El creciente consumo de pornografía entre niños y adolescentes es una de las grandes preocupaciones de las familias, escuelas y expertos en sexualidad. Una inquietud que se multiplica si tiene lugar en un contexto, como es el caso, en el que la educación afectivo-sexual deja mucho que desear y el consumo de porno se convierte en la "escuela de sexo" de los menores. 

Las cifras hablan por sí solas: hasta el 50% de los pequeños entre 11 y 13 años ha visto pornografía en internet, donde el vídeo más reproducido (con 225 millones de visitas) representa una violación, según ha explicado Jorge Gutiérrez, director de la organización Dale Una Vuelta, durante la mesa de trabajo para abordar este problema que ha tenido lugar en la sede del Parlamento Europeo en España este lunes.

La sesión tenía como objetivo dialogar sobre la situación social, política y jurídica del porno, así como poner de relieve la campaña #GeneraciónXXX que Dale Una Vuelta ha lanzado hace apenas 20 días. 

A través de un sketch, la organización busca incentivar el establecimiento de medidas eficaces en la verificación de la edad de los usuarios de páginas pornográficas a fin de "proteger a la infancia de los efectos perjudiciales como adicciones, violencia o disfunciones sexuales que provoca el contenido mainstream". 

Una iniciativa ha sido acogida con buenos ojos. En este sentido, Laura Baena, fundadora del Club Malasmadres, ha expresado que las familias a veces "no tienen herramientas para abordar esa situación" y que "hay un sentimiento de muchas madres de que llegan tarde". Por eso, "es importante trabajar en ello de manera coordinada", ha señalado.

"No es cuestión de prohibir la tecnología, sino de introducir un tipo de educación afectivo-sexual que se adapte a todas las etapas", ha apuntado Baena. "Nos estamos ocupando de trabajar la igualdad en todos los mundos (político, económico, laboral), pero luego hay conductas de sumisión y violencia completamente interiorizadas en los cuidados. La pornografía se ha convertido en la escuela de sexo de los niños", ha lamentado.

Frente al tabú, la fundadora de Malasmadres asegura que el diálogo con los menores es "imprescindible" para evitar que ante cualquier interrogante sobre sexualidad encuentren pornografía. "Esos niños y niñas que acceden al porno están encontrando las respuestas antes de tener las preguntas. Muchas veces, si estamos con tiempo, presentes, si abrimos espacios de diálogos, la conversación llega sola", ha asegurado.

Asimismo, han intervenido Javier Zarzalejos, eurodiputado del grupo de los populares, quien ha puesto el foco en que lo que es ilegal offline, lo sea tambiñen online; y la eurodiputada socialdemócrata Laura Ballarín, quien ha considerado que las dinámicas de las plataformas de contenido pornográfico para con los menores son "un abuso".

La verificación de la edad que reclaman en Dale Una Vuelta limitaría el acceso a vídeos que promueven la violencia sexual (el 89% del porno lo hace), e impediría cargar contenido propio a la web cuando todavía son menores: "Lo decisivo será establecer sistemas de verificación de la edad que no sean demasiado molestos ni intrusivos para el consumo en mayores de edad".

Si bien siempre teniendo en cuenta que la prioridad es proteger al menor de la distorsión que produce en la visión de las relaciones humanas, los problemas que genera para establecer vínculos afectivos, así como la normalización de la violencia contra las mujeres que promueven estos contenidos.

¿Cuál es el marco legal de la pornografía?

Como bien ha remarcado Valentina Milano, profesora de la Universidad de Balears, se trata de un tema "complejo" no solo desde el punto de vista social, sino también legislativo. "Aunque detectamos estos cambios en la sociedad, la tecnología va más rápido que el proceso legislativo. Existen leyes pero necesitamos saber cómo podemos implementarlas", ha insistido.

En cualquier caso, Milano ha querido dejar claro que "hay contenido que está prohibido para todos. Pornografía infantil, vídeos que muestras violencia contra grupos minoritarios o incesto son vídeos ilegales. No es una cuestión de edad, de acceso de niños, esos contenidos no pueden producirse, según la ley audiovisual", ha argüido.

En 2022, el Parlamento Europeo aprobó la Ley de Servicios Digitales que, de hecho, obliga a "los prestadores de plataformas en línea accesibles a los menores" a que establezcan "medidas adecuadas y proporcionadas para garantizar un elevado nivel de privacidad, seguridad y protección de los menores en su servicio".

Igualmente, a nivel nacional, España cuenta con legislación como

la de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a

la violencia, que habla de la necesidad de que las administraciones públicas desarrollen "campañas de educación, sensibilización y difusión" sobre el consumo de pornografía. 

También existe la ley general de consumo audiovisual, centrada en el consumo a través de plataformas y canales audiovisuales. Por lo que existen leyes suficientes. El reto está en cómo y desde qué instituciones aplicarla.

Regulación en otros países

De acuerdo con lo recogido por Dale Una Vuelta, "países como Francia, Reino Unido, Alemania e Italia han anunciado ya normas específicas para exigir medidas de verificación de la edad a las plataformas de contenido pornográfico. Lo mismo ocurre desde hace algunos meses en EEUU, donde estados como Mississippi, Utah, Virginia o Arkansas exigen a los portales de porno que establezcan estos controles.

Las normas de estos Estados no prohíben las páginas pornográficas,

sino que les imponen la carga de desarrollar mecanismos fiables para proteger a los niños. "Ni más ni menos que lo que se pide a un vendedor de tabaco o de bebidas alcohólicas: que ponga unos medios razonables para asegurarse que su clientela es mayor de edad", abunda la organización.