Este artículo se publicó hace 4 años.
CoronavirusEn Cuba, en caso de epidemia, "el personal sanitario sabe inmediatamente dónde tiene que ir y qué tiene que hacer"
Raúl Herrera Nogueira, médico interno residente anestesista en el hospital de Bellvitge, señala que la respuesta del sistema sanitario en el Estado español ha sido más bien lenta, desordenada y tardía.
Marià de Delàs
Barcelona-Actualizado a
Algunas administraciones territoriales del Estado español consideran la posibilidad de contar con participación de médicos cubanos en las tareas de lucha contra la epidemia del coronavirus, del mismo modo que ha tenido lugar en países como Italia o Andorra. Concretamente, el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya tiene la intención de pedir al Ministerio de Sanidad que facilite la contratación de personal sanitario procedente de Cuba, según ha podido saber Públic. La Generalitat ya hizo una petición similar al Ministerio para conseguir la colaboración de especialistas de China.
La Conselleria de Salut, además, también pretende ayudar a médicos cubanos residentes en Catalunya, para que obtengan la homologación de su titulación y poder contar con su conocimiento especializado y su experiencia. Así lo ha pedido también al Gobierno español, para que acelere los trámites. En ningún caso ha obtenido respuesta, ha señalado este miércoles la consellera catalana de Salut, Alba Vergés.
La Conselleria de Salut pretende ayudar a médicos cubanos residentes en Catalunya para obtener la homologación de su titulación
En Cuba existe una cultura de la atención sanitaria diferente de la europea y, probablemente, el tratamiento que se ha dado a la epidemia habría sido distinta si se hubieran seguido criterios como los que se aplican en aquel país.
Raúl Herrera Nogueira es médico interno residente anestesista en el hospital de Bellvitge desde mayo de 2017. Vino de Cuba hace cinco años, después de licenciarse. Hizo un master en Madrid y después se trasladó a Barcelona, para realizar la especialidad. Explica que a partir del momento en el cual empezaron a llegar a su hospital casos positivos por la covid-19, se reorganizaron y pasó a trabajar en las UCI, haciendo guardias de manera combinada entre intensivistas y anestesistas.
Problemas organizativos
Piensa, desde el punto de vista organizativo, que "la respuesta ha sido lenta y un poco tardía". En entrevista telefónica con Públic explica que, "en relación al personal sanitario -médicos, enfermeras, celadores-, se necesitaron muchos días para organizar la estructura de trabajo. Eso ha generado un desgaste y un retraso en la optimización de los recursos".
Pero también advierte que le ha sorprendido positivamente "la disponibilidad de todo el mundo, el deseo de hacer más, de aportar, colaborar, incluso fuera del escenario o del sector en el cual habitualmente realizan su tarea". "Creo que ha sido muy positivo y que ha compensado un poco el desorden o la incapacidad de la dirección de Salut, en el hospital en el que yo estoy, para agilizar las respuestas a la epidemia", afirma.
"Me refiero sobre todo a la manera de estructurar los esquemas de guardias, a la capacidad de predicción, lo cual es perfectamente comprensible en esta situación de caos, pero en determinados sectores como son las áreas de críticos... ha costado un poco organizarlos. Entonces se ha visto como el personal no solo tiene la sobrecarga del trabajo y el estrés de la situación, sino que además se genera tensión por el hecho de no saber a quien está subordinada cada persona, a quien se tiene que consultar en determinadas situaciones...", matiza.
Indefinición de protocolos
Y desde un punto de vista técnico señala que "cada dos o tres días se cambian los protocolos". "Así es muy difícil mantener un tratamiento estable. No hay una entidad en España o en Catalunya que esté definiendo los protocolos. Cada hospital emite protocolos, se siguen en función de la unidad y del responsable que la lleva".
"Se siguen protocolos diferentes con cada paciente, porque no está centralizado, no existe una jerarquización del tratamiento. Todo es bastante empírico, pero aun así, estos tratamientos que son experimentales, se tendrían que poder protocolizar y organizar los cambios".
La experiencia cubana
"En cuanto a la organización del sistema de Salud, lo digo con toda la modestia, creo que tenemos alguna ventaja, porque en Cuba, de forma sistemática, estamos habituados a situaciones de alarma, por epidemias, como consecuencia del dengue. No es en absoluto la misma enfermedad, ni tiene la misma forma de transmisión, pero en Cuba con una periodicidad de aproximadamente dos o tres años se producen situaciones de epidemia de dengue, y está bastante bien estructurada la manera de organizar el sistema de salud en toda situación de epidemia", afirma el doctor Raúl Herrera Nogueira.
