Este artículo se publicó hace 4 años.
Infancia y coronavirusExpertos en infancia creen que es necesario aliviar ya las medidas de confinamiento a menores
El Ejecutivo encarga un informe a la Asociación Nacional de Pediatría, organismo que no cree que la infancia esté sufriendo daños especialmente graves por el encierro.
Marisa Kohan
Madrid-
Hace días que se escuchan llamamientos a favor de que niños y adolescentes puedan salir de casa al menos para tomar el aire. Un alivio en las duras condiciones de confinamiento impuestas por el Gobierno, que permiten sacar a pasear al perro pero obligan a los críos a permanecer entre cuatro paredes desde hace más de un mes. Paredes que pueden pertenecer a una casa con amplios ventanales, terraza o patio; o a un pequeño cuarto de ocho metros cuadrados compartido por cuatro miembros de la familia. Las circunstancias cambian, pero el confinamiento sigue siendo máximo para todos, salvo aquellos exentos por estar afectados por algún tipo de trastorno psicológico.
En la Comunidad de Madrid, el vicepresidente Ignacio Aguado (de Ciudadanos) acaba de pronunciarse a favor de que los menores puedan salir a pasear al menos una hora al día acompañados de un adulto. Su mensaje se suma a peticiones similares del popular Núñez Feijó en Galicia y el socialista Javier Lamban en Aragón. Proponen un alivio de la cuarentena parecido al que ya existe en países como Alemania, Bélgica o Francia, donde se permite a los menores que hagan salidas diarias controladas y acompañados de un adulto. Incluso Italia, uno de los países más azotados por la pandemia, autorizó a principios de mes que los menores pudiesen dar pequeños paseos cerca de su domicilio.
Diversas organizaciones de defensa de los menores, así como expertos en psicología, también han pedido que se alivien las medidas de confinamiento de la infancia, aunque estamos lejos de un consenso en esta materia.
El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas alertó el pasado 9 de abril sobre el "grave impacto físico, emocional y psicológico de la covid-19" en los niños y las niñas , e hizo un llamamiento a los estados para que tomen medidas. Entre ellas, algunas que tienen que ver con suavizar las medidas del confinamiento. Pide a los Gobiernos que estas restricciones sean "proporcionales, mínimas y limitadas en el tiempo" y que en todo momento se tenga en cuenta el interés superior del menor. Recomienda, entre otras medidas, que se contemple "al menos una salida al día al exterior, respetando las medidas de distancia social y que estas sean supervisadas".
La organización Save the Children también considera que ha llegado la hora de aliviar el confinamiento de los menores. "Al principio entendíamos que estábamos en una emergencia sanitaria y que en aras de la salud pública, las autoridades estaban tomando las medidas que consideraban mejores en este sentido", señala a este periódico Catalina Perazzo, directora de Políticas de Infancia de esta Organización. "Sin embargo, ahora que se está pensando en una desescalada, consideramos que tendría que ser prioritario hacerla con un enfoque de infancia. Hemos analizado lo que dicen el Colegio de Psicólogos o la OMS, y entendemos que el grupo prioritario serían los menores de 6 años. Sería bueno que al menos durante una hora al día pudieran acceder a espacios verdes, aunque no a espacios infantiles porque todo apunta a que tienen que seguir cerrados, y que estas salidas se hagan con un cuidador y medidas de distanciamiento", añade.
Los llamamientos a favor de aliviar el encierro de niñas, niños y jóvenes han llegado incluso a la oficina del Defensor del Pueblo, que recibió recientemente una queja en este sentido impulsada por los abogados Sergio Nuño Díez de la Lastra y Carlos Vaquero, y la psicóloga Patricia de Santisteban. En su escrito, resaltan el hecho de que en el Real Decreto que estableció el confinamiento no hace "ni una sola mención a la infancia", ordenando el confinamiento de 7 millones de niñas y niños "en sus domicilios, en iguales términos y circunstancias que los adultos, y reclaman que se ponga fin a dicho encierro en el plazo más breve posible.
El desconfinamiento de menores parece aún lejos.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció hace unos días que ha encargado a la Asociación Española de Pediatría (AEP) un documento con posibles medidas de descofinamiento para la infancia. Sin embargo, no parece tratarse de una medida urgente. El propio ministro advirtió que se iba a actuar con la "máxima cautela" y que por ahora "siendo conscientes del sacrificio que supone, hay que mantener esta medida".
