parece haber cogido velocidad tras las elecciones andaluzas del domingo.

A la hora de reactivar a la izquierda desmovilizada, la vicepresidenta segunda también considera esencial una apuesta decidida por políticas progresistas que trasladen que el Gobierno de coalición no tiene reparos a la hora de desplegar políticas sociales. Este lunes a última hora, Díaz anunció en sus redes sociales las propuestas que Unidas Podemos negocia con el PSOE en el Ejecutivo para hacer frente a la inflación.

Tanto la apuesta de pedir 'valentía' a los socialistas para aprobar políticas progresistas como las medidas que la ministra de Trabajo ha recogido en sus redes sociales habían sido ya puestas sobre la mesa por Podemos tras los malos resultados de la izquierda en las elecciones de Castilla y León.

Ione Belarra propuso de cara a la aprobación del primer decreto anticrisis (que expira a finales de junio) un cheque de 300 euros para las familias vulnerables (denominado entonces "cheque energético"), y una reducción del precio del transporte público. Díaz también ha pedido la progresividad de la bonificación al precio de la gasolina y del gasóleo no profesional según el nivel de renta de las personas beneficiadas.

El PSOE critica la división

Desde el PSOE, según el análisis que realizan desde Ferraz , comparten la visión de que ha faltado mucha movilización del electorado progresista en estas elecciones autonómicas. Esa sería una de las claves del resultado, según se transmite desde la dirección socialista. Además, el PSOE señala que la división a su izquierda entre Por Andalucía y Adelante Andalucía ha perjudicado al bloque progresista. 

La cúpula del PSOE reconoce también que se está produciendo un "cambio sociológico" en Andalucía. Esto se reflejaría en que ya no hay tanto temor en la ciudadanía a cambiar el voto. Es decir, muchos votantes moderados que en otra época no fluctuaban tanto entre partidos y ahora sí. Por decirlo de alguna manera, mucho del electorado tradicionalmente socialista se ha ido a la opción más cómoda votando al PP de Moreno Bonilla. 

Tiempo es también lo que reclama el PSOE, al igual que Díaz. Juan Espadas, el candidato a la Junta de Andalucía, solo lleva 7 meses en su cargo, según se afanaron en repetir este lunes desde Ferraz. Ahora, desde la oposición, tratará de consolidar su proyecto. Pedro Sánchez y la dirección estatal han cerrado filas en torno a él, pero está por ver si habrá algún tipo de respuesta desde el sector afín a Susana Díaz. 

El mensaje, en todo caso, es tratar de desligar este proceso electoral con lo que pueda suceder en 2023. El Gobierno de coalición aguantará y "está fuerte", según transmitió el presidente a los suyos. Y en esta fortaleza, desde el PSOE siempre han destacado el importante papel de la vicepresidenta segunda y el de su futuro proyecto político. El nuevo ciclo, más allá de relatos políticos, ya ha comenzado para todas las partes. 

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