"Ante una situación como esta, de forma más inmediata, la mayor parte del personal sanitario sabe dónde tiene que ir, a quien se tiene que subordinar y exactamente qué tiene que hacer", asegura.
Atención comunitaria
Pero por lo que se refiere a la preparación para la emergencia, este médico también hace hincapié en otro factor que es "la capacidad de involucrar a una gran cantidad de personal de salud en la campaña, desde el punto de vista de la atención comunitaria".
Implicación colectiva en una forma de detección de enfermos en caso de epidemia, que denominan "pesquisaje". Se trata de un sistema de obtención de información sobre las personas que pueden estar enfermas. Significa "ir casa por casa, buscando personas con síntomas respiratorios, manteniendo las medidas de seguridad y la distancia con los pacientes enfermos, con los que tienen fiebre o presentan síntomas, en su domicilio, para evitar la movilidad, sin que las personas tengan que salir para ir al centro de salud", explica a Públic el médico anestesista del hospital de Bellvitge.
La indagación consiste en que cada cierto periodo de tiempo, cada 48 horas, "una persona que puede ser un estudiante de Medicina o de Enfermería, o médicos o enfermeros, llaman a la puerta y preguntan si en este domicilio hay personas con síntomas, manteniendo todas las medidas de distancia y de seguridad", precisa. "Después va el médico de atención primaria al domicilio de la persona a hacer el seguimiento, a ver la evolución", a decidir si hay que aislarlo o tiene que ir al hospital".
"En Cuba, los estudiantes de Medicina, que son un volumen importante de personal, están integrados a la campaña de lucha contra la epidemia", señala.
Inmediatez y detección precoz
Para resumir señala "dos diferencias" entre el comportamiento del sistema sanitario cubano y el español para hacer frente a la epidemia. "La primera, la inmediatez en cuanto a la organización, que desde mi punto de vista aquí ha sido bastante lenta. Le puedo hablar de mi hospital... para poder organizar la estructura de guardias y que cada cual supiera qué rotación tendría costó dos semanas. Esto en esta situación es mucho tiempo. Creo que en Cuba se habría hecho con más inmediatez", insiste.
"Y la segunda es esta situación sobre el volumen de personas dedicadas no solo a la atención hospitalaria sino a la comunidad, directamente en la detección de los casos de forma precoz, para dar una respuesta algo más efectiva", añade.
En Cuba, los estudiantes de Medicina están integrados en la campaña de lucha contra la epidemia
"Una cosa que se está viendo aquí, con los pacientes que tenemos en la UCI, es que las personas que empiezan con síntomas, que fueron a urgencias, pasan aproximadamente 4 o 5 días. Quizás si a estas personas se les hubiera hecho un seguimiento más directo en el domicilio, se habría visto la necesidad de ir al hospital antes, y se habrían optimizado las medidas de aislamiento".
Fuentes consultadas por Públic señalan que en Cuba ya se ha realizado el control de pesquisaje sobre 9 millones de personas, sobre una población de 11,2 millones.
"Yo no sé si es una medida correcta en esta situación, pero se está haciendo y está teniendo resultados", explica el doctor Herrera Nogueira. "No quiero pecar de optimista, porque puede suceder igual o incluso peor, porque la situación económica en Cuba hace bastante difícil mantener el aislamiento, pero de momento, con poco menos de dos semanas que llevan en Cuba, el incremento de casos y el volumen de pacientes que va a urgencias con síntomas respiratorios no desborda el sistema de salud".
Según cálculos difundidos por la BBC, hasta este miércoles en Cuba se habría detectado un total de 396 personas infectadas por coronavirus y habrían muerto 11 personas por esta causa.
Arrogancia occidental
A la pregunta sobre qué se podría haber hecho para evitar la propagación del virus de manera tan rápida, el doctor Herrera Nogueira critica la actitud de muchos estados, entre otros el español, en relación a la situación que hubo en China. "Creo que se subestimó la magnitud del problema que había en China, acusando al sistema de salud chino y a sus autoridades sanitarias y de control epidemiológico, y parecía que venían a decir que esto pasaba en China porque la estructura del sistema de salud no estaba muy organizada, porque no podían concebir que una epidemia del tal magnitud se pudiera dar en países europeos".
