Este artículo se publicó hace 3 años.
La cuarta ola, impredecible pero probable si se pretende 'salvar' la Semana Santa cuando aún no se ha superado la tercera
Los expertos avisan del peligro de levantar las restricciones demasiado rápido, un error que se cometió ya tras superar el pico de la primera y segunda ola. La incidencia aún es muy alta en todo el país y advierten de que lo mejor para la salud y la economía es seguir bajando con el objetivo de llegar a menos de 25 casos por cada 100.000 habitantes antes de verano.
Beatriz Asuar Gallego
Madrid-Actualizado a
La cuarta ola ya está en el horizonte, pero se ha empezado a hablar de ella sin que se haya superado realmente la tercera ola. La incidencia acumulada en España aún supera los 500 casos por cada 100.000 habitantes. Según el semáforo de alertas del Ministerio de Sanidad, 14 comunidades están en riesgo extremo y tres en riesgo alto. Sin embargo, varios Gobiernos regionales han asumido que ya se ha doblegado la curva y, por ello, han decidido relajar restricciones pese a que iniciar desescaladas demasiado rápidas ha sido el gran error que arrastra España desde que se salió del confinamiento domiciliario de marzo.
Los planes de las comunidades que quieren flexibilizar las restricciones chocan con el Ministerio de Sanidad que pidió a los consejeros de Sanidad autonómicos en el Consejo Interterritorial de Salud de este miércoles que mantengan las medidas. Sin embargo, desde el Gobierno también se lanzó la primera declaración sobre salvar la Semana Santa. La ministra de Industria Reyes Maroto señaló ya hace semanas esta fecha como el posible momento en el que se "reinicien los viajes nacionales".
Pero los epidemiólogos no creen que haya que salvar la Semana Santa y piden a las Administraciones que se mantengan las restricciones hasta llegar, al menos, a una incidencia menor a los 50 casos por cada 100.000 habitantes. Sobre todo porque, mirando los datos, la tercera ola aún no ha terminado, como avisa la doctora en Epidemiología y Salud Pública e investigadora en la Universidad de Alcalá (UAH), Julia Díez. "Podemos hablar de factores que pueden hacer más o menos fácil que llegue una cuarta ola, pero ahora habría que hablar de cómo bajar la incidencia. El riesgo es aún muy alto y da la falsa sensación de que cuando se bajan los contagios ya pasamos la ola. No es el momento de relajar y hay que dar ayudas directas a los sectores afectados por los cierres", reflexiona para Público.
"Los fallecidos ya no conmueven. Estamos más pendientes de las restricciones que de las cifras reales"
Ildefonso Hernández, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (SESPAS), señala en la misma dirección: "Si hay que hablar de la próxima ola es para recordar que esta ni ha acabado. Hay que llegar a incidencias por debajo de 50 y hay que reforzar la capacidad epidemiológica para rastrear los casos". El epidemiólogo y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Joan Caylà, también lo comparte al lamentar que ya hay políticos que hablan de "salvar la Semana Santa" y reducir restricciones: "La incidencia es de las más altas de la Europa occidental. Estamos por encima de Francia o Alemania".
Una de las constantes peticiones de los expertos durante la pandemia es que no se juegue a salvar la economía ya que lo importante es salvar vidas. Díez señala que durante tantos meses se conocen datos tan preocupantes que se han "interiorizado" los números, algo muy preocupante: "El número de fallecidos no nos conmueve ya. Estamos más pendientes de las restricciones que de las cifras reales", lamenta.
En este punto, Caylà comenta que lo más práctico y seguro sería olvidarse ya de la Semana Santa porque no se va a llegar con una incidencia lo suficientemente baja como para pasar a un riesgo aceptable y que encaje en la 'nueva normalidad'. Piensa y pone el foco en el verano: "Sería más importante salvar las vacaciones de verano. Llegar con una incidencia muy baja porque para la salud y para la economía sería muy bueno. Esto puede lograrse con la vacunación. Habría que conseguir inmunidad de grupo antes de verano porque es teóricamente factible ya que habría que poner para entonces 66 millones de dosis para inmunizar a 33 millones de personas".
El portavoz de SESPAS lamenta, además, que las Administraciones aún no han entendido que sin salud no hay economía. "Si se invierte en prevención, menos personas llegarán al hospital. Eso es bueno para la salud y para la economía", añade.
¿Cuándo podemos decir que se supera una ola?
Desde que comenzó la pandemia se ha puesto en el foco las olas para entender las curvas epidémicas en las que hay varias fases. Aunque Díez señala que las olas se están midiendo más en "hitos" que en capacidad, datos o curvas reales: "Las medimos por el verano y por las Navidades. Ahora parece que por la Semana Santa. Es bastante ficticio y muy debatible".
"Hay que bajar la incidencia para que sistema sanitario pueda volver a atender lo que no es covid y vacunar"
En esta línea, Hernández comenta varias cosas que se tendrían que tener en cuenta para que se supere una ola realmente. La más fundamental es tener una incidencia suficiente baja como para poder trazar los casos. Es decir, poder detectar el origen de todos los casos. "Es uno de los grandes deberes de las autoridades. Hay que tener capacidad de detección para controlar la pandemia. Ver de dónde vienen los casos es fundamental", explica. Los servicios de rastreo de contactos no se han reforzado lo suficiente y, según los datos de Sanidad, se desconoce el origen de más del 40% de los casos. Los niveles de trazabilidad son muy bajos y solo se identifican dos contactos por caso de covid.
Pero también hay otros factores que determinarán esto como la capacidad del sistema sanitario. Junto a los datos, se ha normalizado la sobrecarga extrema de Atención Primaria y los hospitales. Prácticamente desde el principio de la pandemia los centros de salud han estado tan saturados que no han podido atender lo que no es covid y esto supone problemas a corto y largo plazo para la salud de la población. Los hospitales tienen tasas de ocupación extremadamente altas y desde hace meses algunas regiones están aplazando las intervenciones quirúrgicas no urgentes: "Hay zonas en las que no se atienden otros problemas de salud. El impacto y cómo controlar la pandemia va a depender de esto porque tenemos que conseguir que los servicios sanitarios puedan atender lo no covid y hacer la campaña de vacunación", lamenta el catedrático de Salud Pública.
Sobre cómo será la cuarta ola ninguno de los expertos se atreve a hacer claros vaticinios por las innumerables variables de las que dependerá. "Hay variables controlables pero otras incontrolables como la reacción de la población. La campaña de vacunación, el tiempo y los grupos prioritarios, también marcará cómo será. Por ejemplo, no vacunar a mayores de 55 años con AstraZeneca ha sido un giro porque son los mayores los más afectados por la enfermedad", valora. Es decir, de los grupos prioritarios, por ejemplo, dependerá la letalidad de una posible próxima ola.
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