Este artículo se publicó hace 4 años.
GaliciaEl confinamiento del gallego
El idioma de la comunidad se ha resentido en los últimos diez años. Ha caído el número de hablantes y se ha reducido la publicación de libros en gallego por políticas que promueven la "desgaleguización".
Santiago De Compostela-Actualizado a
La lengua gallega lleva confinada años. Ha sobrevivido a una dictadura que supuso el retroceso en el idioma y la marginación de su uso en el ámbito oficial, educativo y cultural, que pelearon los escritores en el exilio iniciando una recuperación lingüística con obras que marcarían para siempre la literatura gallega. Era el castellano el preferido de las clases altas y el que se usaba de puertas para fuera, cargando al gallego de prejuicios que arrastra todavía. Fue a partir de los años 70, gracias a que el régimen iba llegando a su fin, cuando el gallego empezó a florecer en las escuelas y en el periodismo.
Un día como hoy en 1963 se institucionalizó el Día das Letras Galegas, que ayudó a reivindicar su uso, y cada año, se homenajea a una persona sobresaliente por su creación literaria en gallego y su defensa del idioma escogida por la Real Academia Gallega (RAG). Esta vez ha sido elegido Ricardo Carvalho Calero (1910-1990). La lengua se mantiene gracias a las personas que lo hablan, lo escriben y lo luchan, pero desde el 2008, su uso continúa disminuyendo y pervive fundamentalmente en la población envejecida y en las zonas rurales, que supone que la balanza de las dos lenguas cooficiales se incline por el castellano.
Desde 2008, su uso disminuye y pervive fundamentalmente en la población envejecida
Los datos hablan por sí solos. Si en el 2008 se publicaron 2.070 libros en gallego, en 2018 la cifra cayó hasta 1.144, según en Instituto Nacional de Estadística (INE). Solo un 11% de jóvenes entre 15 y 29 años se desenvuelven mejor para leer en gallego, y un 8% de personas entre 30 y 64 años, según el Instituto Galego de Estadística (IGE). El idioma escogido es el castellano y también en el ámbito educativo, puesto que sólo el 1,28% de personas que estudian en Galicia reciben las clases en su integridad en gallego, frente al 60% que reciben las mismas en gallego y castellano, y esto se explica por el modelo trilingüe implantado por el Partido Popular (PP).
El 30 de diciembre de 2018 la Xunta presentó las bases para la elaboración del decreto de plurilingüismo en la enseñanza no universitaria, que limitó el uso del gallego a un tercio total de las horas de clase. La Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias ha vuelto a criticar este año el modelo del Gobierno autonómico al considerarlo "insuficiente" para la normalización lingüística, pero el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lo desestimó: "Si hay informes que están en contra de que los gallegos podamos estudiar, conocer y hablar en inglés, allá los autores del informe".
La directora del Observatorio de Dereitos Lingüísticos, Elsa Quintas, considera que la Xunta "hace todo lo contrario" para cuidar el idioma gallego, "es el mayor enemigo de la lengua". Aún disponiendo de todos los medios económicos, cree que la Administración "desprestigia" la lengua ya que, desde el punto de vista legislativo, postula que "no garantiza" todos los derechos lingüísticos al ser una legislación "tímida" y "pobre".
El libro gallego no tiene subvención
La Xunta no financia directamente libros en gallego, no existe una subvención sino una contraprestación. En su momento, existía una compra de volúmenes por su parte para dotar a las bibliotecas públicas, adquisición que continúa en capa caída. De esta forma, el sector vive de los particulares que compran en las librerías. Hay que tener en cuenta que Galicia ha sido la comunidad que más bibliotecas ha cerrado desde el inicio de la crisis de 2008, pasando de 550 a 476 en 2018 según datos del INE. De esta manera, el editor, como consecuencia, no tiene tantos ingresos y no le permite "diversificar" en publicaciones, cuenta Elsa Quintas.
Galicia ha sido la comunidad que más bibliotecas ha cerrado desde el inicio de la crisis de 2008
La escritora y periodista Montse Fajardo considera que el principal problema es que a la hora de proyectar ayudas para el sector no se piensa en el escritor, sí en las librerías o en el fomento de la lectura – algo que comparte- pero se ignora a la figura creativa. "No se apuesta suficiente por los libros en gallego y no se genera ese público", explica. Con la visión capitalista se buscan nuevos contenidos y se descartan "joyas" que pasan desapercibidas, y por ello señala la importancia de las reediciones, así como de las obras de literatura de investigación y ensayo que "están perdidas".
"En la cadena capitalista, el escritor es el que menos lleva" sostiene Fajardo. En Galicia, la mayor parte de los libros en gallego son escritos por profesorado o funcionariado, personas que tienen otro trabajo y que puede compaginar su oficio con las letras. La escritora pontevedresa, en su caso, ha apostado por la autoedición ya que fueron "irrisorias" algunas ofertas de editoriales. Para ella, la normalización de la lengua se conseguirá con discriminación positiva donde la Xunta "debe hacer un apoyo especial. Es la única manera de sostener la literatura gallega", añade.
Manuel Rivas escribe a Público sobre esto: "El libro gallego resiste porque es un niño salvaje, siempre en el acantilado, siempre en la orilla, caminando por el fonógrafo por los horizontes enfermos".
El sector audiovisual
Con otra visión más positiva, el profesor de gallego de la Universidade de Vigo, Benito Fernández Salgado, destaca la fuerza del gallego en el sector audiovisual. "Es incuestionable que nuestra televisión lidera audiencias y tiene un público fiel", refiriéndose a la Televisión de Galicia (TVG). Series como O sabor das margaridas, Fariña o Néboa triunfaron en plataformas de Internet y entre público gallego y no gallego. Para Fernández, "hay una audiencia importante en Galicia que quiere el gallego y que disfruta con él", continúa. De la misma manera, el cine de la comunidad triunfó este año en el Festival de Cannes y en los Goya con O que arde, con un director gallego exalumno de Fernández.
En su caso, el profesor cree que es "bueno, necesario y conveniente" aprender gallego para "vivir y crear" arte en Galicia. "Sabemos gallego, o cualquier idioma, de muchas diversas maneras". Explica que, si alguien quiere aprender una lengua hay que familiarizarse con ella, tenerla cerca de ti, seguir aprendiéndola y reconocerla. "Necesitamos que los gallegos reaprendan el gallego", añade.
Hoy Día das Letras Galegas, la plataforma Queremos Galego llama a "desconfinar" el gallego de la manera que la covid-19 nos permite, desde nuestras casas. "La lengua es cohesión social", comunicó en una rueda de prensa el portavoz Marcos Maceira, "la sociedad no se puede quedar sola en la defensa de la lengua". Hoy, los balcones y las ventanas gallegas gritan xustiza, igualdade e cohesión.
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