"La mortalidad que tenemos en estos países es casi tres o cuatro veces superior a la china. Es un ejemplo de una actitud de cierta arrogancia ante aquella situación y esto hizo que la respuesta fuera tardía y en los primeros momentos de nivel inferior al que exigía la situación", insiste.
"Creo que se tendrían que haber tomado medidas con mucho más rigor y con mucha más urgencia que las que se tomaron y no esperar a tener un incremento de casos, porque cuando empiezan a crecer de manera explosiva y lo hacen en cadena entonces se necesita ya mucho de tiempo para detener la situación que se identifica". "Nos pasó con China y aquí en España nos ocurrió lo mismo cuando estaba pasando en Italia". "En Italia los hospitales se encontraban colapsados, los hospitales y las UCI, y todavía en España no se habían tomado medidas contundentes, para limitar los viajes, promover el aislamiento", recuerda... "Creo que estamos pagando ahora la visión arrogante de la experiencia en otros países".
¿Era necesario el confinamiento?
Herrera Nogueira no tiene dudas: "Creo que era necesario y que lo era mucho antes de cuando se hizo. Yo creo que lo ideal habría sido confinar incluso, de una manera escalonada, con más rigor de como se hizo, desde antes de que tuviéramos síntomas, antes de que tuviéramos pacientes sintomáticos, pacientes positivos. El objetivo en una situación como esta no es tener pacientes positivos y controlarlos, sino intentar tener la cantidad más pequeña posible de pacientes positivos, y en eso sí que hemos sido lentos".
Seguridad en las UCI
"En cuanto a la seguridad personal, el problema que lo hemos tenido en la utilización de los equipos de protección individual, los EPI, que no son suficientes y no son los óptimos", lamenta.
"Un paciente crítico pide una presencia casi constante de enfermería y medicina. Es un paciente muy dinámico que necesita cambios en la medicación y en los parámetros respiratorios. Con diferencia de una hora, se puede realizar un cambio, ver un resultado y nuevamente hay que cambiar en muy poco tiempo. Entonces la atención de estos pacientes críticos, en situación de aislamiento, resulta extremadamente difícil y por eso creo que tendremos en las UCI una mortalidad superior no solo por el impacto de la enfermedad, que sin duda evoluciona con gravedad importante, sino porque la atención que estamos dando a estos pacientes no es la que habitualmente se da a un paciente crítico por el distanciamiento que se necesita", explica.
Para ilustrar con claridad lo que explica, el doctor Herrera pone el ejemplo de una experiencia concreta, vivida en primera persona: "Yo tuve una situación personal con un paciente, que además era joven, que se desconectó del respirador. Era un paciente que estaba evolucionando bien, y lo estábamos despertando, y se estaba moviendo, porque aunque estaba sedado ya empezaba a dar algunas respuestas, y en uno de los movimientos se desconectó uno de los cables del respirador ... Esto es una cosa que puede pasar, pero habitualmente la cosa es tan sencilla como entrar en la habitación y conectar el respirador, en una situación de normalidad. Imagine lo que esto significa ahora".
Prosigue afirmando que "hay que vestirse de manera inmediata, con todas las medidas de protección, con doble guante, mascarilla... Garantizar que no haya contacto lleva su tiempo. Bien, nos encontramos con la situación de que cuando íbamos a entrar, justamente en aquel momento no había equipo de protección. Estaban de camino. Entonces tuvimos que entrar con una protección que no era la óptima, con un paciente desconectado que estaba emitiendo al ambiente toda la carga viral, que posiblemente era alta. Tuvimos que entrar vestidos como pudimos, para conectarlo al respirador".
Enseñanzas para el futuro
Una de las enseñanzas importantes de cara al futuro, según Raúl Herrera, "es la del valor de la sanidad pública". "Si una lección hay que extraer es la de cómo tenemos que cuidar la sanidad pública. No solo cuidarla, sino potenciarla cada vez más. Esto no quiere decir que no haya sanidad privada. Incluso el vínculo entre sanidad pública y privada se tiene que reconocer, pero hay que dar cada vez más protagonismo y más valor a la sanidad pública".
"La capacidad de respuesta que se ha tenido en esta situación creo que ha sido la del sistema de sanidad pública y si en alguna medida hay debilidades es porque la sanidad pública se ha visto debilitada, porque en los últimos años se le quitaron bastantes recursos".
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