Fuentes de la AEP han señalado a este periódico que no se tiene ninguna fecha concreta de entrega para dicho documento y que su elaboración tendrá en cuenta diversos escenarios y circunstancias. No parece, pues, que su publicación esté a la vuelta de la esquina.
Las declaraciones de la presidenta de la esta asociación, María José Mellado, tampoco invitan a pensar que se trate de medidas que se vayan a tomar de forma inmediata. Según Mellado, todas las asociaciones que componen la junta directiva de la AEP (entre ellas, las que representan a las comunidades autónomas, así como las especializadas en Psiquiatría Infantil, Medicina del Adolescente, Psiquiatría Social, Atención Primaria o Infectología Pediátrica) son partidarias de que "la infancia y la juventud cumpla con el confinamiento, al igual que lo hace el resto de ciudadanos".
Según la Asociación Española de Pediatría (que representa a más de 14.000 profesionales), el confinamiento no está teniendo efectos especialmente perniciosos sobre los menores. Su presidenta ha afirmado este martes públicamente que los menores "tienen una naturaleza extraordinariamente resistente y son capaces de sortear todos estos problemas y trabas que les ponemos los adultos". "Estamos haciendo un documento de consenso con el Ministerio de Sanidad y con los expertos de las distintas especialidades para organizar (la salida progresiva del confinamiento) de una manera coordinada y priorizar el desescalamiento de las poblaciones infanto-juveniles cuando ya esté abierto el confinamiento. Somos tan precavidos porque la población infantil, aunque se contagie igual que la adulta de la covid-19, es una población que puede ser una transmisora silente. Por tanto tenemos que proteger tanto a otros niños que pueden contagiarse por no saber que los amiguitos están infectados, como a otras personas adultas que contacten con los niños sin las medidas precaución”.
Las palabras de la presidenta de la Asociación Nacional de Pediatría contrastan notablemente con la inquietud mostrada por otros profesionales. En un reciente comunicado, el Consejo General de la Psicología de España afirma que "el confinamiento puede estar desencadenando efectos muy positivos en no pocos hogares", pero advierten de que "puede estar generando muchos problemas psicológicos y sociales en todos los miembros de cada unidad familiar y, en especial, entre niños, niñas y adolescentes: entre otros, alteraciones del estado de ánimo, estrés, alteraciones del sueño, trastornos de conducta alimentaria, síntomas de ansiedad, también psicosomáticos, duelos no elaborados, problemas de conducta o problemas relacionados con la adicción a la tecnología y al juego". Por eso reclaman que se prioricen "las salidas a la calle de forma gradual de niños, niñas y adolescentes, o, en su caso, en zonas vecinales comunes, durante una hora cada día y acompañados de un adulto.
Según un estudio hecho público este mismo miércoles por la Universidad del País Vasco, "casi la mitad de la población infantil ha visto deteriorada su salud emocional durante el confinamiento, según indican sus progenitores/as". El informe, que avanza los resultados preliminares de una encuesta realizada a más de 11.580 personas con hijos de entre 3 y 12 años, recuerda que "las condiciones de las viviendas donde están desarrollando el confinamiento son peores en los niños y niñas de hogares con mayor dificultad económica para llegar a fin de mes".
Según el estudio, un 31,5% de los menores está expuesto al humo del tabaco, un 25,9% carece de acceso a ningún espacio exterior (terraza, balcón, patio…), más del 9% ni siquiera tiene luz natural en su vivienda. La muestra analizada refleja además importantes carencias nutricionales y un nivel de exposición muy elevado a las pantallas: casi el 25% pasa seis o más horas conectados a equipos electrónicos.
Otras expertas consultadas por este periódico, como la psicóloga Amaya Gómez Calvo, creen que el encierro puede no tener graves consecuencias para la infancia en términos generales, pero alertan de la necesidad de abordar las situaciones especiales de algunos de estos niños y adolescentes. "No creo que tengan ningún problema psicológico solo por el hecho de estar confinados. Si los tienen, es sobre todo porque estos problemas existían previamente a las medidas de confinamiento y éste puede reavivar conflictos familiares y de violencia. La violencia ahora en los hogares puede subir de intensidad". Por ello, la psicóloga considera fundamental que se puedan abordar las situaciones particulares de los menores y que no se apliquen sólo medidas generales. Gómez recuerda la importancia de recursos como el teléfono y los chats de la Fundación ANAR o la batería de medidas puestas en marcha por el ministerio de Igualdad para la prevención de la violencia de género.
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