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"Gran alarma" en la tauromaquia: el fiasco de público en la feria de Bilbao certifica el hundimiento del sector

Las corridas de toros se han celebrado con más de la mitad de la plaza vacía y reconocen la ruina económica.

La escasez de público se hizo latente en la Feria de Bilbao, a 22 de agosto de 2022.
La escasez de público se hizo latente en la Feria de Bilbao, a 22 de agosto de 2022. Luis Tejido / EFE

Las corridas de toros en Bilbao constatan la decadencia de la tauromaquia en España. Los eventos taurinos se han celebrado sin apenas público, menos de la mitad de la plaza ocupada durante los cuatro días de la feria. Un completo fracaso que ha impactado incluso a los críticos de esta tradición, quienes ya califican de alarmante la situación en la que se encuentra el gremio.

"La entrada en Bilbao, por cuarta tarde consecutiva, es una absoluta ruina", pronunciaba un seguidor taurino. En las redes sociales muchos usuarios han celebrado la ruina de la empresa de la BIVA por la escasa recaudación. Los animalistas, por su parte, han agradecido a los bilbaínos su desinterés por eventos en los que se ejerce "el maltrato animal"

Hugo Martínez Abarca: "La tauromaquia no interesa"

"La tauromaquia no interesa. Es una cruel antigualla que desprestigia a nuestro país y que se sostiene sólo gracias al dinero público", sostiene Hugo Martínez Abarca, diputado por Más Madrid. El político ha puesto de relieve la condición anacrónica de esta tradición. Una coyuntura que ha puesto a luz vista que si no fuera por las subvenciones de Cultura, el mundo del toreo quebraría

Desde otra perspectiva, Antonio Lorca, crítico taurino del diario El País se lamentaba de que una feria que un día fue santo y seña de la tauromaquia se viera en esas condiciones: "lo tienen crudo". La legendaria plaza de Vista Alegre de Bilbao (ahora VIBA) viene acumulando pérdidas de más de medio millón de euros desde 2017. En su crónica, titulada 'Estado de (gran) alarma', el periodista reclamaba una reunión seria por parte de las autoridades para evaluar qué está ocurriendo con la tauromaquia. Y se plantea dos respuestas a este hecho: la programación ha sido un completo desastre o quizás el público "no quiera saber nada de toros".

Las corridas se redujeron a la mitad en diez años

Según los datos del Anuario de Estadísticas Culturales que edita el Ministerio de Cultura, el número de festejos taurinos organizados en España se redujo prácticamente a la mitad en la década previa a la pandemia, cuando pasaron de 2.684 a 1.425, con un descenso constante y prácticamente paralelo al que experimentaron de forma específica las corridas, que cayeron de 648 a 349 al año, un 46%.

Solo en los últimos cuatro años de ese periodo, entre 2015 y 2019, dejaron de acudir a las plazas uno de cada siete espectadores. Mientras que los cosos taurinos, cada vez en peor estado, han empezado a usarse para eventos culturales e incluso exploran alternativas menos costosas como el cierre. 

Una dinámica, como se ha señalado, que no cambia con los años y que no deja de ser una evidencia del desfase que existe entre estas celebraciones y la moral de una sociedad cada vez más intolerante con la explotación y la barbarie contra los animales.

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