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Johnson&Johnson Una afectada por los implantes de cadera defectuosas: "Me dijeron que era el Rolls-Royce de las prótesis"

Alexia, una barcelonesa de 40 años, relata las múltiples secuelas que le ha dejado esta prótesis comercializada por Johnson & Johnson que le implantaron con apenas 30 años y que, asegura, le ha "destrozado la vida".

Imagen de archivo.

Marta Ostiz | efe

Alexia, una de las afectadas por las prótesis de cadera defectuosas comercializadas por la compañía farmacéutica Johnson & Johnson, explica que le convencieron de elegir este implante asegurándole que era "el Rolls-Royce de las prótesis" y cuatro años después le habían "destrozado la vida".

En una entrevista este jueves, Alexia, una barcelonesa de 40 años, relata las múltiples secuelas que le ha dejado esta prótesis, denominada ASR, que le implantaron con apenas 30 años, precisamente para intensar atajar las dolencias causadas por una artritis reumatoide severa.

Esta enfermedad acabó con el cartílago de su cadera, por lo que fue necesario implantarle una prótesis en cada cadera. En la izquierda usaron una prótesis de cerámica y metal, también de Johnson & Johnson, pero en la derecha no. "Me vendieron la moto, me dijeron que me ponían una prótesis con superficie de fricción metal-metal, que era perfecta para gente joven. Me dijeron que era el Rolls-Royce de las prótesis", ha explicado.

Alexia fue operada en noviembre de 2009 en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa, sólo unos meses antes de que se conociera en España el caso de estas prótesis defectuosas. De hecho, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps) distribuyó a los centros sanitarios el 10 de septiembre de 2010 una alerta en la que comunicaba el cese de la implantación de esta prótesis y su retirada del mercado.

"Nos trataron como a conejillos de Indias", lamenta la mujer afectada por una prótesis de cadera defectuosa

"Fuimos al hospital para ver si se trataba de mi prótesis y me lo confirmaron, pero me dijeron que esperara a ver si me daba problemas. Nos trataron como a conejillos de Indias", lamenta. Además de las múltiples molestias a la hora de andar (apenas puede caminar 10 o 15 minutos seguidos y debe usar muletas) sufre dolores y pinchazos y "las caderas crujen a cada paso que doy".

Anualmente se sometía a analíticas que iban bien hasta que detectaron niveles altos de cromo y cobalto, por lo que los ginecólogos le recomendaron que no tuviera hijos, ya que estos metales pesados pueden traspasar la placenta y llegar hasta el feto. "En aquel momento tenía 30 años, era una mujer en edad fértil con planes de futuro, un trabajo que, debido a las secuelas originadas por la prótesis, he perdido... Me han jodido la vida", espeta.

Ella forma parte del grupo de 64 afectados que protagonizan la querella criminal presentada ante la Audiencia Nacional, que investiga ahora a la compañía farmacéutica por comercializar presuntamente estas prótesis. En España han sido implantadas en 1.471 personas, 40.000 en Europa y 93.000 en todo el mundo.

En enero de 2014 le retiraron la prótesis pero, para hacerlo, los médicos le golpearon tan fuerte la cadera que la rompieron y le tuvieron que poner un injerto y tres tornillos. Además, la cojera y el desnivel a la hora de andar le han provocado una hernia discal. "Me paso el día en el sofá y estoy de baja por depresión. Me da igual el tiempo que estemos luchando por esto, pero no vamos a claudicar. Tienen que pagar por lo que nos han hecho", advierte.

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